La dimisión de Sardana Avksentieva, la alcaldesa opositora a Putin, y el regreso de Navalny
La "limpieza preventiva" de los oponentes de Putin antes de las elecciones parlamentarias de este año. Avksentieva, alcaldesa de Yakutsk (Siberia Oriental) es conocida por su lucha contra la corrupción, en contraste con los Putinistas. Alexei Navalny fue arrestado anoche, apenas aterrizó en el aeropuerto. Amnistía Internacional lo declara "prisionero de conciencia".
Moscú (AsiaNews) – Consternación mundial por el arresto de Alexei Navalny, uno de los más notorios opositores al Presidente Vladimir Putin. Navalny lo acusa de estar detrás de su envenenamiento, del que salió con vida gracias al tratamiento recibido en Alemania durante cinco meses.
Causa menos revuelo internacional la renuncia de Sardana Avksentieva, el pasado 15 de enero. La política se desempeñaba como alcaldesa de Yakutsk, ciudad cabecera de la región de Sajá, en Siberia oriental. En Rusia, esta clase de renuncias genera muchas preocupaciones. La propia Avksentieva dijo a través de Facebook que ya no podía trabajar a tiempo completo los 365 días del año, y que necesitaba cuidar de su salud: "Les pido que no dramaticen la situación; no hay personas irremplazables, y la historia de Yakutsk se mide en siglos". Tras su renuncia, fue designado como regente el vicealcalde, miembro de "Rusia Unida", el partido de Putin.
Las razones que dio la popularísima alcaldesa no logran eliminar las sospechas de fuertes presiones externas cuyo objetivo sería sacar de la escena a una de las principales figuras de la oposición a Putin. La hostilidad de las autoridades centrales habría sido tal, que Avksentieva se habría rendido. El autorizado periodista económico Maksim Tovkajlo de Radio Svoboda especula: "Es difícil tener que lidiar a diario con las presiones políticas para poder hacer el trabajo; los problemas de salud son una “excusa evidente".
Yakutsk es una de las ciudades más importantes de Siberia Oriental, con más de 300.000 habitantes. Cabecera de la región de Sajá, el centro urbano está situado a más de 5 mil km de Moscú. Es conocida por la extracción de diamantes, oro y otros materiales preciosos, que se lleva a cabo con técnicas muy especiales en condiciones climáticas sumamente difíciles. Uno de los problemas de la zona es la migración laboral, que atrae a gente de todas partes por los salarios elevados, y en particular a los migrantes chinos. La alcaldesa luchó largamente para controlar la situación.
Sardana Avksentieva se hizo popular por sus medidas para frenar el gasto público y luchar contra la corrupción, que en 2018 condujeron precisamente al arresto del director de la Oficina de Inmigración de la región, Dmitry Maksimov. Es la primera alcaldesa de la historia de la ciudad y fue elegida en septiembre de 2018 con el 40% de los votos. Derrotó al candidato de Putin, Aleksandr Savvinov, del que había sido vicealcalde en años anteriores.
En aquél momento causó un gran revuelo su medida de erradicar los "carros oficiales" que se proporcionaban a los dirigentes regionales en Moscú. La alcaldesa decidió pasar a utilizar taxis y reducir la flota de automóviles de los representantes de Yakutsk. En noviembre de 2020, Avksentieva propuso subastar el opulento edificio administrativo de la ciudad, a fin de reubicar el gobierno local en “instalaciones más económicas, porque los burócratas no necesitan sentarse en sillones dorados en el centro de la ciudad". En los archivos oficiales, Avksentieva puso una foto de su niñez, cuando ayudaba a limpiar las calles (los famosos turnos del subbotnik soviético). Cabe destacar que en su despacho no hay ningún retrato del Presidente Putin.
Avksentieva provocó un gran disgusto al poder central cuando salió a defender al chamán Aleksandr Gabyshev, que pretendía viajar a Moscú desde el este asiático para lanzar sus maldiciones al presidente, hecho por el que fue encerrado en un manicomio. Según la alcaldesa, se trata de una “detención indebida, a modo de castigo”. La gota que rebasó el vaso fue su voto en contra de la nueva Constitución putiniana, en la que, entre tantas cosas, se cancelan las elecciones directas para los ayuntamientos, que permitieron a Avksentieva su elección en el 2018. En el mes de agosto, ella misma hizo saber a través de las redes sociales: "no me sorprendería que se me lanzaran algunas acusaciones serias, como le sucedió al Gobernador Furgal de Jabárovsk".
La dimisión de Avksentieva se produce en el marco de una "limpieza preventiva" de cara a las elecciones parlamentarias que tendrán lugar este año (la fecha será confirmada en función de cómo avance la situación sanitaria).
El poder de Putin se ve amenazado en aquellas provincias donde se multiplican las personalidades ajenas, o incluso opuestas al Putinismo. A este escenario se suma una nueva inspiración, con el regreso del más carismático de los opositores: Alexei Navalny.
Con los estigmas de un mártir, por haber superado el intento de envenenamiento, Navalny aterrizó anoche en Moscú, en el aeropuerto de Seremetevo (después de varios desvíos para dispersar a la multitud), en medio del entusiasmo de sus partidarios y la vigilancia de las fuerzas de seguridad. Como era de esperar, fue detenido en el control de pasaportes ubicado contra la frontera rusa, para responder a los cargos de acusación inventados para la ocasión. Su detención, filmada en directo por decenas de periodistas que le acompañaban, no hace sino aumentar la pasión con la que se le reconoce ahora como el verdadero antagonista del régimen actual. Al referirse a Navalny, Amnistía Internacional ya ha declarado que se trata de un “prisionero de conciencia”.
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