Iglesia y pueblo en Ucrania reivindican la autonomía de Moscú
Moscú (AsiaNews) - En los días de protesta de plaza en Ucrania, no es sólo una parte del pueblo que reivindica la integración con Europa y la autonomía de Moscú, sino también parte de la Iglesia ortodoxa local se pone de parte abiertamente a favor de los manifestantes y que ha nuevamente propuesto el reconocimiento de la auto-acefalía (independencia de las otras Iglesias). Están movilizados desde hace casi 20 días, la plaza inicialmente pedía la firma del acuerdo de asociación con la Unión europea, a la cual el presidente Viktor Yanukovich se separa, cediendo a las presiones de Rusia. Con el pasar de los días, la violencia usada por la policía sobre los manifestantes y las maniobras por detrás del presidente, que continúa guiñando el ojo al Kremlin, el objetivo se convirtió en al menos el de las dimisiones del gobierno.
Moscú esperó varios días antes de romper el silencio sobre los eventos en curso en Kiev. El presidente Vladimir Putin habló sólo el 2 de diciembre, criticando el carácter nacionalista de la protesta, que - a su parecer- "más que a una revolución se asemeja a un progromo". Para Putin, las manifestaciones en Kiev "no tienen nada que ver con las relaciones entre Ucrania y la Ue", sino "fueron preparadas en vista a las elecciones presidenciales del 2015" y para hacer caer a las "autoridades legítimas" del País, con "grupos de militantes bien adiestrados". Referencia siempre a la temida "intervención extranjera", como en el caso de la revolución naranja de 2004.
También la Iglesia ortodoxa rusa tardó en comentar la situación ucraniana, donde parte del clero descendió a la plaza con la gente y el pasado 30 de noviembre, ofreció ayuda y reparo a los manifestantes en la catedral de San Miguel en Kiev. El 8 de diciembre, el patriarca Kirill lanzó una petición a "la paz" en Ucrania para que "se conserve la unidad espiritual de la Santa Rus´, la unidad de su Iglesia. Este de la unidad entre los dos pueblos vecinos es el mismo leit-motiv de Putin, de los medios oficiales y la convicción también de la mayor parte de Rusia: una encuesta hecha de reciente por el centro de Levada mostró que el 61% de los entrevistados no considere a Ucrania como un "Estado extranjero". Justo la pérdida de esta unidad es lo que se teme ya sea por el Kremlin que por el monasterio Danilovky (sede del Partriarcado).
País de 45 millones de habitantes, Ucrania es la ex república soviética más vasta después de Rusia (excluyendo las centro asiáticas) y es un pedazo importante del ex Imperio, una ficha importante y fundamental para la construcción del sueño euroasiático putiniano de reunir bajo la influencia económica de Moscú al ex espacio soviético. El pretexto de la Unión euroasiática no puede prescindir de Kiev por motivos económicos, dados por los fuertes ligámenes ruso-ucranianos en todos los sectores de la producción y del comercio; geoestratégicos, con el puerto de Sebastopol que aloja la flota rusa del Mar Negro, pero también históricos culturales. La idea de la confederación del russki mir (el mundo ruso), que tiene su base de referencia en la Rus´de Kiev, considerada la cuna de la Rusia moderna y de la cual en julio pasado el mismo Putin presidió las celebraciones junto al vértice de la Iglesia ortodoxa, de los 1025 años de la conversión al cristianismo. Sobre este punto, los intereses del Kremlin coinciden con las aspiraciones con las aspiraciones del Patriarcado de Moscú, intencionado a asumir un rol de heredero de la tradición oriental cristiana y ejercitar su influencia sobre aquel inmenso espacio transnacional, dominado por la cultura rusa y por las tradiciones ortodoxas. Ucrania en esta óptica, es también funcional para frenar el peso de las repúblicas de Asia central, de mayoría islámica. Como kazaquistán, que ya adhirió junto a Bielorusia a la Unión de aduanas con Moscú.
Por esto, junto al grito: "Europa, Europa" escuchado en la plaza Independencia de Kiev no deben haber gustado mucho en Moscú, ni tampoco la posición del patriarca Filarete, 84 años jefe de la Iglesia ortodoxa ucraniana- Patriarcado de Kiev, a la cual pertenecería-según diversas estimas- un 15% de la población. "Nuestra Iglesia está con la gente", explicó al New York Times el primado, excomulgado por el Patriarcado de Moscú en 1997 y guía una de las tres entidades de la Iglesia en el País, junto a la Iglesia ucraniana auto-acéfala y aquella ucraniana-Patriarcado de Moscú. Sólo esta última está en comunión con las otras Iglesias ortodoxas orientales, mientra que las dos prim eras- también a causa de las presiones rusas- no fueron nunca reconocidas. "Recemos a Dios para que nos haga entrar en la Unión europea de modo que podemos mantener nuestra soberanía nacional, la paz y mejorar la vida de las personas", agregó Filarete. "la Iglesia rusa-dijo luego en una larga entrevista a la radio Eco de Moscú- debe reconocer aquella ucraniana como auto-acéfala y luego instaurar relaciones fraternas como con las otras Iglesia ortodoxas. Esto sería bueno para la Iglesia ucraniana y también para la rusa". "Estoy seguro que el patriarcado de Kiev y el de Moscú serán una única Iglesia ortodoxa ucraniana concluyó, rechazando de ser tachado como cismático y subrayó que ya existen "señales de cambio que hablan de la unificación".
30/05/2020 10:25
31/07/2018 11:06