Líder palestino: “La Intifada de los cuchillos” es la desesperación de un pueblo, se necesitan respuestas políticas
Jerusalén (Asianews)- Los ataques de estas semanas, la Intifada de los cuchillos” y los asesinatos en las calles de Israel son “el fruto de la desesperación de un pueblo” y consecuencia de la “falta de voluntad política” que debe lograr vencer a las divisiones, los conflictos, las diferencias entre los dos frentes. Es cuánto afirma a AsiaNews, el profesor Bernard Sabella, católico, representante de Fatah por Jerusalén y secretario ejecutivo del servicio a los refugiados palestinos del Consejo de la Iglesias de Medio Oriente, comentando la espiral de violencia que de hace un mes ensangrienta a Tierra Santa. Para superar la crisis, agrega, “se necesita un Charles de Gaulle israelí, un verdadero estadista, que sepa imponer un acuerdo al propio país y que pueda garantizar seguridad para los israelíes y dignidad a los palestinos”.
También hoy se registraron nuevos ataques con armas blancas, con un soldado acuchillado cerca de los asentamientos de Gevoat. El militar y su agresor resultaron heridos en manera o grave y ambos están internados en un hospital. El balance de las violencias del último mes es de ocho muertos del lado israelí y al menos 49 víctimas palestinas.
Mientras tanto la policía quitó las restricciones que impedían el acceso a la mezquita de Al-Aqsa a los hombres con menos de 45 años. Un tímido tentativo de distensión y de apertura, como iniciativa de un restaurante en el pueblo de Kfar Vitkin, que ofrece descuentos hasta al 50% a israelíes y a árabes que comparten la comida en la misma mesa. Pero la esperanza de diálogo afonda en un clima de miedo, odio recíproco y desconfianza que no se refiere sólo a los palestinos, sino que involucra a los mismos árabes israelíes (el 17% del total de la población).
En este contexto se coloca la muerte de un joven emigrado irregular eritreo, herido por los soldados israelíes y linchado por la multitud, porque los consideraban responsable (equivocadamente) de un ataque. El clima de sospecha aleja siempre más a las dos comunidades, como lo confirma un empresario de Tel Aviv que despidió a 18 obreros árabes por el miedo que pudiesen atacar a dos colegas hebreos. Y va adelante la idea según la cual el principio de coexistencia, por cuánto deseable, es sólo un sueño irrealizable.
El profesor Sabella el problema gira alrededor de la “falta de un proceso político”, en el contexto de una situación estancada en la cual “nada se desarrolla”. En Israel falta una verdadera dirigencia, mientras que los actuales gobernantes “culpan siempre a nosotros palestinos de todos los problemas. No entienden- agrega- que prohibir el ingreso a la mezquita representa un problema, que las actividades de los colonos es un problema, que incendiar los olivos es un problema”.
“No digo que no debemos intentar alcanzar la paz- subraya el líder católico de fatah- sino también por parte de Israel se necesita más compromiso. Sin embargo, si se mira a la situación en Jerusalén, en Belén, en los pueblos se ven bloques de cemento por todos lados. Y no es ésta la respuesta justa al problema”. La violencia jamás es justificable, agrega, pero también es por otro lado necesario “el respeto del vecino”.
Él no ahorra críticas a la dirigencia palestina, que “no puede y no debe aceptar los asesinatos” como si fuesen un mal necesario. “Lo que debemos hacer nosotros palestinos- explica- es actuar una forma de resistencia no violenta y elaborar una estartegia positiva aunque Israel no nos deje salir de Cisjordania”. “El gobierno actual de Israel- nota con desilusión- no quiere un Estado palestino independiente, pero un ejecutivo dócil que coopere con los militares para su seguridad. Esta no es una visión de paz, sino una ocupación bajo otro nombre que no podemos aceptar. Se registran provocaciones y violencias con un ritmo cotidiano, ¿cómo es posible alcanzar la paz de este modo? Estamos muy preocupados…”.
En este contexto es difícil lanzar mensajes de esperanza, advierte el profesor Sabella, porque “los israelíes miran a los palestinos como inferiores y los palestinos consideran a los soldados israelíes como enemigos y de reflejo, a la entera población isarelí como enemiga”. Para esto se necesita “un nuevo ímpetu en delante de la política, aunque si hasta ahora faltó una voluntad para realizar este paso”. “Debemos ser fuertes y estar unidos- concluye el líder palestino- y convencer a nuestra gente que la no violencia es la mejor solución, de otro modo todos (árabes y hebreos) estamos destinados a sufrir. Esta de hoy no es una revuelta organizada, sino la desesperación de un pueblo que sufrió mucho y por mucho tiempo”. (DS).