José Ramos-Horta: la lucha contra la pobreza es ‘un fracaso total’

Alrededor de la mitad de los ciudadanos viven con menos de US $ 1,90 por día, y el 50% de los niños menores de cinco años sufren complicaciones por la desnutrición. El ex presidente y ganador del Premio Nobel: "si fuese primer ministro durante 10 años, me centraría en la educación de calidad y el desarrollo rural". La incertidumbre prevalece en las elecciones parlamentarias del próximo 12 de mayo.

Dili (AsiaNews/Agencias) - "Los estudios sobre nuestros indicadores económicos y sociales, en especial sobre la malnutrición y crecimiento de los niños, son muy negativos, diría un fracaso total en los últimos 10 años." Así lo afirma José Ramos-Horta (foto), ex presidente del país entre 2007 y 2012 y Premio Nobel de la Paz en 1996 por su compromiso con la independencia de la nación asiática con el mayor porcentaje de católicos (97% de población). Una encuesta reciente de las Naciones Unidas reveló que aproximadamente la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza extrema, fijado en $ 1.90 dólares por día, y el 50% de los niños menores de cinco años sufren de complicaciones para el crecimiento físico y mental debido a la desnutrición.

"Si hubiera sido primer ministro durante 10 años, me habría centrado todos esos 10 años en una educación de calidad, en el desarrollo rural y esto significa agua y servicios higiénico-sanitarios para las personas", dice Ramos-Horta. Critica la política de la democracia más joven en el continente antes de las elecciones parlamentarias del próximo mes, especialmente en áreas cruciales como la reducción de la desnutrición infantil y la provisión de agua potable. El ex presidente no es candidato en las elecciones, pero ha declarado su apoyo al partido Fretilin, que a principios de este año intentó formar un gobierno minoritario a corto plazo y cuyo colapso causó una grave crisis política e institucional que amenaza la estabilidad del país. La disolución de la Asamblea legislativa, ordenada por el presidente Francisco Guterres el pasado 26 de enero, puso fin al impase.

La votación del 12 de mayo y las segundas elecciones parlamentarias en Timor Oriental a celebrarse en menos de un año, será el escenario donde el Fretilin y un partido minoritario se opondrán a una alianza formada por tres partidos y encabezada por el Congreso Nacional de Reconstrucción de Timor (CNRT) del héroe de la independencia Xanana Gusmao. Gigante de la política de Timor Oriental, fue su primer presidente, de 2002 a 2007, y primer ministro de 2007 a 2015. Los analistas dicen que el próximo mes, ni Fretilin ni el partido de Gusmao podrán obtener la mayoría absoluta de votos con sus solas fuerzas, pero Gusmao parece haber ganado una ventaja al formar una alianza con partidos más pequeños. Después de las elecciones de 2012, ganadas por el CNRT pero sin mayoría absoluta, los dos partidos crearon un gobierno de unidad nacional.

Aunque partidistas, las declaraciones de Ramos-Horta subrayan los desafíos que aguardan al país, que en los últimos diez años se ha centrado en proyectos de infraestructura y en un fondo petrolero en declive con miras a reactivar su economía. Sin embargo, la nación ha progresado poco en la lucha contra la pobreza en las zonas rurales, donde vive casi el 70% de la población.

Ramos-Horta reconoce que, desde su independencia en 1999, la nación de 1,3 millones de personas ha logrado un "gran progreso" en el establecimiento de un estado de derecho coherente y la consolidación de su democracia. Las elecciones presidenciales y parlamentarias del año pasado fueron las primeras sin supervisión de la fuerza de paz de la ONU. Sin embargo, dice el Premio Nobel, en otras áreas el país se ha tomado el rumbo equivocado y, por ejemplo, no se centra el sistema de educación en la formación profesional, lo cual daría a los jóvenes de Timor habilidades útiles para una nación en desarrollo. "Se les pagaría mejor con un certificado profesional de electricista o plomero, que con un doctorado en humanidades. Fue un error desde el principio, desde la independencia. Espero que el próximo gobierno pueda cambiar eso", concluye José Ramos-Horta.