Henan: los fieles piden la libertad de Mons. Zhang Weizhu, en prisión desde hace un año

El 21 de mayo de 2021 la policía detuvo al obispo de Xinxiang. Está retenido, en contra de la ley china, en un lugar desconocido, sin juicio y sin que se hayan presentado cargos. Dos familiares lo vieron por unos minutos durante el Año Nuevo Lunar. El Card. Zen de Hong Kong, también corre el riesgo de ser silenciado.

Roma (AsiaNews) - El 21 de mayo de 2021 la policía arrestó a Mons. Joseph Zhang Weizhu, obispo de Xinxiang (Henan). Desde entonces se encuentra detenido ilegalmente sin ninguna condena ni acusación. A ningún sacerdote se le permite visitarlo o llamarlo por teléfono: ni los fieles ni su familia saben dónde se encuentra en este momento. Lo que AsiaNews ha podido averiguar por fuentes católicas locales.

Junto con Mons. Zhang, la policía arrestó a 10 sacerdotes y 10 seminaristas. En la redada, las autoridades confiscaron todos los documentos y libros del seminario, que funcionaba en el piso superior de la fábrica de un parroquiano. También se secuestraron varias computadoras, entre ellas la del tesorero diocesano. Los seminaristas fueron enviados a casa tres días después. Lo mismo sucedió con los sacerdotes en los días posteriores.

La ley china establece que el régimen de aislamiento y la detención de una persona sin cargos no pueden exceder los tres meses. Mons. Zhang lleva un año detenido en un lugar desconocido. A diferencia de otros casos similares, al obispo ni siquiera se le permitió ir a su casa por un día durante el Año Nuevo Lunar. La policía sólo autorizó que dos miembros de su familia lo visitaran durante la festividad. La reunión duró unos pocos minutos y tuvo lugar en presencia de un oficial.

En vista de ello la comunidad católica de Xinxiang espera una pronta liberación de Mons. Zhang, aunque tanto fieles como sacerdotes están sumamente preocupados por su salud física y mental. Desafortunadamente nadie habla en favor de los obispos chinos. Ahora incluso fue arrestado el cardenal Joseph Zen Ze-kiun, obispo emérito de Hong Kong, aunque recuperó la libertad y se encuentra a la espera de juicio. Él siempre ha apoyado la libertad religiosa en China y la libertad para la Iglesia no oficial (clandestina) y también corre el riesgo de ser silenciado.