La diócesis de San José promueve la agricultura biológica
El 80% de la población está compuesto por agricultores. El área es conocida como la “arrocera de las Filipinas”. Entre los proyectos de desarrollo promovidos por la Iglesia local, están la promoción del trabajo femenino y un programa alimentario para la niñez.
Manila (AsiaNews) – La diócesis de San José, en la zona septentrional de las Filipinas, ha decidido orientarse a la agricultura biológica integrada, para sostener a los campesinos. Es lo que cuenta a AsiaNews el obispo local, Mons. Roberto Calara Mallari. Él explica que la iniciativa responde a las necesidades de la población, “compuesta en un 80% por agricultores, que necesitan del apoyo y de la guía de la Iglesia. Gracias al Centro diocesano de servicios sociales, los campesinos adquieren habilidades y técnicas. De esta manera, su economía se verá fortalecida”.
La diócesis se encuentra a unos 130 km de la capital, Manila, en la provincia de Nueva Écija. Creada en 1984, la misma cuenta con el respaldo de la sede arzobispal de Lingayén-Dagupán. Los católicos son cerca de 700.000, con 45 sacerdotes y 20 religiosas que se desempeñan sirviendo en 21 parroquias. Entre los desafíos más recientes que debe afrontar, figuran la actividad de extracción minera ilegal, la insurrección de grupos rebeldes y las inestables condiciones meteorológicas.
Mons. Mallari informa que el área es conocida como “la arrocera de las Filipinas”, donde el arroz conforma la base de la alimentación. “Nuestros agricultores –agrega- no saben producir arroz biológico. Nosotros los impulsamos para que opten por el cultivo de plantas medicionales, y promuevan la medicina alternativa indígena”. Otro sector sobre el cual la Iglesia ha decidido intervenir, continúa el prelado, “es el apoyo a la mujer. Ellas necesitan una formación laboral. A través de nuestra obra diocesana, dentro de las familias, estamos tratando de fortalecer su posición, de modo que ellas puedan ser agentes de cambio social”. Además de todo esto, el obispo subraya que “los niños necesitan un programa alimentario específico, que les permita tener una vida sana. Para que un niño crezca, es importante que tenga una dieta rica en proteínas. La falta de comida proteica tiene efectos negativos sobre el desarrollo cerebral. Si esto sucede, los niños de hoy serán los adultos no-productivos del mañana”. A la luz de esta conciencia, concluye, “nuestro proyecto social también incluye un programa de alimentación para los más pequeños”.