Jornada Misionera y dolor por las víctimas de la guerra en Gaza

Francisco invitó a las diócesis y parroquias a tener "corazones ardientes y pies en camino". Cercanía al hospital anglicano y a la iglesia ortodoxa griega alcanzados por los bombardeos de los últimos días. "Hermanos, deténganse. Que se abran espacios para la ayuda humanitaria".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Este domingo se celebra la 97ª Jornada Mundial Misionera, bajo el lema "Corazones ardiendo, pies en camino" (Lc 24, 13-35) y al terminar el Ángelus el Papa Francisco se refirió al tema elegido para este año, inspirado en el pasaje de los discípulos de Emaús. Describió entonces las etapas de la conversión de los dos discípulos: la escucha de la Palabra, el encuentro con Cristo y el entusiasmo por ponerse nuevamente en camino. “Son dos imágenes que lo dicen todo - dijo refiriéndose al título-. Exhorto a todos a participar activamente en las diócesis y en las parroquias".

No faltó la referencia a lo que está ocurriendo en Israel y Palestina. “Estoy muy preocupado, entristecido. Rezo y estoy cerca de todos los que sufren: los rehenes, los heridos, las víctimas y sus familias. Pienso en la grave situación humanitaria en Gaza. "Lamento mucho que el hospital anglicano y la parroquia greco-ortodoxa también hayan sido alcanzados por las bombas en estos días", dijo Bergoglio, refiriéndose la iglesia de San Porfirio, que el viernes fue blanco de una lluvia de misiles que provocó una masacre, y al hospital Al-Ahli de Gaza, donde otro ataque causó cientos de víctimas el martes 17.

“Renuevo mi llamamiento para que se abran espacios: que se permita que siga llegando la ayuda humanitaria y se libere a los rehenes”, prosiguió. Dando a entender que no es suficiente la ayuda humanitaria que ingresó a la Franja desde Egipto a través del paso de Rafah, abierto momentáneamente y que ayer volvieron a cerrar. “¡La guerra, todas las guerras que hay en el mundo, pienso también en la martirizada Ucrania, son una derrota! ¡La guerra es siempre una derrota! Es una destrucción de la fraternidad humana. ¡Hermanos, deténganse!

El Papa recordó luego que para el viernes 27 de octubre ha convocado "una jornada de ayuno, oración y penitencia", a la que invitó también a las otras religiones. En Roma, el encuentro de oración "para implorar la paz en el mundo" se llevará a cabo en San Pedro a las 18 horas.

Antes de rezar el Ángelus, el Papa comentó el Evangelio del día. En este episodio (Mt 22, 15-21) algunos fariseos y herodianos se unen para poner a prueba a Jesús preguntándole si es lícito o no pagar impuestos al César. “Es una trampa - afirmó Bergoglio -. Si Jesús legitima el impuesto, se pone a favor de un poder político que el pueblo rechaza, pero si dice que no hay que pagarlo, puede ser acusado de rebelión contra el imperio. Sin embargo, escapa de esa trampa respondiendo con palabras que "se han vuelto de uso común". “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” (v. 21).

A pesar de que esta respuesta se ha difundido mucho - admite el Papa Francisco - generalmente se usan las palabras de manera equivocada "para hablar de la relación entre Iglesia y Estado, entre cristianos y política", en el sentido de que se debe separar "la realidad terrena y la espiritual". “Eso es esquizofrenia, es como si la fe no tuviera nada que ver con la vida concreta, con los desafíos de la sociedad, con la justicia social”, añadió el Santo Padre. Explicó que “debemos devolver a la sociedad lo que ella nos ofrece a través de nuestra contribución como ciudadanos responsables, prestando atención a lo que se nos confía, promoviendo el derecho y la justicia en el mundo del trabajo, pagando honestamente los impuestos, comprometiéndonos con el bien común". Pero al mismo tiempo no pertenecemos a ninguna realidad terrena. “Pertenecemos al Señor y no debemos ser esclavos de ningún poder mundano”.

El Papa Francisco terminó el comentario del Evangelio con una serie de preguntas, dirigidas a todos los fieles. Algunas de ellas fueron: "En la moneda de este mundo está la imagen del César, pero ¿cuál es la imagen que llevas dentro de ti?", y "¿De quién eres imagen en tu vida?". Y concluyó pidiendo: “Que la Santísima Virgen nos ayude a reconocer y honrar nuestra dignidad y la de todo ser humano”.