Jóvenes católicos: La Iglesia sostiene a la juventud filipina

de Santosh Digal

El país afronta numerosos problemas sociales, que van desde el tráfico de seres humanos a los embarazos adolescentes. En este contexto, los jóvenes procuran la guía de la Iglesia. Los programas para formar la espiritualidad y su fe.

Manila (AsiaNews) – La Iglesia católica acompaña y guía a los jóvenes en el cumplimiento de sus esperanzas y aspiraciones. Es lo que cuentan los exponentes de la juventud católica filipina, al ser entrevistados por AsiaNews.

En las Filipinas, los jóvenes se confrontan con numerosos problemas y desafíos sociales, que van desde la trata de seres humanos a los embarazos adolescentes, pasando por la droga-dependencia, la pobreza, el crimen y la falta de instrucción, sumada a la disgregación de las familias.

En el país, las personas cuyas edades oscilan entre los 15 y 24 años componen el 19,17% de la población total. Uno de los principales problemas es la elevada tasa de embarazos adolescentes, particularmente entre los pobres. Según el Fondo de las Naciones Unidas que se ocupa de la población (UNFPA), dos tercios de las filipinas que han dado a luz antes de los 20 años forman parte de la clase social baja. La creciente incidencia del embarazo en adolescentes también produce un aumento del número de abortos. Según el Instituto de Población de la Universidad de las Filipinas, más del 46% de las jóvenes gestantes han recurrido al aborto inducido, que está prohibido por la ley filipina. La migración de 10 millones de trabajadores filipinos (el 10% de la población) al exterior, también tiene un costo social: a pesar de que el dinero que ellos envían a sus familias suma 26 millardos de dólares al año, se ven obligados a dejar a sus hijos solos, en su país.

En este contexto, las nuevas generaciones buscan ansiosamente la guía de la Iglesia para procurarse una vida en paz y un país mejor.

Joshua Jean P. Jamolin (21 años), un joven católico, afirma que “con la fe en Dios y una fuerte adhesión a la Iglesia, los jóvenes de este país esperan tener una vida mejor y más segura, para sí mismos y para la nación”.

“El gobierno, los grupos de la sociedad civil y las Iglesias deben acompañarnos y conducirnos para una mejor instrucción, además de [brindarnos] sólidos valores humanos y espirituales”, continúa Jamolin. “Debemos esperar algo mejor. Nuestros padres y las autoridades eclesiales, además de las del gobierno, están haciendo lo que pueden para ayudarnos. Todo depende de cómo recibimos y aceptamos estos programas”.

Uno de estos programas es el “National Youth Day” (NYD), que se inició el 6 de noviembre y concluye hoy. Quien lo organiza es la Comisión episcopal para la juventud, de la Conferencia episcopal católica de las Filipinas, en la arquidiócesis de Zamboanga, en el sur de país. El tema de la NYD es “Grandes cosas hizo en mí el Todopoderoso, y Su nombre es Santo” (Lucas 1:49). La ocasión sirvió para presentar iniciativas espirituales y de devoción Mariana, al igual que el diálogo entre laicos, jóvenes, líderes religiosos y funcionarios de gobierno, a fin de inspirar y enriquecer a la juventud filipina. Jamolin es uno de los 3.000 jóvenes participantes y forma parte de un grupo de 24 chicos llegados de la diócesis de Cubao (cerca de Manila): “Me han inspirado para compartir, aprender e interactuar con los demás jóvenes, que vienen de distintas partes del país”.

Para Roy Bryan Sigga (21 años), otro joven que participa de la NYD, la misión de la Iglesia en Filipinas es ayudar a los jóvenes a llevar una vida digna, y tener la experiencia de la alegría cristiana. Sigga cuenta que su país debe vérselas con diversos problemas sociales que están siendo afrontados por el gobierno. En tanto, la Iglesia católica prepara a los jóvenes a través de programas de formación espiritual.