Joven musulmán: la sangre del Domingo de Ramos

de Kamel Abderrahmani

Domingo negro para los cristianos de todo el mundo. Desde 2013, en Egipto han sido quemadas o dañadas más de 40 iglesias. Mahoma había firmado un pacto con los coptos, la promesa a Santa Catalina. Lo que ha sucedido en Egipto con los coptos es algo puramente ideológico y político. Las miras de Arabia Saudita sobre la región.

París (AsiaNews) – Luego de una serie de reiterados ataques a lugares de culto musulmanes en Pakistán, en la mañana de ayer, en el día en que los cristianos celebran la Fiesta de las Palmas, las fuerzas oscurantistas se desataron contra las iglesias coptas. El saldo es tremendo, se habla de 43 muertos, pero éste sigue siendo un saldo provisorio, en vista de la presencia de heridos que continúan en estado crítico. Se trata de un domingo negro para todos los cristianos del mundo, pero también para los musulmanes egipcios y para el resto del mundo, para aquellos que aún creen que la religión no es un instrumento de guerra o una ideología que apunta a destruir la humanidad.

Estos últimos ataques son reivindicados por el Estado islámico, luego de que éste amenazara reiteradamente a los coptos de Egipto con perpetrar un exterminio y una “purificación” del territorio Egipto, para limpiarlo de “infieles”. Estos ataques no son los primeros cometidos por los bárbaros islamistas. Los mismos se han intensificado, sobre todo después de la caída del presidente Hosni Moubarak. Según Human Rights Watch, desde el 2013 han sido quemadas o dañadas más de 40 iglesias, así como decenas de escuelas, casas y negocios, de propiedad de los coptos. Desde un punto de vista histórico, la presencia de coptos se remonta a los albores del cristianismo, a la época en la que Egipto formaba parte del imperio romano y luego del imperio bizantino. En otras palabras, una presencia más antigua que la de los musulmanes.

Como musulmán, debo decir que nadie puede justificar estos ataques contra nuestros hermanos coptos. Teológicamente hablando, no existe ningún texto auténtico, coránico o tradicional, que reclame a la violencia contra ellos. Por el contrario, el mismo profeta Mahoma incluso llegó a firmar un pacto con los coptos de Egipto. Este fue llamado la promesa a Santa Catalina (*):

«Este es un mensaje de Muhammed ibn Abdoullah, que constituye una alianza con aquellos cuya religión es el cristianismo; estén ellos cerca o lejos, nosotros estamos con ellos. Yo mismo, los auxiliares [de Medina] y mis fieles, nos ponemos en defensa suya, porque los cristianos son mis ciudadanos. Y por Dios, yo resistiré contra todo aquello que les sea adverso. No habrá ninguna constricción sobre ellos, en ningún momento. Sus jueces no serán despedidos ni sus monjes expulsados de sus monasterios. Jamás nadie habrá de destruir un edificio religioso de su propiedad ni dañar o robar algo para luego llevarlo a los musulmanes. Quienquiera robe algo a ellos, viola la alianza de Dios y desobedece a Su Profeta. En realidad, los cristianos son mis aliados y tienen la certeza de mi apoyo contra todo aquello que les aflija. Nadie debe obligarlos a viajar o batirse contra su voluntad. Los musulmanes deben combatir para ellos, de ser necesario. Si una mujer cristiana se casa con un musulmán, este matrimonio no debe tener lugar sin su aprobación. Una vez casada, nadie debe impedirles asistir a la iglesia y rezar. Sus iglesias están bajo la protección de los musulmanes. Nadie debe impedirles repararlas o renovarlas, y la santidad de su alianza no debe ser violada en ningún caso. Ningún musulmán debe violar esta alianza hasta el último día del juicio (fin del mundo).»

Hemos de notar que la primera y la última frase de este documento son muy importantes. Revisten una promesa de una dimensión eterna y universal. Mahoma precisa que los musulmanes están con los cristianos, tanto cercanos como lejanos, tornando imposible cualquier intento de limitar la promesa al Monasterio de Santa Catalina. Por otro lado, al ordenar a los musulmanes que han de respetar la Carta hasta el día del juicio, mina cualquier intento futuro de revocar dichos derechos. Además, éstos son inalienables.

Podemos decir que lo que ha sucedido en Egipto contra nuestros hermanos coptos es algo puramente ideológico y político. El último viaje de Al-Sisi a los Estados Unidos y su acuerdo con el presidente Trump sobre el restablecimiento de la cooperación entre los dos países en el campo militar contra el fundamentalismo religioso, son fuentes de inquietud para Arabia Saudita y sobre todo, conforman amenazas a su influencia en la región. Esto, sin olvidar la próxima visita del Papa Francisco, conocido por su mensaje de paz y fraternidad entre los musulmanes y los cristianos. Así, Arabia Saudita, a través de su “bendito” hijo, Daesh, habría tratado de lanzar un mensaje claro amenazando al presidente Al-Sisi. Ésta habría querido mantener a Egipto económica, ideológica y teológicamente bajo su tutela o, en caso contrario, habría detonado una guerra civil entre coptos y musulmanes, unos contra otros.

(*) El documento de la promesa de Mahoma era conservado en la biblioteca del monasterio de Santa Catalina (Sinaí). Durante la conquista otomana de Egipto en el año 1517, el documento original es secuestrado por los soldados otomanos, y es llevado al palacio del sultán Selim I en Estambul. La carta original ahora es conservada en el Museo Topkapi de Estambul. Analizada por algunos ‘jueces del islam’, ellos atestiguan la autenticidad histórica del documento. Pero para otros estudiosos, el mismo es falso, si bien expresa un tenor de relaciones vividas en el pasado, entre cristianos y musulmanes en Santa Catalina.