Jerusalén, dos nuevos obispos auxiliares para el Patriarcado latino

Jamal Deibes es el vicario patriarcal de Jordania, Rafic Nahra es el vicario de Israel. El primero fue director de las escuelas del Patriarcado en Palestina, mientras que el sacerdote de origen libanés es un profundo conocedor del mundo judío. Patriarca Pizzaballa: llamados a "enseñar, gobernar y santificar".

Jerusalén (AsiaNews) - “Con gratitud y alegría anuncio que el Santo Padre, el Papa Francisco, ha designado al padre Jamal Deibes y al padre Rafic Nahra como obispos auxiliares del Patriarcado latino de Jerusalén”. Ambos “continuarán sus respectivas misiones como Vicario Patriarcal para el Reino Hachemita de Jordania y Vicario Patriarcal para Israel”. Con estas palabras, publicadas en la página web del patriarcado, el primado latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, celebró el nombramiento, oficializado hoy por la Oficina de Prensa del Vaticano, de dos nuevos obispos para Tierra Santa. El patriarca recordó que “ambos nacieron y crecieron aquí en Oriente, ejercieron el ministerio sacerdotal durante muchos años y ahora han sido llamados” a ser “sucesores de los apóstoles con el mandato de “enseñar, gobernar y santificar” los fieles.

Mons. Rafic Nahra, vicario patriarcal para Israel desde 2021, nació el 27 de enero de 1959 en Ismailia, Egipto, de padres libaneses que emigraron a ese país por trabajo. Creció en el Líbano hasta los 20 años y en 1979 inició sus estudios en París, donde se graduó en Ingeniería en la Ecole Nationale del Ponts et Chaussées y posteriormente ejerció la profesión durante dos años. En 1987, ingresó al seminario en París, luego se trasladó a Roma para estudiar el Bachillerato en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana y después la Licenciatura en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico. En 2004 obtuvo en Jerusalén una Maestría en Pensamiento Judío en la Universidad Hebrea y un doctorado en literatura judeo-árabe (2011-2016).

Ordenado el 27 de junio de 1992 e incardinado en la archidiócesis de París, ocupó diversos cargos en la capital francesa antes de ir a Tierra Santa como sacerdote fidei donum. Allí estudió temas de gran actualidad como las relaciones entre cristianos y judíos, siguiendo las enseñanzas del cardenal y arzobispos de París Jean-Marie Lustiger (hijo de familia judía). En los últimos años su compromiso se ha extendido a los migrantes y solicitantes de asilo cristianos - filipinos, indios, eritreos, sudaneses - que hoy representan un componente significativo de la comunidad cristiana local.

Vicario patriarcal en Jordania desde julio de 2021, el nuevo obispo Mons. Jamal Khader nació el 3 de julio de 1964 en Zababdeh (Palestina). Ingresó al seminario de Beit Jala después de la escuela primaria, donde continuó sus estudios de bachillerato y el 8 de julio de 1988 fue ordenado sacerdote. En Jordania comenzó a ejercer su ministerio y fue y profesor antes de trasladarse a Roma para completar sus estudios. Obtuvo el doctorado en Teología Dogmática en la Universidad Gregoriana en 1998. De regreso a Tierra Santa fue rector del seminario, jefe del departamento de Estudios religiosos de la Bethlehem University y decano de la Facultad de Artes. Posteriormente fue nombrado párroco de la Sagrada Familia en Ramallah y director de las escuelas del Patriarcado Latino en Palestina.

“La Jerusalén terrena y la Jerusalén celestial - sigue diciendo el comunicado del patriarca Pizzaballa - se unen en oración y celebración por estos hermanos nuestros elevados a la dignidad episcopal. En nombre de todo el Patriarcado Latino mis mejores deseos para los Obispos electos y por intercesión de la Santísima Virgen María, Reina de Palestina, invoco sobre ellos la bendición de Dios Todopoderoso”.

El año pasado, en una entrevista con AsiaNews con motivo del Día del Recuerdo, el nuevo obispo Rafic Nahra describió las dramáticas consecuencias del Covid-19 entre los sobrevivientes de la Shoah, cuando cerca de 900 de ellos muriendo a causa del virus. Recordó que “dependemos los unos de los otros” y que la Shoá así como la devastación humana y social provocada por la pandemia son una advertencia que invitan a “mirar al que está cerca y no abandonarlo en las dificultades”.