Idlib, en marcha la frágil tregua entre turcos y sirios firmada por Erdogan y Putin

Hay una aparente calma en la zona en disputa. La más mínima violación podría desencadenar una nueva y violenta escalada. La situación en la frontera griega sigue siendo dramática. Ankara está enviando mil agentes contra la devolución; la hostilidad de la población griega hacia los solicitantes de asilo está creciendo.

Damasco (AsiaNews/Agencias) - En la región de Idlib, último reducto de la oposición y yihadistas en Siria, existe un clima de aparente calma con la entrada en vigor del alto el fuego alcanzado ayer en Moscú por el presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan. La situación sigue siendo muy tensa, con algunos disparos de cañón procedentes del sector ocupado por el ejército sirio. "En las primeras horas - dice Ibrahim Al-Idlibi, uno de los líderes de la oposición anti-Assad - observamos una tensa calma en todos los bandos de la guerra.

Fuentes locales informan de que los diversos frentes de lucha son conscientes de que a la más mínima violación de la tregua le seguirá una respuesta muy dura del frente contrario y el equilibrio sigue siendo precario. La sensación es de extrema "fragilidad".

Durante meses en la zona, el ejército sirio ha lanzado una operación masiva para reconquistar el último bastión controlado por los fundamentalistas y las milicias antigubernamentales pro-turcas. Según las estimaciones de la ONU, los combates entre los dos frentes habrían causado alrededor de un millón de personas desplazadas, lo que representa el éxodo más masivo en nueve años de conflicto. Al menos 21 soldados muertos entre las tropas sirias; unos 60 muertos entre los turcos.

El acuerdo alcanzado ayer después de seis horas de negociaciones entre Putin y Erdogan prevé: un alto el fuego en vigor desde la medianoche de ayer (hora local) en todo el frente; un corredor de seguridad a unos 6 km al norte y otros tantos al sur de la autopista M4, una ruta clave que une Idlib con Alepo y Latakia, bajo control gubernamental. A partir del 15 de marzo se realizarán patrullas conjuntas ruso-turcas a lo largo de la carretera. En cambio, Erdogan ha tenido que ceder a la petición de retirada del ejército sirio de los lugares reconquistados durante estas semanas de ofensiva.

Mientras tanto, la situación en la frontera greco-turca sigue siendo dramática, con miles de refugiados de diferentes nacionalidades esperando en vano para cruzar la frontera hacia Europa. Turquía había decidido abrir las fronteras con Europa para "chantajear" a la UE, que no apoya plenamente sus planes sobre Siria. Ayer Ankara decidió enviar mil oficiales de las fuerzas especiales a la frontera griega "para evitar el rechazo" de los migrantes por parte de los guardias fronterizos de Atenas; el 4 de marzo las fuerzas de seguridad griegas abrirían fuego, matando a un hombre. Por último, en la isla de Lesbos hay unos 20.000 solicitantes de asilo, hacinados en campamentos superpoblados y en la mira de la población local, que observa con creciente hostilidad los nuevos intentos de desembarcar.