La dimisión de Nazarbayev en Kazajistán
Es el último sátrapa ex-soviético de Asia central. Deja el poder después de casi 30 años de dominio indiscutible. Toma su lugar Khasim Zhokayev, actual presidente del Senado. La carta de las religiones y de la tolerancia.
Astana (AsiaNews) - Ayer 19 de marzo el presidente de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, consignó su dimisión en un discurso televisivo a la nación. A casi 79 años, después de 29 años en el poder casi absoluto como presidente, su salida de escena es decididamente inesperada y clamorosa, gozando aparentemente de buena salud y sin alguna oposición en el país. En 2015 fue elegido para su quinto mandato presidencial, con el 98% de los votos.
Nazarbayev es el último sátrapa ex-soviético de Asia central, donde entre 1989 y 1991 se convirtieron en jefes de Estado los secretarios del Partido comunista local, sin particulares convulsiones sociales. El comunismo ruso dejó naturalmente el puesto a la dictadura nacionalista de varios líderes, como si los siglos modernos no hubiesen transcurrido jamás, con cargos de por vida y constituciones personalizadas.
En Azerbaiyán el actual presidente Ilham Aliyev está en el cargo desde 2003, en su cuarto mandato y es el hijo de Heydar Aliyev, presidente del 1993 al 2003. En Uzbekistán el presidente Islom Karimov permaneció en el cargo desde 1991 hasta su muerte en 2016, cuando fui sustituido por su delfín Shavkat Mirziyoyev, por el mismo designado. Lo mismo sucedió en Turkmenistán, donde quedó en el poder permaneció Saparmirat Nyyazov de 1990 a 2006, luego seguido por su hombre de confianza Malikgulyyewich Berdimuhammedow después de su muerte imprevista. En Tayikistán, Emomali Rahmon está en el cargo desde 1993; apenas más movida la escena política en Kirguistán. El único país ex soviético europeo en asemejarse a los sultanatos centro asiáticos es Bielorrusia, donde el “padrino de la patria”, Aleksandr Lukashenko está en el poder desde 1994 y resiste a los intentos de Moscú de “englobar” el más occidental de los países del “mundo ruso”.
Nazarbayev conserva igualmente de por vida el cargo de presidente del Consejo de Seguridad del país de los nómades y de las estepas, antigua patria de los caballeros luego llamados en Rusia “cosacos” (kozaki/kazaki), y permanece también como secretario del partido en el poder Nur Otan. Para guiar al país fue designado el presidente del Senado Khasim Zhokayev.
En su anuncio televisivo, el anciano presidente declaró su sentido de impotencia frente a los cambios actuales. “Mi generación y yo hemos hecho por este país todo lo que pudimos, los resultados están delante de sus ojos. El mundo está cambiando y llegan nuevas generaciones: les toca a ellos tratar de hacer las cosas mejor”. Kazajistán prosperó en estos últimos 30 años gracias a sus recursos naturales y petrolíferas, cuyas ventajas se convirtieron más bien en aleatorios y se comenzó a sentir las consecuencias de la crisis económica.
Como y más de otros presidentes de la ex-Unión Soviética, para justificar su poder, Nazarbayev usó la carta de la religión. En su caso, el país en su mayoría es musulmana, fue exaltado como modelo de tolerancia y amistad entre todas las religiones. Continuando la línea sincretista del último secretario soviético Mijail Gorbachov, que desde hace poco cumplió 88 años, Kazajistán hospedó encuentros ecuménicos e interreligiosos a nivel mundial, proponiéndose como mediador entre las religiones de occidente y de oriente. En el país existe una fuerte minoría rusa ortodoxa, pero también significativas comunidades católicas (organizadas en las diócesis de Astana, Karagandá y Almaty) formadas en gran parte por ciudadanos de origen polaco y alemana, deportados a Asia en los tiempos de Stalin.
17/12/2016 13:14