Italia aprenda de China para sanar al envejecimiento de la población
Los datos lúgubres de la población en Italia: disminuye en un 3%. El porcentaje de 65 años y más ahora está en el 22,3%. También China se encuentra en gestionar 158,31 millones de gente con más de 65 años (el 11,4%). El envejecimiento mina la fuerza de trabajo y los gastos sociales, pero también innovación, creativa, consumos, perspectivas y esperanzas. Beijing está pensando en quitar todo límite al número de hijos. Los demógrafos aconsejan asignar un bono de 10 mil yuan por cada nuevo nacido. Si no se quiere caer en el estancamiento.
Roma (AsiaNews)- El crónico envejecimiento de la población en Italia debería crear una sacudida en los políticos y en los empresarios del país. Y también dar una mirada a cuánto sucede en otras regiones, aprendiendo de ellos. Y aprender hasta de China que hasta hace pocos años actuaba el más radical control de su población.
Los datos publicados por el ISTAT son casi lúgubres: en 2017 la población italiana disminuyó en un 3,2%; los nuevos nacidos son 458 mil (15 mil menos respecto al 2016) y los muertos 650 mil, 3 más respecto al año precedente, con una disminución de la población total de más de 100 mil personas. El porcentaje de 65 años y más es ahora del 22,3%.
También China está sufriendo una restricción de la población y un aumento de la franja de los ancianos. En 2017 hubo menos nacimientos del año precedente: 17,23 millones en lugar de 17,86 millones (en 2016). Según la Oficina nacional de estadísticas de Beijing en 2017 la población sobre los 65 años alcanzó los 158,31 millones o sea el 11,4%. Diez años antes esta era del 7%. Al mismo tiempo, la fuerza trabajo- en una edad comprendida entre los 16 y los 59 años- se redujo en más de 5 millones de unidades.
En el imperio medio, esta situación es la consecuencia de decenios de aplicación despiadada y metódica de la ley del hijo único que según los datos de la ex Oficina para la población previó el nacimiento de 400 millones de niños. Como se sabe, la ley llevó a la violación de los derechos humanos, multas exorbitantes, esterilizaciones y abortos forzados y a un desequilibrio en la relación entre varones y mujeres, con padres que recurrían a abortos selectivos de fetos femeninos.
En Italia, la disminución se debió al enorme número de abortos practicados y al uso que se hizo como práctica de control de la población. Pero influencian también los ritmos de trabajo siempre más envolventes, una mentalidad consumista, la pobreza.
Ahora en China, si bien el gobierno concedió a las parejas tener “dos hijos”, la gente prefiere todavía tener uno solo, o ninguno, porque mantener y hacer crecer un hijo cuesta mucho en tiempo y dinero.
Para la Organización mundial d la salud, una sociedad comienza a envejecer cuando los que tienen más de 65 años superan el 7%: China e Italia han ya superado el umbral.
Esto se traduce en un aumento de los gastos estatales para la salud y las pensiones. Pero quiere decir también una reducción de la franja juvenil, que es aquella que trae innovación, creatividad, consumos, perspectivas y esperanzas.
En China están muy preocupados por el creciente envejecimiento de la población. Activistas y demógrafos están presionando para quitar cada barrera al número de hijos que una pareja puede tener y una comisión del Consejo de Estado está estudiando qué hacer.
En el coro los que quisieran cancelar todo límite, está el empresario y estudioso James Liang. En su último libro, The Demographics of Innovation (La demografía de la innovación, 2018), él demuestra que el envejecimiento de la población influencia la capacidad de inventiva, de creatividad y de desarrollo económico. Por esto él alienta a China a quitar el límite al número de hijos por pareja y a apoyar los gastos para cada nuevo nacido con un bono de 10 mil yuan anuales (unos 1.000 euros) a las familias. El riesgo, para Liang es que China se frene. Para Liang, la crisis económica en la cual se encuentra Japón actualmente se debe justamente a la demografía y al envejecimiento de la población.
El riesgo es que también Italia se frene. Empresarios y políticos deberían apoyar a la maternidad, ya sea desde el punto de vista económico como del cultural. Y esto no sólo por motivos “pro-vida”-que son fundamentales, sino por simples motivos pragmáticos y para el mantenimiento del desarrollo y de la innovación.
12/04/2019 10:49