Karachi, tres jóvenes cristianas acusadas de blasfemia, ‘en venganza’. Doscientas familias huyen
El incidente se produjo en el vecindario de Farooq-e-Azam, donde la población es mayoritariamente cristiana. Arrestadas y luego liberadas, las víctimas se encuentran escondidas en una localidad secreta. La acusación falsa provocó la reacción de los radicales.
Karachi (AsiaNews) – En Pakistán, acusaron a tres jóvenes cristianas, dos de ellas menores de edad, de ofender la sacralidad de las páginas del Corán y fueron arrestadas por ello. Sin embargo, luego se descubrió que las jóvenes no tenían culpa alguna. Pero la noticia ya había circulado por la localidad donde vivían, cerca de Karachi, generando la reacción violenta de los radicales islámicos, que constriñeron a las familias cristianas de la zona (cerca de 200) a abandonar sus casas para poner a salvo su vida.
En Pakistán, la acusación de blasfemia –incluso, careciendo de pruebas ciertas- fomenta los ánimos de los musulmanes fundamentalistas. El caso de las tres jóvenes se concluyó de manera pacífica gracias a la mediación de las jerarquías cristianas. Entre ellas, intervino el Pbro. Saleh Diego, miembro de la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Pakistaní. El sacerdote cuenta a AsiaNews: “Las jóvenes fueron liberadas por la policía. Ahora viven escondidas en una localidad secreta, por razones de seguridad”.
Las muchachas que quedaron envueltas en la acusación falsa de ultraje al islam se llaman Permisha, de 16 años, Suneha, de 15, y Sunaina, de 22, casada. Ellas vivían en el vecindario de Farooq-e-Azam, donde la mayoría de la población es cristiana. En realidad, el incidente en que quedaron involucradas está conectado con un pariente suyo, la Sra. Khurshid Bibi (abuela de las primeras dos y suegra de Sunaina). En enero de 2019, la Sra. Bibi alquiló un departamento a una pareja musulmana, Fayaz y Samina Riaz. Sin embargo, tres semanas después, al ver la descortesía que mostraba la pareja, Bibi les pidió que liberaran la casa.
El 19 de febrero, las tres cristianas fueron al departamento de su pariente para efectuar tareas de limpieza. Viendo que la pareja de musulmanes aún ocupada la propiedad, las mujeres pidieron a Fayaz y a Samina que se llevaran sus cosas, para poder limpiar las habitaciones. Llegado ese punto, Samina –así lo admitió ella- inventa la acusación de blasfemia: sale de la casa y grita por todo el barrio que las “kafirs” (infieles) le habían robado un ejemplar del Corán y lo habían arrojado a la bañera. Sus gritos llamaron la atención de los musulmanes, que rodearon el área y provocaron daños en varias viviendas de personas cristianas.
Las muchachas salvaron su vida gracias a la rápida intervención de los agentes, que se presentaron en el lugar. Más tarde, Samina confesó que había inventado la acusación de blasfemia “para dar una lección a los cristianos”. En este momento está en curso una mediación, y no se ha registrado ninguna denuncia. El Padre Diego protesta: “Las acusaciones falsas de blasfemia a menudo son motivadas por venganzas personales y odio religioso”. En tanto, las familias cristianas se apresuraron a huir del lugar, y las tres muchachas viven ocultas.
04/12/2021 10:58
09/12/2017 13:09
23/11/2018 11:15