La “profecía” de Guo Feixiong al Partido. Condenando a los democráticos los rinden más fuertes
Beijing (AsiaNews)- La presión política en China “hará siempre más fuerte al movimiento democrático”, al cual se unirán “siempre más ciudadanos, similares a cadenas montañosas, en busca de justicia y democracia”. Es la “profecía” lanzada por Guo Feixiong. Conocido también como Yang Maodong- al final del proceso que los ha visto condenado a seis años de cárcel por haber “turbado” el orden social. El disidente, abogado por los derechos humanos, ya tuvo diversas condenas. El agradecimiento a los amigos que los han apoyado y una gran declaración de amor para su esposa. A continuación, el texto completo (traducción realizada por Asianews).
Este veredicto viola ya sea la justicia como la ley. No es otra cosa que una vil persecución contra mí y de Sung Desheng por parte de poderes que oponen a la democracia en China. Somos completamente inocentes.
La linfa vital de la ley fluye bajo la superficie donde, correctamente, debería nutrir la autonomía y la dignidad humanas; por el contrario, éste, vuestro veredicto mina el concepto de justo proceso y se ríe de la justicia y de la humanidad. La injusta sentencia política emitida contra nosotros dos-que no hacíamos otra cosa que ejercitar nuestros derechos de ciudadanos- usurpa las correctas funciones de la ley, que deben sostener la justicia y garantizar los derechos humanos y convierte estas injustas funciones en instrumentos que encierran a los ciudadanos, rindiendo vano los derechos humanos y aplastando la democracia constitucional, interés central de la nación china. Vuestras intenciones son claras y vuestra performance espectacular; es difícil imaginar algo más loco.
Habéis violado, en modo grotesco, los principios que os dejarán un día, vulnerables a las sentencias de la justicia en los tribunales de una China democrática. Emitir sentencias justas podría en cambio ayudarlos a salvar vuestra propia humanidad original de la brutalidad, avidez, miedo y odio en el cual, hoy, estáis profundamente empantanados. Sin justicia y redención, no pueden existir piedad ni perdón.
Como alguno que se aferró en manera inveterada a los ideales y que ha soportado, en cambio, una venganza política prolongada que involucró la tortura y la persecución de todo tipo. Deseo ofrecer a todos los tiranos y opresores que obran en suelo chino y a todos los adversarios obscuros de la democracia, una previsión que incriminará vuestras almas- aquellas almas tan adictos al pensamiento autoritario que permanecen aún hoy todavía incapaces de entender qué es el arrepentimiento.
También sobre la huella de tragedias inenarrables sucedidas bajo el totalitarismo, vosotros os habéis aferrado al poder para uso privado con cualquier medio. La previsión es esta: las futuras generaciones del género humano condenarán vuestra obstinación irrazonable, vuestra sed de poder, vuestro comportamiento político bestial y vuestra desfachatada auto-glorificación.
En los últimos tiempos nació un proverbio: “La historia es la religión del pueblo chino”. Pero la historia es también nuestro tribunal para la violación del derecho natural. A los jueces Zheng Xin, Luo Cheng y Lu Xiao, a los procuradores Wang Yu y Liu Lijun y a todos los oficiales responsables del “mantenimiento de la estabilidad” que trabajan detrás de estas personas que aparecen en el tribunal, yo les digo: “Nunca estarán solos”. La providencia os está mirando. En la corte despiadada de la historia, no estaréis jamás en grado de escapar a la justicia por vuestros crímenes.
Permítanme de hablaros en modo directo: vuestra vergonzosa persecución política no puede absolutamente frenar el creciente pedido de democracia en China. Por el contrario, rinde sólo mucho más claro al mundo vuestro carácter anti-democrático y empuja aún más a nuestros ciudadanos, movidos por la rabia o por el despertarse político, a tener el coraje de rebelarse y convertirse en algo similar a cadenas montañosas, que se unen a la fila de nuestro movimiento anti-autoritario.
Nuestro movimiento por la libertad y la democracia podrá sólo crecer más fuerte en el crisol de la represión. Un día una generación china erigirá el edificio de la democracia constitucional, que incorpore controles y equilibrios, sobre nuestra devastada tierra que ha soportado tanto desastre. El eventual futuro, para cada nación sobre la tierra será el gobierno en el cual los ciudadanos son soberanos.
Quisiera expresar mis más sinceros agradecimientos a los valientes abogados- Chen Guangwu, Zhang Xuezhong, Zhang Lei y Li Jinxing- que han trabajado por dos años pasando por todo tipo de riesgo y molestia por defenderme. No hay palabras suficientes para expresar mi gratitud a ellos. Quisiera también expresar las gracias a los que me apoyan y a los protectores altruistas e incansables: abogados Sui Muqing y Lin Qi Lei; a los amigos Xiao Shu, Guo Chunping y Zao Hongwei; también al reverendo y respetado Bob Fu de China Aid, Zhang Min de Voice of America, Hu Ping de Primavera de Beijing, a i hermana mayor Yang Maoping y a mi hermano Yang Maoquan, que crecieron más fuertes a través del sufrimiento que mi situación los llevó a ellos.
Quisiera también expresar mi sincero aprecio hacia mis compañeros que trabajan en defensa de los derechos- demasiados para citarlos uno por uno- y que han trabajado por mi salvataje en una serie de campañas en Internet. Último y no menos importantes, quiero agradecer a los amigos de otros partidos que han protestado en mi nombre. Inmerso en el inmenso calor de vuestra humanidad y de vuestro amor, a menudo me olvido que yo vivo en el frío, detrás de los barrotes de hierro y altos muros espesos.
Desde lo profundo de mi corazón quiero agradecer a mi esposa, Zhang Qing. En julio de 2012, en el curso de un almuerzo con algunos democráticos chinos de mucho tiempo en Beijing, alguno me preguntó cómo fuese mi familia. Le respondí: “Siento algo de casi sagrado hacia mi esposa. Ella hace de todo para hablar en mi ayuda cada vez que estoy en peligro y no retrocedió jamás un milímetro frente a cualquier tipo de amenaza”.
La razón por la cual ahora expreso mi agradecimiento al público y a ti, querida Qing, es que quiero que el mundo sepa cuánta insistencia, resolución y lealtad me has demostrado durante los problemas que hemos soportado juntos en el curso de los últimos diez años. Te seré eternamente grato, en particular, por lo que has hecho por mí entre septiembre de 2006 y diciembre de 2008, mientras estaba siendo torturado en la cárcel.
Goethe escribe que “la femineidad eterna conduce a la humanidad más arriba” y sé, querida Qing, cuánto fue difícil para ti en el Nuevo Mundo (California) crecer a nuestros dos hijos, sola. Mientras que yo estuve adentro y fuera de las cárceles por la causa de la democracia para nuestra patria, tú has procurado sola en nutrimiento para nuestros hijos, que es y debe ser nuestra máxima prioridad.
Es tiempo de irme, amigos míos. Ahora enfrento un nuevo inicio. Aventura y oportunidad sin límites, incandescentes gracias a la luminosidad de vuestros valores y de vuestros sueños, os espero.
Yang Maodong (conocido también como Guo Feixiong)