Iglesia coreana: El acuerdo sobre las “mujeres consuelo” pisotea los derechos humanos de las víctimas
Daejeon (AsiaNews)- El acuerdo entre Tokio y Seúl sobre la antigua cuestión de las “mujeres consuelo”, las esclavas sexuales del ejército imperial japonés antes y durante la II Guerra mundial, “no fue realizado según la lógica de los derechos humanos, sino solamente mirando a la economía y a la diplomacia. El texto no busca una verdadera paz, porque para obtener la paz es necesaria la justicia. En el Año Santo de la Misericordia, se necesita una real conversión: este es el camino”. Lo escribe mons. Lazzaro You Heung-sik, obispo de Dajeaon y presidente de la Comisión episcopal coreana Justicia y Paz, comentando el acuerdo.
Las críticas de la Iglesia coreana fueron publicadas el pasado 4 de enero, cuando el obispo se encontró con algunas de las sobrevivientes (v. foto). “Al inicio, las mujeres involucradas- dice a Asianews- eran unas doscientas mil, si bien los historiadores no están todos de acuerdo. Ahora son poquísimas e irlas a visitar es lo menos que podemos hacer por ellas. Son como las abuelas de nuestro país, deben ser amadas y respetadas por los que han pasado”.
Los contenidos del acuerdo entre los dos gobiernos [una indemnización de casi un millón de dólares en total para las sobrevivientes y la presentación de disculpas verbales por parte del ejecutivo de Tokio-ndr], escribe el prelado en nombre de toda la Iglesia coreana, “pisotean una vez más los derechos humanos de las víctimas, porque no se esfuerzan en presentar la verdad sobre los crímenes sistemáticos cometidos por el ejército imperial de Japón y no se concentran sobre las responsabilidades de quienes los han cometido. Si bien presentando el texto el gobierno japonés haya pedido disculpas, en el acuerdo verdadero y propio no se encuentra ninguna mención sobre estas excusas. Por lo tanto no las podemos considerar como signo de una verdadera contrición”.
Además, subraya aún mons. You, “no hay un involucrarse de los parlamentos de los dos países: el acuerdo es fruto de coloquios entre los comités de los ministerios de Asuntos extranjeros, que no han escuchado las voces de las víctimas coreanas. No podemos partir de aquí para tener un nuevo punto de inicio para el perdón y la reconciliación. Porque el perdón y la reconciliación nacen de una reflexión profunda de los propios crímenes y de la contrición por lo que han cometido” (Cfr. “Misericordiae vultus”, 21).
Hay que estigmatizar también las declaraciones de Tokio y Seúl, que delante de la comunidad internacional han declarado “que han puesto fin a esta desgraciada situación”. ¿Cómo se hace, se pregunta mons. You, “para decir una cosa por el estilo si no se hizo un verdadero proceso de reconciliación? Alemania cometió crímenes terribles durante el nazismo y continúa pidiendo perdón, mientras que Japón por muchísimo tiempo esquivó toda tentativa de descubrir la verdad sobre las víctimas y negó tener responsabilidad por lo que había sucedido”.
Corea, retoma, “es una nación dividida que sufrió grandes daños a causa de la colonización de parte de Japón y por la Guerra mundial. Por esto, su elección histórica debe ser aquella de convertirse en el timón para la paz en Asia y en el mundo, una tierra donde haya una plena realización de los derechos humanos”.
La protección de los derechos humanos, concluye mons. You, “es deber fundamental de la Iglesia católica. Que además tiene como vocación la elección preferencial por los pobres, los débiles y los marginados. Nosotros pedimos que se trate de nuevo el problema de las “mujeres consuelo”, una clara violación de los derechos humanos. La paz nos es dada a través del fruto de la realización de la justicia. Por lo tanto la Iglesia católica pide con fuerza a los gobiernos de Corea y Japón revisar este acuerdo, partiendo del punto de inicio”.
L'incontro con le 'donne conforto'
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