India, un encuentro “corazón a corazón” con Santa Teresa de Ávila
Mumbai (AsiaNews)- Hoy en la Iglesia católica se celebra la memoria litúrgica de Santa Teresa de Ávila, reformadora de la Orden monástica de las carmelitas descalzas. En el día del aniversario de su muerte, Sor María Gema ocd, priora del monasterio Prem Jyot (Luz de amor), comparte con AsiaNews el recuerdo de la peregrinación a la basílica dedicada a la santa, en Alba de Tormes, en España. Aquí, la monja, que dirige el monasterio carmelita en la diócesis de Baroda (Estado hindú de Gujarat), pudo ver las reliquias de Santa Teresa y rezar en su tumba, hasta que de repente “la madre priora tomó el relicario que contiene el corazón de nuestra santa madre y lo acercó a mí. Fue más de lo que podía esperar. Me puse a llorar de la emoción. Lágrimas silenciosas corrían por mis mejillas. Nada me había acercado jamás a la santa de ese modo, antes de ese momento. Mi corazón se encontró junto al suyo”.
Sor María Gema cuenta que en el año 2003, ella y otras diez monjas carmelitas provenientes de todo el mundo, fueron invitadas a participar del capítulo general de los Frailes carmelitas descalzos de Ávila. “Para coronar nuestra presencia, sin precedentes, en aquel encuentro - dice - fuimos llevados en peregrinación a los lugares donde había vivido Santa Teresa. Visitar su casa, los lugares de su Encarnación y de la primera fundación (el monasterio S. José en Ávila, ndr), fueron para mí algo más allá de mi deseo más remoto. Fue una experiencia espiritual cargada de emociones”
La monja continúa: “Llegamos a Alba de Tormes, donde descansan sus restos. Mis compañeras y yo no arrodillamos y rezamos en su tumba, conscientes de su presencia y en sus restos mortales no corruptos. Luego fuimos ante el relicario que contiene su corazón, encerrado en un vidrio, detrás de unas rejas. Y, ¡allí sucedió! La madre priora puso el relicario junto a mí. Me conmovió mucho y recé para que pudiera tener un corazón como el suyo: un corazón grande y amplio como la arena de la playa, un corazón que late sólo por Jesús con una pasión que lo consuma”. “Recé por un amor que surge de la conciencia de ser amados antes por Él, Jesús, que era su esposo, amigo, señor, “Su majestad” que “le tenía la mano derecha”, que no levantó nunca los ojos de ella”.
Sor María Gema recuerda que “había deseado todo esto: amar hasta el final, descubrir, cada día más, que Jesús me espera y entra en el corazón de mi existencia, me alienta a avanzar en el camino del Misterio de Dios y abrazar al mismo tiempo al mundo entero con un corazón grande. Estoy agradecida por haber recibido la gracia de este regalo del todo inesperado y gratuito. Mi corazón se inundó de alegría y paz, cuya esencia dura hasta ahora, hasta hoy”. Luego concluye con una invocación: “Santa Madre Teresa, mira y visita esta viña que tú has plantado. Concede que todas nuestras hermanas carmelitas estén a la altura de sus propias llamadas, donde las almas enamoradas de Dios son atraídas a una intimidad y a una unión con Él”. (NC).