La catedral de Santa Sofía en Harbin reconocida como patrimonio arquitectónico de China

El monumento es un signo de la presencia importante de la Iglesia ortodoxa en las relaciones políticas de China y de Beijing con Moscú reforzadas en los últimos años.

Beijing (AsiaNews / Agencias) - La catedral ortodoxa de Santa Sofía en Harbin ha sido incluido en la primera edición de la lista del patrimonio arquitectónico chino del siglo XX junto con otros 97 sitios.

De acuerdo con el Heilongjiang Daily, la lista fue publicada por la Asociación de reliquias culturales de China y de la Sociedad de la arquitectura china el 29 de septiembre que también incluye el Gran Salón del Pueblo, el Park Hotel de Shanghai y el puente sobre el río Yangtse en Wuhan.

Los expertos dicen que la razón de esta lista es que estos monumentos dan testimonio de la historia de China del siglo XX, que muestra el contexto histórico del desarrollo social y la arquitectura china del siglo pasado.

De estilo ruso, la catedral fue construida en madera en marzo de 1907 como parte del plan para reforzar la confianza en la división No. 4 del ejército ruso con la construcción de un imponente símbolo espiritual.

La catedral es de 53,3 metros de altura y tiene una superficie de 721 metros cuadrados representando el ejemplo perfecto de la arquitectura neo-bizantino. Bajo una luz especial, la iglesia y toda la zona alrededor recuerdan la Plaza Roja en Moscú.

Ya en 1996, había sido inscrita en la lista de los hallazgos nacionales más importantes. Un año después el gobierno restauró la catedral y sus alrededores para asegurar su valor histórico.

En China hay cerca de 13 mil cristianos ortodoxos, concentradas principalmente en Heilongjiang, Harbin, Mongolia Interior (en Labdarin) y Xinjiang (en Kulj y Urumqi). En 2013 Kirill, el Patriarca ortodoxo ruso, ha sido recibido por primera vez por el presidente Xi en el Gran Salón del Pueblo en Beijing. En 2015, por primera vez en 60 años, la República Popular ha autorizado la ordenación de sacerdotes ortodoxos chinos. En un coloquio con Kirill, Xi Jiping alabó "el papel de la cultura, las tradiciones y el factor moral en la formación de la vida de los pueblos y también la de la persona". La catedral en Harbin no sólo es el símbolo religioso de la Iglesia ortodoxa en China, sino que también tiene importancia política como expresión de las relaciones entre Moscú y Beijing.