Hòa Hung, las mil caras de la caridad en la parroquia
En la emergencia del covid-19 no se detuvo ninguna de las actividades y la comunidad pidió a las autoridades una lista de las personas más pobres que necesitaban ayuda. Se han movilizado fieles de todas las edades. El párroco Joseph Phạm Bá Lãm: "¿Nuestro secreto? Oración y escucha de la palabra de Dios".
Ho Chi Minh City (AsiaNews) - La nueva ola de covid-19 en Vietnam está sometiendo a los pobres a una dura prueba, pero también es una oportunidad para que muchos descubran la vitalidad de las realidades católicas, como la parroquia de Hòa Hung, en la arquidiócesis de Ciudad Ho Chi Minh, que de ninguna manera se ha desalentado en estos tiempos difíciles.
En 1946 la comunidad católica de Hòa Hung contaba apenas con 46 fieles, hoy son cerca de 9 mil. En su complejo hay un centro de distribución de arroz y pan para los pobres, una estación de agua potable, un albergue para estudiantes y un grupo de apoyo para los viven de la recolección de basura. El padre Joseph Phạm Bá Lãm, el párroco, explica que la distribución de arroz se realiza desde hace siete años y se sostiene con las ofertas mensuales de algunos benefactores. “Sigue funcionando hasta hoy, a pesar de la pandemia -explica- y los miembros de la Asociación Católica visitan a las familias más pobres”. En cuanto a la estación de agua potable, el padre Lãm dice que se instaló hace tres años y proporciona agua potable todos los días a todos los residentes del barrio, católicos y no católicos.
El Consejo Pastoral crea las condiciones para que todos los fieles de la parroquia puedan participar en las actividades. “Los grupos de ancianos - dice Peter Nguyen, uno de los líderes - trabajaron junto con los dominicos. El grupo de madres católicas está comprometido con las actividades caritativas. El Movimiento Eucarístico Juvenil también ha organizado misiones de ayuda para las poblaciones que viven en zonas remotas de la montaña. Antes de partir, se prepara un proyecto con la Asociación Católica de la parroquia, que luego se verifica a su regreso”. La parroquia también ha pedido a las autoridades locales una lista de las familias pobres que viven en el barrio y en base a esos datos está apoyando a todos con arroz y artículos de primera necesidad.
El padre Lãm afirma que el secreto de todas estas actividades es la vida espiritual de cada uno: todos los filigreses son invitados a ser diligentes en la oración. “Escuchar la palabra de Dios - concluye el párroco - nos inspira en las obras de caridad y hace que nuestra propuesta esté abierta a todos”.