Iglesia india: Las mujeres necesitan asistencia médica, no un “aborto seguro”
En la India, cada día 10 mujeres mueren por interrupciones de embarazos de más de 20 semanas. Cada año, el número de abortos alcanza casi siete millones. Los motivos son fundamentalmente económicos y sociales. Reducir los abortos selectivos de las niñas, trabajar en la prevención; garantizar protección a las mujeres que tienden a recurrir a prácticas dañinas.
Nueva Delhi (AsiaNews) – La Iglesia católica de la India “afirma que las mujeres necesitan de una mayor asistencia médica, más que el apoyo del aborto seguro”. Es lo que dice a AsiaNews sor Julie George, de la congregación del Espíritu Santo. La religiosa, directora de la asociación “Streevani” (La voz de las mujeres) que lucha por fortalecer la posición de las mujeres en el mundo, interviene en el debate sobre el aborto en la India. El tema ha vuelto a captar la atención a nivel mundial luego de las primeras medidas políticas del nuevo presidente americano Donald Trump, que ha bloqueado los fondos federales destinados a las ONG internacionales que practican la interrupción de embarazos.
Los abortos ilegales, informa la religiosa, “están entre los principales factores de riesgo para las mujeres, que a menudo mueren siendo jóvenes. La falta de información y el hecho de recurrir a una vía fácil, como pueden la ingesta de píldoras u otros remedios caseros conducen a complicaciones graves. El gobierno debe garantizar un mejor acceso a la atención médica, en particular a las mujeres que viven en las áreas rurales”.
Sor Talisha Nadukudiyil, secretaria ejecutiva del Consejo para las mujeres de la Conferencia episcopal india (CBCI), agrega: “Puesto que nosotros, los católicos, estamos en contra del aborto, ¿cómo podríamos hablar del aborto no seguro? Quiero subrayar que el Papa Francisco, en la Encíclica Laudato sì dijo: ‘Si se pierde la sensibilidad personal y social para acoger una nueva vida, también se marchitan otras formas de acogida, provechosas para la vida social’ (n. 120)”.
“¿Cómo podríamos ignorar el llanto del feto que es fruto de la propia sangre y prestar oídos al de quien tenemos cerca?”-pregunta-. “¿Acaso hemos de esperar que en una situación semejante disminuyan los crímenes contra aquellos que son vulnerables?”.
De acuerdo a datos recientes, en la India, cada día, los abortos ilegales provocan la muerte de 10 mujeres. El número de interrupciones del embarazo ronda los siete millones al año –de éstos, cerca de 40.000 se registran en el Estado de Rajasthan – y en gran parte, han de atribuirse a los abortos selectivos [vinculados al sexo del bebé por nacer, en particular, afectando a las niñas, ndr].
Los estudios conducidos por Ipas Development Foundation reportan que el aborto es la causa de un tercio de las muertes ocurridas entre las madres. En el país, más del 8% de las mujeres no sabe que el aborto está permitido hasta la semana 20 del embarazo y sólo ante determinadas condiciones. Esto determina la proliferación de estructuras que ofrecen soluciones clandestinas. Además, la cuestión también adquiere la dimensión de un problema social, puesto que el 90% de los abortos se deben a motivos médicos o socio-económicos
La Dra. Astrid Lobo Gajiwala, teóloga católica y médica, sostiene que “los abortos en condiciones de inseguridad son una preocupación urgente, a pesar de nuestras leyes liberales. Más allá de todo, es miope la actitud de considerar el acceso al aborto seguro como la solución primaria al problema. Si por una parte se obliga a garantizar la interrupción del embarazo y a aumentar la información sobre los centros médicos, es bueno recordar que incluso en las mejores condiciones, existe el riesgo de complicaciones médicas que pueden provocar infertilidad y daños psicológicos”.
“Creo que trabajar en la prevención es mejor que brindar tratamiento – agrega. Debemos mejorar las condiciones de las niñas y reducir los abortos selectivos, educar a las mujeres para tener relaciones sexuales protegidas para prevenir embarazos no deseados, que provocan un estigma social y el yugo económico que las empuja a abortar. Para la Iglesia católica se trata de una encrucijada entre la enseñanza moral que condena el sexo cuando éste no está ligado a la procreación, y el riesgo de embarazos no deseados y el aborto. La mayor parte de las mujeres preferiría estar segura en lugar de pedir perdón. A fin de cuentas, lo que peligra son sus cuerpos y sus vidas”.
Virginia Saldanha, ex secretaria ejecutiva de la Oficina para las Mujeres de la Federación de las Conferencias Episcopales asiáticas (FABC), agrega: “Las palabras ‘no seguro’ lo dicen todo. ¿Quién querría un aborto no seguro? Hay tantas personas que no tienen acceso a la interrupción del embarazo practicado de manera segura, por ejemplo, los pobres y los sectores vulnerables de la sociedad, como son las mujeres que han sido violadas o las que han tenido relaciones íntimas y se han quedado encinta sin querer”. “Estas son personas que están en riesgo, que necesitan de la protección del gobierno o de asociaciones de voluntariado. Debo reiterar que no estoy a favor del aborto –concluye-, pero quisiera ayudar a las mujeres encinta que recurren a prácticas riesgosas para su vida”.
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