Hunan: trabajos forzados y adoctrinamiento político para el abogado activista Cheng Yuan
Es uno de los fundadores de la ONG humanitaria Changsha Funeng. Obligado a trabajar con una máquina de coser y a tomar cursos sobre la superioridad del socialismo. Hace poco fue puesto en régimen de aislamiento durante tres meses. En la cárcel donde se encuentra recluido, los presos políticos son sometidos a violencia y tortura por los guardias penitenciarios.
Beijing (AsiaNews)- En la prisión de Hunan donde se encuentra recluido, el abogado defensor de los derechos humanos Cheng Yuan es obligado a realizar trabajos forzados y sesiones de adoctrinamiento político. Así lo revelaron a ChinaAid algunos miembros de su familia que recibieron sus cartas.
Cheng es uno de los fundadores de Changsha Funeng, una ONG de abogados defensores de derechos humanos. La policía lo arrestó en julio de 2019 junto con otros dos miembros de la organización por cargos de subversión contra el poder del Estado. En julio del año pasado un tribunal de Changsha lo condenó a cinco años de cárcel. Pocos meses antes del veredicto, su esposa había huido a Estados Unidos.
Changsha Funeng trabaja desde hace más de 10 años por los derechos de salud, la no discriminación y la ayuda a grupos vulnerables, como los enfermos de SIDA y hepatitis, y los discapacitados. Cheng también organizó campañas por la derogación de la política del hijo único y la reforma del sistema de certificados de residencia, que permitiría a los trabajadores migrantes en las ciudades recibir atención médica e inscribir a sus hijos en la escuela.
En las cartas a su esposa, su padre y su hermana, Cheng cuenta que lo obligan a trabajar en una máquina de coser y todas las noches tiene que asistir durante una hora a cursos sobre la superioridad del socialismo y el gran "renacimiento" de China. Explica que pasó tres meses en aislamiento punitivo desde el 18 de enero, durante los cuales no podía tener contacto con su familia. Ese calvario le hizo perder seis kilos de peso.
Como informa ChinaAid, las condiciones de vida en la cárcel de Chishan donde se encuentra recluído Cheng pueden ser muy duras para los activistas. Los internos son obligados a caminar con "pies de pato" hasta el agotamiento; las celdas miden aproximadamente un metro cuadrado y no tienen ventanas; se pasa lista cada hora y los dormitorios están iluminados las 24 horas. También se obliga a los presos a dormir en una posición determinada: boca arriba en la cama y con los brazos colgando fuera de las mantas.
En esta cárcel en particular, se aplican las medidas de aislamiento cuando un interno comete errores o se niega a declararse culpable durante el juicio. Los activistas también denuncian que los guardias de la prisión cometen abusos y torturas, como violencia física, insultos y privación del sueño y de alimentos.
28/07/2022 13:59