Hanói, laicos y padres redentoristas dedicados a un ‘verdadero servicio misionero’

de Thanh Thuy

En las regiones más aisladas del Vietnam, escasean los sacerdotes y religiosas. Los redentoristas acostumbran trabajar en estrecho contacto con las personas no consagradas, en la enseñanza del catecismo, en actividades sociales y benéficas, y en la formación de los fieles. El testimonio del P. Joseph Trần Sĩ Tín, quien se desempeña hace 50 años al servicio de los tribales Jarai. Miembros del Partido comunista vietnamita se acercan a la fe junto a sus familias.

Hanói (AsiaNews) – “Sin la participación de los laicos, no es posible llevar adelante un verdadero servicio misionero”. Es lo que afirma el P. Joseph Trần Sĩ Tín (foto 2), durante un seminario sobre la misión, organizado en los últimos días por los padres redentoristas de Hanói, centrado en el tema: “Proclamar el Evangelio a la gente urbana, en un mundo de vulnerabilidad”. El sacerdote reafirma frente a los participantes del simposio -que incluyen obispos, curas, religiosos y fieles- el compromiso de su orden religiosa en la colaboración con el laico, y la importancia de este último en la obra de evangelización.

En su servicio pastoral en medio de las comunidades católicas y no católicas, los padres redentoristas acostumbran trabajar en estrecho contacto con las personas no consagradas, en particular, en la enseñanza del catecismo, en actividades sociales y benéficas y en la formación de “fieles misioneros”. En las regiones más aisladas del Vietnam, son escasos los sacerdotes y religiosas, problema en vista del cual se vuelve fundamental la contribución de los laicos en la vida religiosa cotidiana de los católicos.

Desde el año 1969, el P. Joseph Trần Sĩ Tín dedica su vida a la evangelización de las minorías étnicas de la diócesis de Kontum, un territorio remoto situado en la región de los altiplanos centrales. En el año 2000, el P. Joseph bautizó a casi 1.000 personas sobre las montañas. La mayor parte de ellas es de etnia Jarai. Estos fieles nuevos aún no tienen la posibilidad de participar regularmente en las celebraciones religiosas, a causa de las limitaciones que impuso el Partido comunista a las minorías étnicas en lo que respecta al desplazamiento entre las aldeas. En 2005 los católicos ya estaban presentes en más de 90 aldeas, y su número crece cada vez más.

A lo largo de estos años, el sacerdote ha formado muchos pequeños grupos de feligreses que han participado en la obra misionera en Vietnam. “Son estos fieles que predican el Evangelio en todas partes. Ellos aceptan los peligros que conlleva la misión”, afirma el P. Joseph, que actualmente es vicario de la parroquia de Pleichuet, frecuentada por cerca de 1.400 católicos. Además de Pleichuet, los padres redentoristas administran otros centros misioneros, como Cheorel Tolui y Pleikly, y colaboran con varias parroquias, asistiendo a unos 24.000 fieles en total.

Durante el seminario, intervino también Mons. Joseph Ngô Quang Kiêt, arzobispo emérito de Hanói. Él invita a los laicos a acoger el llamamiento del Papa Francisco, y a salir de sus casas para llegar a los últimos, a las personas abandonadas por la sociedad moderna. “Proclamar el Evangelio a la gente urbana, en un mundo de vulnerabilidad’ es un tema muy actual, pero sobre todo, práctico”, afirma el prelado.

En cambio, el P. Joseph Hồ Đắc Tâm cuenta cuáles son los frutos de la colaboración entre los fieles y los padres redentoristas: “Los laicos trabajan con los sacerdotes en calidad de colaboradores, voluntarios y personal. Los miembros de la Sociedad misionera demuestran un gran entusiasmo en su servicio. Ellos esperan asistir a cursos intensivos de catecismo, derecho canónico y comunicación, con el fin de llevar la Palabra de Dios a cualquier persona”.

Un voluntario de grupos misioneros declara a AsiaNews: “Los sacerdotes y religiosos redentoristas son personas sencillas, que están cerca de los parroquianos. Ellos no tienen miedo de afrontar las dificultades en sus obras. Muchos miembros del Partido comunista, que han escuchado la palabra de Dios incluso de manera puramente accidental, han dejado todo para correr tras el Señor, y no solos, sino acompañados por sus hijos”.