La "guerra del odio" hunde a Bangladesh
Dhaka (AsiaNews)- Desde hace poco menos de dos años Bangladesh, el tercer País islámico más poblado después de Indonesia y Paquistán, está en manos de una "guerra del odio" (así fue definida) que está hundiendo la economía y el vivir civil. No es una guerra de ejércitos, sino un continuarse de paros y manifestaciones a menudo violentas, que paralizan la economía de base. Paros generales de más días de las 6 a las 18, y los vehículos que se desplazan arriesgan que sean quemados, los viajeros golpeados o matados.
Bangladesh es uno de los Países más desafortunados y pobres del mundo: 160 millones de habitantes, en un territorio extenso menos de la mitad de Italia, con un rédito medio pro-capita de 678 dólares al año (en Italia 36.250). Dos años de paro (hartal) y de enfrentamientos están reduciendo al pueblo al hambre y numerosas empresas cierran, porque no logran más vender. Cada día los queseros tienen que tirar unos 500.000 litros de leche no vendidos, fruta y verdura se pudren en los árboles o en los campos, las farmacias no tienen medicamentos, las empresas extranjeras que no pueden exportar están dejando el País. La misma sobrevivencia de un pueblo, ¡está en peligro!
Todo nace desde la guerra de independencia del Bangladesh de Paquistán en 1971, conducida por Awami League (AL)- moderada, laica y socialista- cuyo jefe Mujibur Raham se convierte en el primer Presidente, con un pueblo alegre y unido contra la prepotencia de los paquistaníes. El occidente saludaba al primer País islámico con libertad política, religiosa y de prensa. En 1975 Mujibur Rahman fue asesinado y siguieron largos años de dictadura militar, que favoreció al islam y la entrada en escena de los partidos islamistas. El Bnp (Bangladesh National Party) a la oposición los acoge, especialmente la Jamaat- Islam, porque el pueblo es contrario al laicismo y a formas de modernidad y de libertad no según la tradición islámica. Se forman así dos partidos: la Awami League dirigida por Sheik hasina (hija del padre de la patria Mjibur Rahman) y el Bnp de Begum Khakeda Zia (hija del primer dictador militar Zia-ur Rahman), dos mujeres que se enfrentan desde hace más de veinte años, enemigas irreducibles y mortales ("se odian cordialmente" dice la gente).
Las elecciones de 1991 sancionan el retorno a la legalidad constitucional y se alternan en el poder las coaliciones del Bnp y el Awami League. Mientras tanto, llegan copiosos y continuos financiamientos de los Países petroleros del Golfo (Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, etc.), nacen pequeñas mezquitas en cada ángulo del país y en cada calle de la ciudad, crecen las escuelas coránicas, los imán que guían la oración del viernes insisten sobre el concepto que la única solución para la crisis es un retorno al islam duro y puro de los tiempos de Mahoma, con las costumbres de entonces, corte de la mano, fustigación, la condición de la mujer de hoy inaceptable.
En 2008, la coalición del Al, vence a grande mayoría las elecciones y conquista las tres cuartas partes de los escaños parlamentarios. Siguen años de dominio inditurbado y ocupación de espacios políticos, administrativos y económicos por parte del Al y de sus aliados. Error fundamental: el gobierno Al inicia procesos a personalidades del islam, acusadas de crímenes en la guerra de 1971, todo el estado mayor de Jamaat-Islam y de algún personaje fuerte del Bnp termina en la cárcel: inician las propuestas de condenas a muerte; el predicador más popular de Jamaat es condenado a cadena perpetua. Los partidos islamistas organizan manifestaciones y paros de protesta, el gobierno responde con dureza y prepara la expulsión de los partidos islámicos, quiere cambiar la Constitución y la cadencia electoral en favor propio. El Bnp sigue la corriente del Jamaat y de los partidos islámicos de la coalición, haciendo leva sobre la corrupción de los cuadros de Al.
Estas escenas suceden principalmente en la ciudad; el pueblo de los campos sufre pero, viviendo en la miseria y en el analfabetismo (43% de lo habitantes), está dispuesto a seguir la corriente islámica, los imán de los pueblos tienen una importancia decisiva, los jóvenes conocen sólo el islam aprendido en las madrasas (escuelas coránicas). Los moderados- estudiantes, intelectuales y clase media- organizan también ellos protestas y paros, pidiendo la condena a muerte de todos los criminales de guerra, la eliminación de Jamaat y de los partidos islamistas, la reposición de la Constitución con la cual nació Bangladesh, según la cual Bangladesh es un País laico que goza de libertad religiosa y política. Los partidos islamistas piden la condena a muerte de los "ateos" que van contra el islam.
De la primavera 2013, continúa este tira y afloja entre laicos y extremistas islámicos, los militares por el momento no intervienen y Bangladesh se está volviendo un País siempre más invivible para todos. Las elecciones políticas del 5 de enero de 2014 han registrado una amplia victoria con amplio margen de Awami League, ya en el gobierno, pero la coalición del Bnp se retiró y al voto han participado el 18% de los que podían votar, porque los islamistas habían amenazado a quien iba a votar. Llegan noticias de católicos e hindúes golpeados o asesinados mientras iban a votar, entre las víctimas también un hermano de un obispo; asaltados pueblos, quemadas casas y edificios religiosos.
La situación de Bangladesh es dramática y sintomática de la situación en la cual se encuentran las comunidades islámicas en el mundo globalizado y ponen tres interrogativos. Primero: retornar al islam puro y duro de los tiempos de Mahoma o ¿aceptar una relectura e reinterpretar el Corán y los "hadit" de Mahoma para transferir una gran religión en el mundo moderno? Segundo: ¿es tolerable que los inmensos, desmedidos capitales que provienen del petróleo continúen guiando la política de casi todos los 30 y más Países del islam y también las comunidades islámicas minoritarias en otros Países? Tercero: ¿Por qué estos temas son prácticamente tabú en los media internacionales?
