Inteligencia artificial y ética: llamado de las religiones asiáticas en julio en Hiroshima
El anuncio del arzobispo Paglia, que intervino en Bengaluru en la Asamblea Plenaria de los obispos de rito latino de la India. Mientras tanto, Tsai Ing-wen, presidente saliente de Taiwán (país líder en la producción de semiconductores) ha escrito al Papa Francisco: "Compartimos su advertencia, trabajemos para que el hombre esté en el centro del desarrollo de la tecnología".
Bengaluru (AsiaNews) - En el mes de julio en Hiroshima - en el mismo lugar simbólico de las heridas de la guerra - algunos líderes de las grandes religiones asiáticas firmarán el "Llamado de Roma por la ética de la IA". Se trata del documento impulsado en 2020 por la Pontificia Academia para la Vida junto con la FAO y algunos gigantes del mundo informático para promover la llamada algorética, es decir, aquellas pautas morales que hoy son indispensables para garantizar que el desarrollo de las aplicaciones cada vez más avanzadas de la ciencia de los datos esté siempre al servicio del hombre. Así lo ha anunciado el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, en su discurso ante la Asamblea Plenaria de la Conferencia de Obispos de Rito Latino de la Iglesia India (CCBI) que se está celebrando en Bengaluru .
"En enero de 2022, judíos y musulmanes firmaron el Apelo de Roma", recordó monseñor Paglia, "y el próximo mes de julio, en Hiroshima, lo firmarán también los líderes de las religiones asiáticas. Espero poder comunicar pronto el programa de este evento, que testimonia la responsabilidad global de las religiones, llamadas no a defenderse en un ambiente aparentemente hostil, sino a servir a la humanidad en todo tiempo y lugar".
Precisamente sobre los beneficios que la inteligencia artificial está aportando ya a la humanidad en tantos campos -de la medicina a la agricultura, de la comunicación a la vida misma de la Iglesia- llamó la atención monseñor Paglia. Invitando a los obispos indios a no dejarse contagiar por el pesimismo de quienes en este momento "enumeran, con tonos preocupados cuando no apocalípticos, sólo los muchos peligros que este cambio parece traer a la vida humana, hasta el punto de postular el fin de la civilización humana en el planeta".
Esto no significa ignorar las responsabilidades que conllevan estos instrumentos. "Somos conscientes de que puede haber respuestas articuladas y complejas a esta cuestión ética, que no son necesariamente siempre inequívocas y sencillas -continuó comentando el presidente de la Pontificia Academia para la Vida-; estamos llamados a regular un fenómeno que crece rápidamente y es global, reuniendo culturas y tradiciones muy diferentes. No puede dejar de hacernos reflexionar sobre el hecho de que la inteligencia artificial está hecha con minerales chinos y africanos, ideas occidentales y CEO indios".
En este sentido, precisamente desde Asia ha llegado en los últimos días una respuesta significativa al mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz 2024, que tiene este tema en el centro: la presidenta saliente de Taiwán, Tsai Ing-wen, al frente de la primera isla del mundo en la producción de semiconductores (una herramienta esencial para el desarrollo de tecnologías de vanguardia) ha respondido con una carta al pontífice en la que hace su propio apelo y explica los pasos dados por su Gobierno para un acercamiento ético a la inteligencia artificial.
"En los últimos años -explica Tsai Ing-wen- nos hemos comprometido a reforzar los recursos y talentos del sector. Nuestro objetivo ha sido estimular el desarrollo tecnológico, actualizar nuestras industrias e impulsar la transformación digital, abordando al mismo tiempo los retos de la escasez de mano de obra, el envejecimiento de la sociedad y la consecución de cero emisiones netas de carbono. De este modo, Taiwán seguirá desempeñando un papel indispensable en las cadenas de suministro mundiales y contribuirá sustancialmente a la prosperidad global."
"Para Taiwán, como para otras democracias, un reto importante son las campañas de desinformación", añade la presidenta de la isla, "somos plenamente conscientes de que (como escribe el Papa) "no se debe permitir que los algoritmos determinen la forma en que entendemos los derechos humanos". Taiwán, trabajando inteligentemente en el desarrollo de la tecnología de inteligencia artificial, tendrá siempre presente a la humanidad. Trabajando junto a socios de ideas afines, utilizaremos la tecnología para aumentar la confianza pública, defender la democracia y la libertad, y mitigar los impactos negativos que puede traer. Taiwán, concluye Tsai Ing-wen, profundizará la cooperación con la Santa Sede en muchos ámbitos, mientras trabajamos para ejercer una buena gobernanza tecnológica, mantener la armonía social y la estabilidad, y crear conjuntamente un futuro pacífico para la humanidad".
(colaboró Nirmala Carvalho)
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