Aumentó a 48 el número de muertos confirmados; en la ciudad de Suzu el 90% de los edificios habrían sufrido graves daños. La Iglesia católica japonesa está atenta a las diócesis de Nagoya y Niigata, situadas en la zona del terremoto. Arzobispo Kikuchi de Tokio: "Rezamos por las víctimas. Haremos todo lo posible para ayudar a los afectados".

 

Tokio (AsiaNews/Agencias)- El Papa Francisco expresó su cercanía a las víctimas del terremoto en Japón, mientras la Iglesia católica local cierra filas en torno a las diócesis de Nagoya y Niigata, las dos comunidades católicas afectadas por el terremoto del 1 de enero. Mientras tanto, el número de muertos sigue aumentando: los últimos datos hablan de 48 muertes confirmadas, de las cuales 20 en Suzu, 19 en Wajima y 5 en Nanao, pero todavía se sigue cavando bajo los escombros. Sobre todo en Suzu -una ciudad de 13.000 habitantes en la prefectura de Ishikawa-  el 90% de los edificios habría resultado gravemente dañado, y hay cerca de mil casas derrumbadas. Hoy al mediodía el gobierno japonés hablaba de 57.360 personas desplazadas en las prefecturas de Ishikawa y Niigata.

El Papa Francisco quiso expresar su cercanía a las poblaciones afectadas con un telegrama que envió en su nombre el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin: el Papa - dice el texto - "escuchó con profundo dolor la noticia de la pérdida de vidas humanas y los daños causados ​​por el terremoto en la prefectura de Ishikawa. Asegura su solidaridad y cercanía espiritual a todos los afectados por esta catástrofe y reza en particular por los muertos, por los que lloran su pérdida, y por el rescate de los que aún están desaparecidos. El Santo Padre - dice el telegrama - envía su aliento a las autoridades civiles y al personal de emergencia que asiste a las víctimas de esta tragedia e invoca la bendición divina sobre todos, para que les conceda consuelo y fortaleza".

La pequeña comunidad católica japonesa también sigue con especial inquietud las noticias sobre el terremoto. “Se encuentra afectada toda la zona de la diócesis de Nagoya - escribió el arzobispo de Tokio, monseñor Tarcisio Isao Kikuchi en una publicación en las redes sociales-  y sobre todo Wajima, que forma parte de la diócesis de Niigata. Rezamos por las víctimas. La Iglesia católica hará todo lo que esté a su alcance para estar cerca de los afectados y seguir brindándoles su apoyo. El 'Emergency Response Support Team de la Conferencia Episcopal Japonesa junto con Cáritas Japón, que precisamente se encuentra a cargo del obispo de Niigata, Mons. Daisuke Narui, en este momento está evaluando los daños junto con el obispo de Nagoya y planteará las modalidades de respuesta de la Iglesia".

Mons. Narui acudió personalmente al barrio de Nishi, la zona más afectada de Niigata, y vio cómo se habían levantado los edificios y se habían hundido y agrietado las calles. “La iglesia de Terao y el instituto Seishin están en buenas condiciones - explicó -. Hoy es el aniversario de la muerte del obispo Keiichi Sato, así que también visité el cementerio católico de Terao. Encontré una lápida caída (que fue recuperada), pero afortunadamente este fue el único daño. Sin embargo, viendo los efectos del terremoto en la ciudad de Niigata, lejos del epicentro, imagino que la situación cerca del epicentro debe ser terrible”.

 

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