La Knesset expulsa a la UNRWA. Construirá más de 1440 viviendas en la sede de Jerusalén Este

de Dario Salvi

Con 92 votos a favor y 10 en contra, el Parlamento israelí aprobó una doble ley que suspende las actividades de la agencia de la ONU para los palestinos, acusada de encubrir a Hamás. Críticas de la comunidad internacional. El comisionado general considera que se trata de una decisión "sin precedentes". Guterres: la obra que lleva a cabo es "esencial". También se encuentra en el punto de mira el cuartel general, expropiado para construir nuevas viviendas para los colonos en Jerusalén Este.

Milán (AsiaNews) – Israel "ha escrito la palabra fin" a la presencia de la UNRWA en el país. Con una frase lapidaria, la primera relatora de la ley que se votó anoche en la Knesset - el Parlamento israelí -, Yulia Malinovsky, comentó la decisión de prohibir la Agencia de la ONU para la ayuda y protección de los refugiados palestinos en Oriente Medio. Una decisión controvertida que ya ha provocado críticas de varias cancillerías internacionales y llamamientos a que se replantee la decisión por parte de grupos activistas, porque corre el peligro de exacerbar una situación humanitaria que ya está colapsando en Gaza. Para avalar la votación, la diputada publicó un post en el que dice "aquí están sus compañeros de la UNRWA que secuestraron el cuerpo de Yonatan Samerano el 7 de octubre", en referencia al ataque de Hamas en el que murieron más de 1200 personas y secuestraron al menos 251 rehenes. "Ayer - concluye - hicimos una mínima justicia a los padres de Yonatan". En realidad las imágenes que se ven en el video no han sido verificadas y el propio Israel no ha aportado pruebas ciertas sobre la (supuesta) participación de 19 miembros de la UNRWA en el ataque, una organización que tiene cerca de 30 mil dependientes. Por otra parte, la misma agencia ha despedido a nueve de ellos por presuntas irregularidades, aunque eso no ha sido suficiente para calmar los ánimos.

Reacciones a la votación

Una de las primeras voces de condena contra la decisión de la Knesset - que cuenta con un amplio apoyo entre los dirigentes políticos, comenzando por el primer ministro Benjamin Netanyahu - ha sido el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, quien afirmó que era una decisión "sin precedentes". Es una medida, continúa diciendo, "que se opone a la Carta de las Naciones Unidas y viola las obligaciones de Israel en relación con el derecho internacional". Las críticas, explica, están justificadas por la gravísima emergencia humanitaria que se vive en la Franja debido a la guerra que lanzó Israel en respuesta al ataque de Hamás y ha convertido a Gaza en un "infierno". Privará de educación a 650.000 niñas y niños, poniendo en peligro a una completa una generación". Especialmente porque es la principal organización que opera sobre el terreno, a la que Israel se opone y obstaculiza desde hace décadas. En el último año, sin embargo, los ataques se han intensificado, hasta llegar a la sesión parlamentaria de ayer, que habría escrito la última página. Esta conclusión, afirma Lazzarini, es el resultado de la "campaña en curso", destinada a desprestigiarla y "deslegitimar su función en la prestación de servicios de asistencia y desarrollo humano" a los refugiados palestinos, hasta terminar convirtiéndose en un "castigo colectivo".

Los parlamentarios aprobaron el proyecto de ley de Malinovsky con 92 votos a favor y 10 en contra, sobre un total de 120 diputados. Solo se opusieron los pertenecientes a la comunidad árabe-israelí, mientras que el resto de los diputados se unieron en bloque, superando con creces a la mayoría que apoya a Netanyahu. UNRWA brinda ayuda a los refugiados palestinos desde 1949 y durante décadas ha ofrecido una serie de servicios, como atención médica y educación, a millones de personas en Gaza. Desde que estalló la guerra en la Franja su presencia sobre el terreno le ha permitido convertirse en una parte crucial en la (ardua) misión de llevar ayuda a la población civil, en un marco de colaboración con el ejército israelí que controla los dos principales pasos fronterizos de entrada. Alrededor de dos millones y medio de palestinos están registrados en la UNRWA en Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja, y su trabajo es "esencial e irremplazable", como dijeron Irlanda, España, Noruega y Eslovenia, condenando en un comunicado conjunto la votación de la Knesset. La ley, denuncian, "crea un precedente muy grave para el trabajo de las Naciones Unidas". A su vez el Reino Unido dice estar "extremadamente preocupado" por una ley que "amenaza con hacer imposible el trabajo esencial de la UNRWA para los palestinos". Inmediatamente después se sucedieron condenas similares de Francia, Alemania y otros países como Japón y Corea del Sur en Asia, así como de la propia ONU, que habla de una "ley escandalosa". Estados Unidos, por su parte, había presionado inútilmente a Tel Aviv para que no aprobara la ley.

