Israel: «eliminado Nasrallah». Cáritas Líbano: «intensos bombardeos, situación crítica».

de Dario Salvi

El ejército anuncia la muerte del líder de Hezbolá y número tres de la organización. El padre Michel Abboud habla a AsiaNews de una situación «muy difícil», y el convento de las Carmelitas también se ve afectado por las bombas disparadas por los combatientes. La gente huye «sin perspectivas de salvación» y la evacuación de urgencia aumenta. Hace un llamamiento «para pedir ayuda y apoyo» porque «las necesidades son enormes».

Beirut (AsiaNews) - «La situación en este momento en el Líbano es muy difícil, por no decir crítica, y no es posible especular sobre lo que puede suceder en el futuro, pero sabemos que el panorama es sombrío». Así se expresa a AsiaNews el presidente de Cáritas Líbano, el padre Michel Abboud, mientras en el país de los cedros se oyen rumores - alimentados por el ejército israelí - de la muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en los intensos bombardeos que se suceden desde ayer. «Hay intensos bombardeos y fuertes explosiones en Beirut», continúa el sacerdote, «y el panorama es muy complicado. Las bombas lanzadas por aviones de combate con la estrella de David que sobrevuelan a baja altura la capital han alcanzado también nuestro convento carmelita» y luego se han extendido «por todas partes».

«[Desde Israel] dicen que han apuntado a los líderes de Hezbolá, que han apuntado a sus refugios», subraya el presidente de Cáritas. «Desde ayer, la población recibe llamadas y mensajes [anónimos] en sus teléfonos, advirtiéndoles que abandonen sus casas, porque las zonas vecinas serán bombardeadas. La gente se ha echado a la calle -continúa- sin saber adónde ir, sin tener un refugio donde guarecerse, sin ninguna perspectiva de salvación» en una guerra que, una vez más, desde Gaza en el sur como en el frente norte del Líbano, acaba arrollando -y matando- a civiles.

Por la mañana, mientras tanto, los rumores sobre la muerte de Nasrallah se hacían cada vez más insistentes, según anunciaba en una nota el ejército israelí (IDF), habría sido «eliminado» junto con el número tres de Hezbolá, Ali Karki, comandante de la organización en el sur. «Hassan Nasrallah ya no podrá aterrorizar al mundo», dice la nota publicada por el Idf en X, antes Twitter, porque fue asesinado junto con “otros comandantes de Hezbolá”. Por otra parte, por el momento no hay comunicados oficiales de los exponentes del Partido de Dios sobre su líder, que se había instalado en Teherán hace algún tiempo pero que habría realizado un viaje a la capital libanesa en los últimos días. De ahí la decisión de Israel de atacar, autorizada por el propio primer ministro Benjamin Netanyahu inmediatamente después de su discurso de ayer en la Asamblea General de la ONU.

Mientras tanto, el ejército israelí siguió bombardeando durante toda la noche los suburbios del sur de Beirut, tras dos llamadas a la evacuación lanzadas por los militares, que afectaron también a hospitales de toda la zona, causando asimismo varias víctimas. En respuesta a los ataques y al asesinato (no confirmado) de su líder, el Partido de Dios lanzó una avalancha de misiles hacia el norte de Israel, apuntando a la base aérea de Ramat-David, al sureste de Haifa, y al valle de Jezreel, mientras que un cohete tierra-aire impactó en una zona abierta del centro del país.

Entre los que condenan la escalada se encuentra Siria, que habla de «crímenes de guerra y contra la humanidad que son blasfemos» y provocarán «consecuencias» «imposibles de prever». También llegan duras palabras de Irán, que denuncia la «incapacidad o falta de voluntad de la comunidad internacional y de los partidarios de Israel para poner fin a sus crímenes» en Gaza y Líbano, mientras las FDI movilizan otros tres batallones de reservistas. Mientras tanto, en Beirut, L'Œuvre d'Orient denuncia en una nota que «milicianos y hombres armados» han obligado a varias escuelas a interrumpir las clases en los últimos tres días, amenazando al personal y obligándoles «a abrir sus puertas a los evacuados». La presencia de milicianos y hombres armados en el interior de estas escuelas representa una amenaza y un objetivo tanto para los desplazados como para los residentes de los lugares'.

La intensificación del conflicto también en el frente norte no perdona ni a los niños, como afirma en una nota el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, que habla de un índice de asesinatos «aterrador». Edouard Beigbeder, representante de Unicef en Líbano, describe un país «al borde de una crisis y una catástrofe», con la esperanza de que el sufrimiento de los más pequeños pueda terminar cuanto antes. Al menos 3.000 personas han muerto o resultado heridas en el sur, mientras que los habitantes de las zonas atacadas se han visto obligados a huir en una gran oleada de desplazamientos.

Una situación profundamente crítica confirmada por el P. Abboud: «Como Cáritas», dice, «hemos empezado a recibir muchas llamadas de personas que querrían ser alojadas en centros de acogida. Hemos empezado a trabajar para ello, también porque la situación es realmente complicada. Según algunos rumores», prosigue, “esta situación crítica podría prolongarse incluso cinco o seis años, agravando aún más una situación ya de por sí difícil y dura”. «Los operadores de Cáritas -añade- ya están trabajando sobre el terreno, organizando numerosas actividades de ayuda, en colaboración con el gobierno libanés y las asociaciones humanitarias... ¡pero no es fácil!

El número de desplazados, advierte el P. Abboud, no deja de aumentar y ya se habla de «más de 70.000 personas en 400 centros de acogida, pero esta es la cifra oficial y en realidad las personas podrían ser muchas más, también porque algunas han encontrado refugio en casa de sus padres o familiares». Ahora, como Cáritas Líbano, dice, «estamos alzando la voz y lanzando un llamamiento porque necesitamos ayuda y apoyo: lo que tenemos es para los pobres, pero a ellos añadimos ahora también a los desplazados, duplicando nuestros esfuerzos y el alcance de nuestra misión». «Nos estamos moviendo», concluye el sacerdote, “con los principales donantes y la comunidad internacional, incluido el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y las hermanas de Cáritas de todo el mundo, para preparar la ayuda y hacer frente a la emergencia, pero las necesidades son enormes”.