La diáspora del mundo árabe vota: comienzan las parlamentarias libanesas

Más de 30.000 expatriados de países de mayoría islámica y del Golfo votarán hoy. Los colegios electorales se han instalado en las representaciones diplomáticas del país de los cedros. El 8 de mayo será el turno de los 195.000 miembros de la diáspora mundial, desde Estados Unidos hasta Australia. Un voto marcado por la crisis política y económica y por la devastadora explosión en el puerto de Beirut en agosto de 2020.

Beirut (AsiaNews) - Esta mañana han comenzado a votar miles de libaneses expatriados en países árabes y musulmanes, en el primer acto de las elecciones generales previstas para el 15 de mayo que analistas y expertos califican de “cruciales” para el futuro de la nación y de sus habitantes. Unos 31.000 libaneses dispersos en 10 países se han inscrito para votar en la primera fase, que ha comenzado hoy. El 8 de mayo le seguirán unos 195.000 miembros de la diáspora repartidos por todo el mundo, incluidos Estados Unidos, Canadá, Australia, Rusia, la Unión Europea y naciones africanas. Para estos últimos, se trata de una novedad, ya que anteriormente estaban excluidos del voto.

Las elecciones generales del 15 de mayo, en las que se nombrarán los 128 nuevos diputados, son las primeras desde el colapso económico del país del cedro, que comenzó en octubre de 2019 y desencadenó protestas callejeras y levantamientos populares en todo el país. Una clase dirigente y unas instituciones acusadas de décadas de corrupción y mala gestión de los recursos nacionales están en el punto de mira. También son las primeras elecciones desde la devastadora explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020, que mató a más de 200 personas y causó daños devastadores en la capital.

Algunos de estos votos que se emiten hoy y el 8 de mayo proceden de personas que han abandonado el país de los cedros en los dos últimos años como consecuencia de estos acontecimientos catastróficos. Muchos activistas y figuras de la oposición también participan en la ronda, con el objetivo de desafiar -y socavar con el voto de los electores - a los partidos tradicionales y a las figuras que han ocupado los escaños y el poder durante mucho tiempo. Sin embargo, el frente está internamente muy fragmentado y lucha por expresar una posición unificada y fuerte que pueda fomentar el cambio.

Los 30.929 votantes registrados en países como Arabia Saudí, Irán, Omán y Egipto son los primeros en participar en la votación, con la mayoría de los colegios electorales instalados en las misiones diplomáticas del Líbano. La votación parlamentaria se celebra cada cuatro años; en la última ocasión, en 2018, la mayoría fue para la facción chií de Hezbolá y sus aliados. En la ronda de este año no participará una de las figuras más destacadas del frente suní, el ex primer ministro Saad Hariri, que ha anunciado recientemente su retirada de la política. Una decisión que podría favorecer a los aliados suníes de Hezbolá, garantizando un poder aún mayor.

Entre las primeras tareas del nuevo Parlamento está la elección del nuevo presidente de la República, que sucederá a Michel Aoun. Según la constitución, la cámara se divide a partes iguales entre cristianos y musulmanes, mientras que el cargo de presidente se confía a un cristiano maronita, el de primer ministro a un suní y el tercer escaño, el de presidente del parlamento, va a parar a un chiíta.

Hoy en día, en el Líbano, más del 70% de los seis millones de habitantes viven en la pobreza. Además, hay millones de refugiados sirios. Según el Banco Mundial, el país de los cedros atraviesa una de las peores crisis del mundo desde 1850.