Iglesias de Oriente Medio: paz y un futuro para los jóvenes en su tierra

El MECC se reunió a finales de noviembre en Líbano, en un evento de dos días. El tema central de la reunión fue el futuro de las nuevas generaciones. Se planea una conferencia especial sobre los secuestros y desapariciones de la última década, comenzando por los dos obispos de Alepo. La invitación a seguir dialogando en una próxima cita, en torno a la Pascua.

Beirut (AsiaNews) - El llamado a orar por el fin de las guerras en el mundo, desde Oriente Medio hasta Ucrania; ayudar al pueblo sirio preparando un plan de apoyo al retorno de los desplazados; la organización de una conferencia "especial" sobre el tema de los secuestros y las desapariciones forzadas, coincidiendo con el décimo aniversario del secuestro de los dos obispos de Alepo: el greco-ortodoxo Boulos Yazigi y el sirio-ortodoxo Yohanna Ibrahim. Estos son algunos de los puntos delineados en el comunicado final -que fue enviado a AsiaNews- por el Comité Ejecutivo del Consejo de Iglesias de Oriente Medio (MECC), tras el encuentro de finales de noviembre en Líbano, en Bkennaya, en el monasterio de Notre-Dame du Puits. Los líderes cristianos también hicieron un fuerte llamamiento a los jóvenes, instándolos a permanecer "fieles a su tierra" y a evitar la "trampa" de la "emigración", que los lleva a perder "identidad" y empobrece el "tejido social".

Durante los dos días de trabajo, los delegados analizaron las conclusiones de la XII Asamblea General del Consejo, que se celebró en Egipto el pasado mes de mayo, y los resultados del evento que tiene lugar cada cuatro años. Además, se celebró la elección del Comité Central del Departamento del Servicio para los Refugiados Palestinos, con el nombramiento de una comisión que se ocupará del seguimiento del 50º jubileo del Consejo, a celebrarse en 2024.

Durante el encuentro, los líderes cristianos prestaron una atención particular a las nuevas generaciones. Por ello, en la reunión participó un grupo de jóvenes de Líbano, Egipto, Irak, Jordania, Palestina y Siria, en representación de las distintas Iglesias y movimientos juveniles de la región. Durante una sesión de diálogo y debate, los chicos y chicas presentes expresaron sus preocupaciones, aspiraciones, y presentaron propuestas que podrían garantizar un futuro mejor y una mayor relevancia de los cristianos en Oriente Medio.

El Consejo se fundó en 1974 en Nicosia (Chipre) y hoy tiene su sede en Líbano. Está formado por las Iglesias católica, ortodoxa, ortodoxa oriental y evangélica. El documento final, de siete puntos, contiene disposiciones, recomendaciones y exhortaciones destinadas a iluminar el "camino futuro" de las comunidades cristianas de Oriente Medio, en un momento de conflictos sangrientos, pobreza, violencia confesional y divisiones.

En el primer punto se invita a rezar por el fin de las guerras y por la vuelta al diálogo, el único "lenguaje" capaz de superar las divisiones y la violencia. Desde Siria hasta el Líbano, hay muchas situaciones de emergencia y es precisamente a los dirigentes del País de los Cedros a quienes los líderes cristianos piden que "aceleren" la elección de un presidente de la República, garante de la soberanía y la vida democrática. También se hace un llamamiento a la paz en Siria, a la solidaridad con Irak y al apoyo al pueblo palestino, a la aplicación de las resoluciones internacionales y a la protección de "los distintos componentes sociales y religiosos" de Tierra Santa, especialmente los cristianos.

Se invita a los jóvenes, "luz del mundo y sal de la tierra", a "no caer en la trampa de la emigración", que "les hace perder su identidad". Y se pide a los responsables de la Iglesia que asuman la tarea de escuchar sus "preocupaciones y aspiraciones", garantizando al mismo tiempo un "rol" en la vida presente y futura de la Iglesia. Por último, el documento recuerda la "necesidad" de "avanzar en el diálogo para intentar unificar la fecha de la celebración de la Pascua, una necesidad acuciante de las distintas parroquias e Iglesias de Oriente Medio". Una decisión que ciertamente no pretende negar "la riqueza" de la diversidad de ritos y tradiciones eclesiales.