Iglesias de Tierra Santa: Navidad, Jerusalén en un ‘don sagrado’ para todo el mundo

Preservar el status quo hasta que se llegue a un justo acuerdo de paz entre Israel y Palestina. En Belén, los ángeles anunciaron el alba del “nuevo día” y de la economía “divina”: la providencia de Dios. “Impulsar la alegría, la esperanza y la paz, en un mundo destruido por la violencia, la injusticia y la avaricia”.

Jerusalén (AsiaNews) – “Tratar de poseer la Ciudad Santa de Jerusalén, o confinarla a condiciones de exclusividad, conducirá a una realidad muy oscura”. De esta manera, los líderes y jefes de las Iglesias de Tierra Santa reiteran, en la carta de Navidad, su llamado a la tutela del status quo de Jerusalén.

“En este momento, la mirada del mundo está fija en Jerusalén, una ciudad santa para todos los credos abrahámicos”, comienzan diciendo los líderes cristianos, al reiterar el llamado a la “preservación del status quo de la Ciudad Santa, hasta tanto un justo acuerdo de paz no sea alcanzado entre israelíes y palestinos, basado en negociaciones y asentado en el derecho internacional”.

“Los cristianos de Tierra Santa saben que su presencia y su testimonio están estrechamente conectados con los lugares sagrados, y con su accesibilidad como lugares de encuentro y acercamiento para la unidad entre pueblos de religiones diversas”, continúa la carta, poniendo en guardia contra “un abordaje exclusivamente político” que privaría a Jerusalén “de su verdadera esencia”. De hecho, Jerusalén es un “don sagrado”, un “territorio consagrado” al mundo entero.

Los líderes cristianos recuerdan que la venida de Jesús “continúa siendo, después de dos milenios, fuente de alegría, esperanza y paz, a pesar de los sufrimientos y las aflicciones de muchas naciones y comunidades en el mundo”. En aquél tiempo, los ángeles anunciaron el surgimiento de “un nuevo día” a los pastores de Belén, que estaban sometidos a las injusticias de la ocupación romana y a la exclusión de la economía socio-política, haciéndoles descubrir una “economía distinta: la providencia de Dios”.

El anuncio de la venida de Jesús nos alienta a “participar en la economía divina impulsando la alegría, la esperanza y la paz, en un mundo destruido por la violencia, la injusticia y la avaricia”.

La carta continúa con la renovacion del compromiso a orar por Oriente Medio, respondiendo al pedido del “Príncipe de la Paz”, de inspirar los corazones y las mentes de todas las autoridades para que caminen por el sendero de la paz, la justicia y la reconciliación entre las naciones”.

“Mientras celebramos la venida de Cristo como luz del mundo”, concluyen los líderes cristianos, “obtenemos inspiración y consuelo de las palabras del Cántico de Zacarías – “nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, y para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”.