El cuartal general en el punto de mira de Israel

Con esta decisión, que entrará en vigor dentro de 90 días, el Parlamento israelí impedirá que la agencia de la ONU opere en Gaza y Cisjordania, con consecuencias dramáticas para la población y la entrega de ayuda humanitaria. Pero además la segunda ley que se aprobó ayer también cancela las exenciones fiscales de las que se ha beneficiado hasta ahora la UNRWA, priva a sus miembros de la inmunidad diplomática y congela todo contacto entre la organización y los funcionarios del Estado judío. Luego está el capítulo relativo a la sede en Jerusalén Este. El gobierno israelí ha decidido a apoderarse de toda la estructura, ubicada en la zona de Ma'a lot Dafna (Sheikh Jarrah) - a la que recientemente ha cortado el suministro de agua y electricidad - y demolerla para comenzar la construcción de más de 1440 unidades habitacionales, en línea con los objetivos de la expansión colonial.

Hasta ahora, la sede ha funcionado como centro administrativo y de gestión de las actividades, pero en un futuro próximo volvería a estar bajo el control directo de la Israel Land Authority (ILA) y el proyecto ya se encuentra en la etapa de estudio preparatorio. Por otra parte, en el último año el cuartel general ha sido a menudo escenario de manifestaciones y protestas de las familias de personas secuestradas o parientes de los soldados de las FDI caídos en los combates en Gaza, que piden a gritos la "clausura". La noticia de la requisa del edificio y la expropiación del terreno ya había circulado en el pasado reciente, y la votación de ayer apunta a reforzar aún más el proyecto expansionista de Israel en los territorios ocupados de Cisjordania y en Jerusalén Este. Dan Iloz, un diputado del Likud, dijo a Israel Hayom que "la expropiación de tierras en Jerusalén es un paso importante, pero no suficiente" y denunció a la UNRWA como "un foco de terrorismo disfrazado de humanitario".

UNRWA: una presencia esencial

El secretario general de la ONU Antonio Guterres ha recordado que el trabajo que realiza la UNRWA es "esencial" y que su cancelación tendrá "consecuencias devastadoras para los refugiados palestinos". Por esa razón, se dirige a Israel para llamar su atención sobre las "obligaciones" derivadas de la Carta y del derecho internacional. El jefe de la diplomacia de la ONU anuncia asimismo su intención de plantear la cuestión en la asamblea general y reitera una vez más que "no hay alternativa a la UNRWA". La agencia está formada por unos 30 mil empleados en todo Oriente Medio, donde opera no sólo en Cisjordania y Gaza, sino también en Líbano, Jordania y Siria. De ellos, 13.000 personas se concentran en labores de asistencia humanitaria, sanitaria y educativa en la Franja, y constituyen una presencia - y una fuerza de trabajo - prácticamente imposible de sustituir en pocos meses en un contexto de guerra devastadora como la que se está librando en la región.

En todo Oriente Medio - el trabajo que lleva a cabo en decenas de campos de refugiados palestinos es esencial - asiste a casi seis millones de refugiados palestinos, de los cuales 1,7 millones están en Gaza y unos 870 mil entre Cisjordania y Jerusalén Este. Junto con la Media Luna Roja, este año se hizo cargo de la distribución en la Franja de la casi totalidad de la ayuda enviada por las Naciones Unidas, así como también llevó adelante sobre el terreno - por citar sólo el ejemplo más reciente - la campaña masiva de vacunación contra la poliomielitis para 640 mil niños. En el enclave palestino - que en varias ocasiones ha sido definido por activistas y ONG como una "cárcel al aire libre" ya antes de la guerra - UNRWA tiene cerca de 180 escuelas, que en los últimos meses se han visto obligadas a interrumpir sus actividades y se han convertido en refugios para personas desplazadas.

En 12 meses la UNRWA ha llevado a cabo cientos de miles de intervenciones para ayudar a las familias de la Franja, desde distribución de alimentos hasta atención médica. Pero sus estructuras tampoco se han librado de la guerra y en algunos casos han sido blanco de ataques. Según el último informe que publicó la agencia de la ONU en su página web, desde el comienzo de la guerra se han reportado 464 incidentes que afectaron las instalaciones y las personas que se encontraban dentro de ellas, de los cuales 74 episodios se refieren a interferencias de fuerzas militares en las instalaciones. Al menos 190 instalaciones fueron alcanzadas por municiones o fueron objeto de la intervención de agentes armados. La UNRWA estima que, en total, murieron 563 desplazados internos que se habían refugiado en sus instalaciones y al menos 1.790 resultaron heridos.

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