La enigmática actitud de China frente a la guerra rusa
Putin confía en el apoyo de China para salvar la economía rusa de las sanciones occidentales, impuestas por la invasión de Ucrania. China y Rusia se unen contra los Estados Unidos y Occidente. Sin embargo, la suya sigue siendo una colaboración táctica, no una alianza estratégica.
Moscú (AsiaNews) - Desde el comienzo de la invasión rusa a Ucrania, China ha mantenido una actitud prudente y ambigua, sin alinearse abiertamente con Vladimir Putin, a pesar de los cálidos abrazos del presidente ruso con Xi Jinping justo antes del conflicto, con ocasión de las Olimpiadas de Beijing. Hoy el propio Putin sostiene que no se siente excluido de la economía mundial por las sanciones, pues confía en la ayuda de China, a la que pretende vender el gas y el petróleo que Occidente se niega a aceptar. ¿Será que el futuro de Rusia está en Asia?
Uno de los máximos especialistas rusos dedicados a Asia Central y China, Temur Umarov, trató de explicar a Meduza.ru cómo están las cosas entre Moscú y Beijing, y si los rusos realmente tienen que dejar de estudiar inglés para aprender chino mandarín. Recordó la visita a China del ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, a principios de abril, que formalmente estuvo dedicada a la cuestión de Afganistán y al reconocimiento de los talibanes. Umarov observa que fue en esa ocasión que comenzaron seriamente las negociaciones entre los dos países sobre el futuro de la alianza.
A sabiendas de que no podría obtener un apoyo explícito, en su relación con su homólogo chino Wang Yi, Lavrov intentó demostrar que ambos están interesados en resolver las cuestiones globales, ante todo en Asia. Y, por otro lado, que consideran a Estados Unidos como el adversario común en todos los ámbitos y como el verdadero culpable del desorden mundial. En este sentido, "Rusia y China quieren demostrar que son capaces de construir un mundo más justo y más democrático".
Aunque no condena a los "nazis ucranianos", Umarov señala que "el Ministerio de Asuntos Exteriores de Beijing y varios altos funcionarios han dicho en más de una oportunidad que Estados Unidos es la causa de todos los problemas - desde Afganistán hasta Ucrania- junto con sus aliados de la OTAN. En cualquier caso, China apoya los intereses rusos en el ámbito de la seguridad europea, aunque respeta la soberanía y la integridad territorial de Ucrania".
El principio de integridad territorial es, de hecho, uno de los clásicos argumentos de la política exterior china, sobre todo en lo que concierne a Taiwán. Por tanto, reconocer la separación de un territorio sobre la base de un referéndum local -como ocurrió en Crimea y promete ocurrir en el Donbass- sería una contradicción inaceptable para Beijing. Por otro lado, para los chinos es igualmente importante oponerse a cualquier injerencia extranjera en los asuntos internos de un país. Por ello, "si China justificara lo que hace Rusia en Ucrania, esto legitimaría automáticamente los intentos de varios países de desafiar su política interna en Xinjiang con los uigures, en el Tíbet o en Hong Kong", sostiene Umarov.
La realidad es que nadie se entromete en los asuntos internos de China, pero los símbolos valen más que las amenazas, y China ni siquiera puede admitir el derecho a enunciar normas étnico-religiosas o sociales en contextos internacionales que tocan sus problemas internos. Esto es así para todos los países, porque "incluso Rusia sabía perfectamente que Ucrania jamás entraría en la OTAN, y que la Alianza del Atlántico no tenía ningún interés en permitir la entrada de Kiev. Pero nadie quiso ser explícito sobre este punto, dejándolo en blanco y negro, porque era una cuestión simbólica", comenta el orientalista ruso.
De la misma manera, simbólicamente, más que en base a acuerdos económicos o militares reales, China necesita el apoyo de Rusia en su enfrentamiento con Estados Unidos. No cuenta con muchos más respaldos internacionales en esta competencia entre las dos superpotencias de Oriente y Occidente. Si perdiera este apoyo, China se sentiría mucho más aislada, aunque Moscú y Beijing no se definan explícitamente como "aliados", recordando las hostilidades y desconfianzas del periodo soviético. Así como China se mantiene neutral respecto a Ucrania, Rusia no interviene en las disputas de Indochina ni en las cuestiones territoriales entre China e India. Recientemente, Putin se refirió a China como un "socio estratégico", pero hasta ahora la relación entre ambos es más bien táctica. La verdadera estrategia tendrá que elaborarse en un futuro próximo.
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