La curación de una ciega difunde en los EEUU la fama del santo libanés Charbel
Un milagro sucedido en Phoenix, Arizona, es atribuido a la intercesión del ermitaño de Annaya, en el Líbano. Dafné Gutierrez, al día siguiente de haber visitado una reliquia del santo, se despierta con una fuerte picazón en los ojos y la sensación de una fuerte presión en la cabeza y en las órbitas oculares, también debido a la luz que emanaba de un velador de la mesita de luz, y asustada le grita al marido: “¡Puedo verte, puedo verte!”.
Beirut (AsiaNews)- Se está difundiendo como milagro la curación de una mujer ciega, en Phoenix, Arizona, atribuido a la intervención de san Charbel Makhlouf. La fama de taumaturgo del ermitaño de Annaya, en el Líbano (8 de mayo 1828-24 de diciembre de 1898) se está difundiendo en todo el mundo y allí donde llegaron los maronitas, diseminados en todos lados debido a su atormentada historia.
La ciudad de Phoenix es testigo de uno de estos prodigios deslumbrantes de los cuales san Charbel tiene el secreto: la curación de una mujer hispano-americana, Dafné Gutiérrez (de treinta años), madre de tres hijos, que se volvió completamente ciega por la malformación de Arnold Chiari.
Phoenix es una ciudad donde es fuerte la presencia de una colonia de libaneses, esencialmente maronitas. La iglesia local maronita está dedicada a san José y las misas se celebran en tres lenguas: árabe, español e inglés. La iglesia de san José es una de las 36 parroquias maronitas de los EEUU, subdivididas en las dos diócesis de Nueva York y Los Angeles.
La reliquia de san Charbel, que desde 2015 está haciendo visitas a todas las parroquias maronitas, consiste en un fragmento óseo contenido en una ampolla de madera de cedro. El párroco de la iglesia de san José, Wissan Akiki, hizo la mayor difusión posible de la noticia de la visita de la reliquia, que es relativamente breve (15-17 de enero 2016). Estuvo en esa parroquia en ocasión de un retiro sacerdotal con el obispo maronita de Los Ángeles, mons. Elías Abdallah Zeidane.
Dafné Gutierrez (en la foto), a quien se le diagnosticó la malformación de Arnold Chiari a los trece años, había desarrollado, con el correr de los años, un edema papilar al final del nervio óptico. Una intervención quirúrgica para corregir la malformación se reveló inútil. En otoño de 2014 perdió el ojo izquierdo, que se había ido debilitando desde el año anterior. En noviembre de 2015 el ojo derecho se apagó, poniéndola en la oscuridad total, a tal punto que no podía ver ni un rayo de luz, ni siquiera si lo miraba fijamente. Un diagnóstico médico afirmaba que su ceguera era irreversible y que necesitaba de una asistencia permanente. La mujer estaba pensando en retirarse a un instituto para ciegos, para no ser una carga para su familia.
Duranye el fin de semana del 16-17 de octubre, es atraída por los volantes del p. Wissan y por los vecinos que la alentaban a pedir la curación, y, acompañada por uno de ellos, va a la iglesia el 16 de enero. “Puse mi mano sobre su cabeza y luego sobre sus ojos y pedí a Dios que la curase a través de la intercesión de san Charbel”, cuenta simplemente el sacerdote. El domingo, Dafné y su familia van a misa y luego vuelven a casa. Es la mañana del 18 que llega la curación inexplicable. Hacia las cinco de la mañana, la curada milagrosamente se despierta con una fuerte picazón en los ojos y una sensación de una fuerte presión en la cabeza y en las órbitas oculares. Despierta a su marido, quien advierte un fuerte olor a quemado en la habitación. Enciende la luz de una lámpara de la mesita de luz, la mujer le dice que puede verlo con ambos ojos”, grita. Al mismo tiempo, Dafné siente una fuerte presión en la cabeza y en los ojos, como si se estuviese recuperando de una operación. Se lleva la mano a la cabeza, hacia el lado derecho, como si fuese una herida. Se puede imaginar lo que siguió. “No podía creerlo, no quería cerrar más los ojos”, cuenta la mujer. “¡Mis hijos gritaban: mamá puede ver! ¡Dios curó a mamá!”.
Tres días después, un examen oftalmológico constata la curación. Hasta ahora, cinco médicos han examinado a Dafné, también un médico de origen libanés, el doctor Jimmy Saadé. La curación desafía a cualquier explicación científica. Según su médico, en cuarenta años de ejercicio jamás había registrado ningún ejemplo de una curación de este tipo. ¡No es posible! ¡No es posible! No dejaba de repetir, leyendo el diagnóstico que tenía en sus manos. El bulbo ocular, precisa el diagnóstico, no presenta ninguna huella del edema. Por escrúpulo profesional se está realizando un dosier sanitario completo para analizar mejor el caso y documentar sólidamente el carácter inexplicable de una curación muy reciente. Tomado así, el problema es el de verificar si el prodigio comprende también la corrección de la malformación que estuvo en el origen de la ceguera, como sugiere la sensación de una presión sobre la cabeza de Dafné, “como si ella se estuviese recuperando de una intervención”.
Pero la fe popular no se preocupa por estos escrúpulos. La noticia de la curación de una mujer ciega se desparramó por todos lados en Phoenix y abrió los noticieros de las cadenas televisivas regionales americanas y mejicanas. Como consecuencia, miles de visitadores han comenzado a afluir a la iglesia de san José, el párroco de la cual sabiamente decidió fijar el 22 de cada mes una jornada de intercesión especial, como se hace en Annaya después de la milagrosa curación de Nouhad Chami, sucedida el 22 de enero de 1993.
Por su parte, después de haber recorrido los EEUU, el relicario de san Charbel fue llevado a la diócesis maronita de Nuestra señora del Líbano en Los Ángeles, después de las últimas dos etapas en Detroit, donde también la comunidad caldea quiso rendirle honor, y luego irá a Miami.
10/03/2020 16:03