Inteligencia artificial, Beijing explora la 'guerra cognitiva'
En el debate sobre los usos de las nuevas fronteras de la tecnología, adquiere cada vez más importancia la dimensión militar. El robo de datos personales como arma para crear un contexto favorable en caso de conflicto. Por su parte, el ejército chino estudia la posibilidad de utilizar tecnologías portátiles para "orientar" las decisiones de sus soldados.
Milán (AsiaNews/Agencias)- El tema de la inteligencia artificial ha surgido con fuerza en estos días en el Foro sobre la Belt and Road Initiative, el evento organizado por el presidente chino Xi Jinping para celebrar los diez años de la "nueva ruta de la seda". El Foro brindó la oportunidad de criticar duramente el bloqueo impuesto por el presidente estadounidense Joe Biden a la exportación de tecnología avanzada a la República Popular China. Y expresar - por el contrario - la opinión favorable de Beijing a la creación de un organismo de la ONU para la gobernanza global de las aplicaciones de inteligencia artificial.
La cuestión no es sólo económica sino que también tiene implicaciones militares que ya resultan muy evidentes. El Ejército Popular de Liberación chino (EPL), en efecto, se está centrando cada vez más en la "guerra inteligente", desarrollando nuevos sistemas militares basados en la inteligencia artificial que algunos expertos ya denominan “guerra cognitiva”. El término se refiere a operaciones basadas en técnicas y tecnologías destinadas a influir en las opiniones (sesgos) de los adversarios para moldear sus decisiones, creando así un entorno estratégicamente favorable.
“En China hay un intenso debate sobre la guerra cognitiva y de qué manera su desarrollo podría resultar muy atractivo para los políticos chinos, sobre todo por los aportes que puede aportar para conquistar Taiwán sin usar armas convencionales”, comentaba al sitio Japan Times hace pocos meses Koichiro Takagi, experto en tecnología informática militar y miembro del Hudson Institute, con sede en Washington. La importancia que ha adquirido la inteligencia artificial para la seguridad nacional y las ambiciones militares de China fuera de sus fronteras fue señalada también por el propio Xi Jinping. A principios de octubre, subrayando el compromiso de Beijing con el desarrollo de la inteligencia artificial y de otras tecnologías de vanguardia, ha expresamente asociado el ámbito militar con el civil.
El ejército estadounidense también está trabajando para integrar la inteligencia artificial con el procesamiento de información y armas no tripuladas. Sin embargo, la guerra cognitiva abriría una nueva frontera no sólo en la forma de hacer la guerra, lo que un sistema político como el de la República Popular China, caracterizado por un rígido control de la información, haría aún más peligroso: "La guerra cognitiva también podría librarse a través del deep fake, es decir la manipulación de vídeos e imágenes de la opinión pública en Taiwán”, añade Takagi. Y para eso, según el analista, China no sólo tendría que desarrollar las capacidades de ingeniería informática necesarias, sino también acumular una gran cantidad de información personal detallada.
Takagi ha estudiado la inteligencia artificial y la minería de datos, y cree que China ya ha recopilado una enorme cantidad de datos sobre funcionarios del gobierno y ciudadanos estadounidenses comunes a través de varios ciberataques generalizados. En 2015 la Oficina de Administración de Personal de EE. UU., la agencia que gestiona la fuerza laboral civil del gobierno, descubrió que algunos de sus archivos de personal habían sido vulnerados, incluidos millones de formularios que contenían información personal recopilada en verificaciones de antecedentes de personas que requerían autorizaciones de seguridad del gobierno, junto con registros de huellas dactilares de millones de personas. Aunque no se han encontrado pruebas definitivas sobre el origen de los autores de los ataques, las agencias de Washington creen que el hackeo fue obra de células que trabajan para el gobierno chino.Pero no fue un incidente aislado. Cinco años después, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció cargos contra lo que describió como cuatro “piratas informáticos chinos respaldados por el ejército” en relación con un ciberataque de 2017 contra Equifax, una agencia de informes para créditos para el consumo. La intrusión supuso el mayor robo conocido de información de identificación personal.Mientras tanto, el ejército chino anunció en agosto que estaba trabajando en tecnología portátil y en un "sistema de apoyo psicológico mediante IA" para mejorar el rendimiento de sus soldados en situaciones reales de combate: "Las personas son siempre el factor decisivo en el resultado de una guerra, y el funcionamiento eficaz de las personas depende del respaldo de una buena situación psicológica y de una calidad psicológica estable”, añade la analista.Sin duda todo esto también está detrás de las restricciones impuestas por Washington a la venta de chips avanzados para inteligencia artificial y supercomputación a China: "Estas restricciones podrían ser muy efectivas, ya que a China le resultará extremadamente difícil replicar a corto plazo los semiconductores de alta gama" que se han desarrollado tanto en Estados Unidos como en Taiwán”, concluye Takagi.
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