Kuwait, la economía más que las libertades: el emir pone en marcha el gobierno y "congela" el parlamento
Meshal al-Ahmad al-Jaber al-Sabah, de 83 años, dio luz verde al nuevo ejecutivo. Suspendió la asamblea (sólo dos precedentes en 1976 y 1986) y partes de la Constitución. Detrás de la decisión está el enfrentamiento entre los dirigentes y la oposición "proislamista". Analistas y activistas temen una deriva autoritaria, prioritaria a las cuestiones de "desarrollo y estabilidad nacional".
Ciudad de Kuwait (AsiaNews) - La luz verde dada por el emir Meshal al-Ahmad al-Jaber al-Sabah, de 83 años, al nacimiento del nuevo gobierno, dos días después de la disolución del parlamento elegido pocas semanas antes, parece haber evitado por el momento una escalada de la crisis política e institucional en Kuwait. El ejecutivo dirigido por el primer ministro, jeque Ahmed al-Abdullah al-Sabah, asumirá algunos poderes que hasta ahora eran prerrogativa de la asamblea, pero las aguas siguen agitadas, la lucha de poder entre ministros y diputados sin resolver, y podría resurgir con fuerza en un futuro próximo. En los últimos cinco años, el Parlamento - elegido por última vez en abril - se ha disuelto en cuatro ocasiones, pero mientras que el recurso a la votación anticipada es un fenómeno frecuente, la "suspensión" es un hecho poco frecuente y sólo se ha producido en dos ocasiones: en 1976 y 1986.
Al hacer el anuncio, el emir Meshal -que llegó al poder el pasado diciembre tras la muerte de su predecesor Nawaf Al-Ahmad Al Jaber- atacó, aunque sin nombrarlos, a algunos funcionarios que supuestamente estaban bloqueando los intentos de nombrar al príncipe heredero, cargo que sigue vacante. El nuevo gobierno -el 46º en la historia del país del Golfo desde 1962- está presidido por Ahmed, sobrino del emir, e integrado por 13 ministros, nueve de los cuales conservan sus cargos del anterior, entre ellos Petróleo, Finanzas y Asuntos Exteriores, considerados departamentos clave. Hay dos mujeres.
También se suspenden varios artículos de la Constitución para poder mantener el "proceso democrático" [principalmente la votación para la nueva asamblea] paralizado potencialmente hasta 2028, en la única nación del Golfo que tiene un parlamento elegido por los ciudadanos mediante votación. Una medida que quizá pretenda poner fin a años de estancamientos y retrocesos políticos, con una clara fractura entre el liderazgo y la oposición (cercana a la facción islámica radical).
Entre los siete artículos de la Constitución suspendidos figura aquel según el cual el nuevo Parlamento debe ser elegido en los dos meses siguientes a la disolución del anterior y otro según el cual las leyes deben ser aprobadas tanto por la asamblea como por el emir. A partir de este momento, el más alto cargo del Estado ha asumido plenos poderes y el control de la legislación, como subrayó tras la decisión: "La reciente agitación en la escena política kuwaití ha llegado a tal punto que no podemos permanecer en silencio, sino que debemos tomar todas las medidas necesarias por el bien del país y del pueblo", recalcó el emir. "No permitiré", añadió, "de ninguna manera que se explote la democracia para destruir el Estado".
El primer ministro saliente, el jeque Mohammad Sabah al-Salem al-Sabah, se había negado a continuar en el cargo a raíz de las tensiones entre el gobierno y la Asamblea Nacional, elegida por 50 miembros. La oposición, dominada por los islamistas, volvió a ganar en las últimas elecciones de principios de abril, manteniendo su control sobre el parlamento, que lleva años en un tira y afloja constante con el gobierno y la familia gobernante. Las constantes disputas entre los diputados y el ejecutivo han provocado un estancamiento persistente en este Estado del Golfo, rico en petróleo, que ha retrasado reformas muy necesarias. En condiciones normales, la asamblea puede aprobar un voto de censura contra cualquier ministro o primer ministro con mayoría simple y también interviene en la elección del príncipe heredero por parte del emir, otro elemento de discordia.
Los diputados han acusado recientemente al gobierno de corrupción, mientras que éste ha respondido afirmando que los parlamentarios bloquean los planes de diversificación económica. Entrevistado por Middle East Eye (Mme), Sean Yom, experto en política de Oriente Próximo de la Universidad de Temple, señala que el emir ha dejado clara su intención de "dar prioridad a las cuestiones de desarrollo y estabilidad nacional". Añade que no dudó en recurrir a la "medida drástica" de disolver la asamblea y congelar la votación, "diferenciándose así de los dos gobernantes anteriores". Los expertos expresan su preocupación por una posible represión de la disidencia y la oposición interna: "Esta elección", confirma Yom, "podría dañar la tradición única de pluralismo y liberalismo de Kuwait, que es excepcional no sólo en el Golfo, sino en el mundo árabe en general". Y por último señala el hecho de que los activistas y las voces críticas están "inusualmente silenciosas", lo que refleja el temor a una "dura represión de la disidencia pública", mientras que una parte del país está a favor porque está "cansada de las desavenencias entre el gobierno y el parlamento".
El emirato está gobernado por una monarquía constitucional, con un sistema parlamentario que es también el más antiguo del Golfo; el primer parlamento se eligió en 1963, dos años después de la independencia del Reino Unido, el 19 de junio de 1961. Goza de enormes poderes, como aprobar y bloquear leyes, interpelar a ministros y presentar mociones de censura contra altos funcionarios. El Majlis al-Umma está compuesto por 50 miembros, elegidos en elecciones celebradas cada cuatro años; también puede destituir al primer ministro u otros ministros, confirmar el nombramiento del príncipe heredero y del emir, cuyo trono es hereditario. Kuwait tiene una población de unos 4,4 millones de habitantes, en su mayoría trabajadores extranjeros, a los que no se concede el derecho de voto y es poco probable que obtengan la ciudadanía.
02/10/2020 11:03