HRW: ciertas comunas libanesas expulsan a los refugiados sirios sin justificación

El grupo activista se opone a la decisión adoptada por algunas municipalidades, que han optado por expulsar a los refugiados “a causa de su nacionalidad o religión”. El llamamiento a los líderes del país para que combatan una “retórica” que ·alienta o perdona” las violaciones a los derechos humanos. Duras críticas contra la comunidad internacional, por no haber sostenido al Líbano en la emergencia.

Beirut (AsiaNews) – Varias comunas del Líbano han violado los derechos humanos, al ordenar la expulsión, “sin ninguna justificación”, de cientos de refugiados sirios, echándolos de sus hogares y de los sitios donde estaban alojados, desde principios del 2016. Al mismo tiempo, en el país de los Cedros está creciendo, cada vez más, un sentimiento de hastío e indolencia en relación a todos aquellos que han huido del conflicto en busca de un refugio, una situación que, en los hechos, ha contribuido a empobrecer a una nación que está al borde del colapso. La denuncia es efectuada por los activistas de Human Rights Watch (HRW), quienes afirman que “cuando menos 13 comunas del Líbano han expulsado de sus casas, con el uso de la fuerza, a cerca de 3664 refugiados sirios”, medidas de expulsión que –agregan- en la mayor parte de los casos se fundamentan “en su nacionalidad o en su religión”, y que fueron realizadas en un período que abarca desde principios del 2016 hasta fines de marzo.

En enero, un ministro libanés se había referido a la disminución de refugiados sirios en el Líbano, informando que la cifra se ubicaba por debajo del millón. Sin embargo, según los expertos de las Naciones Unidas, la situación se está complicando cada vez más, al punto de que hoy “son más vulnerables que nunca”: “Más de la mitad” de ellos vive en condiciones de “extrema pobreza” y “más de tres cuartas partes están por debajo de la línea de pobreza”. Esto es confirmado por una investigación de UNICEF, World Food Programme y el Alto comisariado de las Naciones Unidas para los refugiados (UNHCR), quienes afirman que las ayudas y la financiación para responder a la emergencia son “dudosas”.

De los refugiados sirios que viven en el Líbano, tres cuartas partes sobreviven con menos de cuatro dólares por día; habitualmente el dinero no sirve siquiera para adquirir los recursos más básicos, como la comida y los medicamentos. De una investigación surge que nueve de cada 10 refugiados han solicitado préstamos en dinero y ahora están cargados de deudas. Cada núcleo familiar gasta en promedio unos 98 dólares por mes, de los cuales 44 sirven para comer. Según cifras de la ONU, el 84% de los refugiados encuentra reparo en Turquía (que acoge a 2,9 millones de personas), Pakistán (1,4 millones), el Líbano (más de un millón, sobre una población total de cuatro millones de habitantes), Irán (979.400 migrantes), Uganda (940.800) y Etiopía (761.600). En esta situación de emergencia, el Papa Francisco, en su Mensaje para el 2018 y para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, recuerda que además de recibirlos, se necesita “proteger, promover e integrar” a los emigrantes y refugiados.

En un comunicado, Bill Frelick, responsable del programa de refugiados del HRW, subraya que “las municipalidades no tienen ninguna justificación legítima para disponer la expulsión de los refugiados sirios con el uso de la fuerza”. Sobre todo, si estas medidas, -advierte- son tomadas en base a “discriminaciones” de tipo religioso, étnico o de nacionalidad. “Los líderes libaneses –prosigue- debieran poner fin a una retórica que alienta o perdona los desalojos forzados, las expulsiones y otras formas de maltrato o discriminación hacia los refugiados”.

El acto de acusación del responsable de HRW no sólo afecta al Líbano. “El cansancio del Líbano y de los libaneses en la tarea de acoger a los refugiados –concluye- se ha visto agudizado por una falta de apoyo y sostén a nivel internacional”.