Hanói, periodista y activista católica vietnamita es víctima de violencia en la cárcel

de Thanh Thúy

Condenada con la acusación de subversión, Nguyễn Đặng Minh Mẫn sufrió “reiterados” episodios de “maltratos”. Ahora se encuentra sometida a régimen de aislamiento y está físicamente muy deteriorada. A pesar de los abusos, lucha por los derechos de los demás prisioneros. Activistas y organismos a favor de los derechos humanos hace un reclamo ante la ONU para pedir su liberación.

Hanói (AsiaNews) - La periodista y activista católica Nguyễn Đặng Minh Mẫn, condenada a prisión con la acusación de “subversión” por haber denunciado la corrupción en el seno del partido [comunista], ha sufrido hechos de violencia en la cárcel. Es lo que denuncian los familiares de la mujer, que afirman que se han verificado “reiterados episodios de maltrato” en la celda. “A veces, las guardias carcelarias –explica el padre Nguyễn Văn Lợi – le propinan bofetadas en el rostro”. Y no sólo eso, sino que otros prisioneros son usados para “insultarla frente a los demás”. De momento –agrega el progenitor- mi hija debe transcurrir 10 días en régimen de aislamiento en una pequeña habitación. Una celda muy oscura y maloliente”.

Minh Mẫn (en la foto, en el centro) es una periodista independiente. En el año 2011 cubrió con sus crónicas las protestas de nacionalistas y patriotas vietnamitas contra la política “imperialista” de Beijing en el Mar de la China meridional. Por esto, fue arrestada el 31 de julio del mismo año, junto a otros 14 jóvenes cristianos protestantes. Hanói la halla culpable de haber luchado –de manera pacífica- por la justicia y la equidad social.

Luego de pasar 18 meses de prisión preventiva en una celda, la activista católica y los otros jóvenes cristianos fueron condenados a prisión, tras concluirse un proceso express (una farsa) que duró dos días y medio. Minh Mẫn ni siquiera pudo obtener la asistencia de un letrado y durante las audiencias se verificaron diversos vicios, tanto procesales como de forma.

Según la acusación, la activista católica habría actuado con el objetivo de “derrocar al gobierno del pueblo”, en base al infame artículo 79 del Código penal vietnamita [que ha sido objeto de críticas incluso por parte de organismos de la ONU que defienden los derechos humanos, que lo han definido como “ambiguo”]. Por este motivo, debe descontar ocho años en prisión y otros cinco más bajo arresto domiciliario. Actualmente se encuentra detenida en el centro penitenciario Nro. 5, situado en la provincia de Thanh Hóa.

En los últimos días, el padre ha podido visitarla en la prisión. Y en una conversación telefónica con su esposa –que se quedó en casa- afirmó que su hija “había adelgazado mucho” y que estaba muy deteriorada por el régimen de detención.

También ha intervenido en el caso Maria Tạ Phong Tần, que en otra época también fue prisionera de conciencia en las cárceles vietnamitas, y que está muy al tanto de la activista católica por haberla conocido estando ella en prisión. “Estábamos encerradas –cuenta- en la sección destinada a detenidos políticos, pero en celdas distintas. No se permitía que nadie entrara allí, ni siquiera al personal médico, tampoco los empleados del comedor, ni siquiera los guardias de seguridad”.

Sin embargo, cada tanto, se le permitía el ingreso a una “extranjera”, una vándala llamada Lan, que “golpeaba a Minh Mẫn de una manera cruel, provocándole heridas”. A pesar de los reiterados abusos y violaciones, concluye Maria Tạ Phong Tần, “ella es una persona resiliente”, capaz de “combatir por los derechos humanos de los demás prisioneros estando en la cárcel”.

El Consejo de la ONU que se ocupa de las detenciones arbitrarias también ha salido a exigir su liberación, y se ha dirigido al gobierno de Hanói pidiendo la liberación incondicional de la activista católica.