Institutos Confucio, la influencia de China en las universidades británicas

Un informe parlamentario relacionado con el Foreign Office denuncia “presiones financieras, políticas o diplomáticas” que ponen en crisis a la libertad académica. Los Institutos Confucio pasan bajo silencio o callan sobre Taiwán, la masacre de Tiananmen, Tibet. Estudiantes chinos, instigados por su embajada, contrastan las manifestaciones en favor de la democracia en Hong Kong o sobre los derechos en Xinjiang.

Londres (AsiaNews) – A través de los Institutos Confucio, China se está infiltrando en las universidades del Reino Unido, hasta amenazar la “libertad académica”. Es la grave acusación presente en un informe presentado el pasado 5 de noviembre por el Comité parlamentario británico para los Asuntos exteriores, que lleva por título: “Un abrazo lleno de cautelas: defender la democracia en la época de las autocracias”.

El informe de 27 páginas muestra las “presiones financieras, políticas o diplomáticas, tendientes a manipular la investigación o los planes de estudio de las universidades” a través de apoyos financieros directos o indirectos, poniendo “límites a las finalidades de los sujetos que pueden ser discutidos”, o con presiones sobre los organizadores de eventos “para no invitar a ciertas personalidades”, o para frenar las “críticas hacia gobiernos extranjeros”. Hay También intentos de solicitar “protestas políticas en apoyo de los objetivos del país (extranjero)”.

Los Institutos Confucio, una rama de ministerio chino de la Instrucción, sirven oficialmente para difundir la lengua y la cultura china en el extranjero. Pero ellos, son desde hace tiempo sospechados de difundir una visión benévola y acrítica hacia China; de desarrollar en secreto influencia sobre la política de la nación que la hospeda para favorecer a China; de practicar espionaje industrial.

El informe recuerda que en el Reino Unido hay más de 100 mil estudiantes chinos y que las universidades británicas disputan entre ellas para tenerlos como alumnos y para aumentar las inscripciones en sus universidades. Pero todo esto manifiesta que “el intento de China de internacionalizar la educación terciaria se acompaña con intentos locales de doblegar la influencia de las normas educativas y de los valores asociados al occidente”.

Citando testimonios de académicos, se denuncia que hay estudiantes chinos- instigados por su embajada en Londres-que sofocan las manifestaciones a favor de Hong Kong y de la democracia; que en algunas conferencias, el Instituto Confucio obtuvo eliminar algunas intervenciones que citan a Taiwán; que a través de la Asociación de estudiantes y profesores chinos bloquean las discusiones sobre temas sensibles como la masacre de Tiananmen, cuando se habla sobre el Tíbet o los uigures y Xinjiang. Los estudiantes uigures en Gran Bretaña denuncian que la embajada china ha comenzado a lanzar amenazas a ellos y a sus familias, poniéndolos bajo control.