Guerra y emergencia sanitaria: la 'tormenta perfecta' sobre la población civil de Gaza
El portavoz del Ministerio de Salud palestino habla de "propagación de enfermedades infecciosas, desnutrición, falta de agua potable e higiene", con al menos 327.000 casos de enfermedades infecciosas detectados. Repercusiones “catastróficas” en la salud de los más pequeños. Las mujeres dan a luz en casa porque tratar de llegar a los pocos hospitales es más peligroso.
Jerusalén (AsiaNews)- La violencia como consecuencia del conflicto, el asedio del ejército y las epidemias derivadas de las desesperadas condiciones sanitarias, están formando una "tormenta perfecta" que azota a la población de Gaza. Los que sobreviven a las bombas y a las balas - que ya se han cobrado más de 18.600 víctimas en la Franja, en su mayoría civiles, víctimas "colaterales" de la guerra entre Israel y Hamás - están cada vez más expuestos a enfermedades con consecuencias a menudo letales debido a la falta de médicos, medicinas e instalaciones. Ashraf Al-Qudra, portavoz del Ministerio de Salud palestino, advierte sobre la "propagación de enfermedades infecciosas, la desnutrición y la falta de agua potable y de higiene". En una rueda de prensa celebrada ayer, habló de al menos 327.000 casos de enfermedades infecciosas detectados, pero la cifra real sería "probablemente mucho mayor".
El alto funcionario palestino se refirió también a otra cuestión crítica, igualmente grave: las vacunas pediátricas están agotadas y se esperan nuevas repercusiones en la salud de los más pequeños, ya marcada por el conflicto, y en la propagación incontrolada de virus y bacterias, especialmente "entre los desplazadas" que se alojan en "refugios superpoblados". Por esa razón, advierte, las instituciones internacionales deben "intervenir rápidamente" para suministrar las dosis necesarias y garantizar el acceso a todas las zonas de la Franja e intentar atenuar el "desastre" sanitario que se está produciendo..
James Elder, portavoz de Unicef, comparte la alarma y habla de una "tormenta perfecta" en materia de enfermedades transmisibles: "ya ha comenzado" y ahora la pregunta es "hasta dónde llegará" y qué gravedad tendrá. Una situación alarmante, en un contexto en el cual una gran parte de las estructuras médicas se encuentran comprometidas. Según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 21 de los 36 hospitales de la Franja están cerrados, 11 funcionan parcialmente y sólo cuatro están mínimamente operativos.
Ése es el origen de la escalada de enfermedades, como se desprende de las cifras de la OMS: del 29 de noviembre al 10 de diciembre los casos de diarrea en niños menores de cinco años aumentaron un 66%, acercándose a los 60.000, aunque el recuento sea inevitablemente incompleto. El Dr. Ahmed Al-Farr, jefe del departamento de pediatría del hospital Nasser en Khan Younis, en el sur de la Franja, dijo a Reuters que su departamento está desbordado de niños que sufren una deshidratación extrema, que en algunos casos produce insuficiencia renal, mientras que los casos de disentería grave son cuatro veces más numerosos de lo normal. También dijo que tenía conocimiento de al menos treinta casos de hepatitis A en Khan Yunis en las últimas dos semanas: “El período de incubación del virus - advierte - oscila entre tres semanas y un mes, por lo que dentro de un mes podría haber una "explosión".
Marie-Aure Perreaut, coordinadora médica de emergencias de las operaciones de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, dijo que hay dos cosas que ya son inevitables. “La primera –advierte– es que una epidemia como la disentería se extenderá por toda Gaza si seguimos con este ritmo de casos. La otra certeza es que ni el Ministerio de Salud ni las organizaciones humanitarias están en condiciones de sostener la respuesta a estas epidemias". Por su parte el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas ha afirmado que el 83% de las personas que se han trasladado al sur de Gaza no comen suficientes alimentos y muestran signos evidentes de desnutrición, sobre todo infantil.
En una situación de profunda emergencia y precariedad, incluso la experiencia del parto, que ya de por sí entraña riesgos y peligros en un entorno protegido, puede convertirse en una situación extremadamente complicada, sin electricidad ni equipamiento. Middle East Eye recoge el testimonio de una enfermera que, utilizando tijeras para papel y clips de plástico, bajo la tenue luz de los teléfonos móviles y en medio de las explosiones de un bombardeo israelí, ayudó a su hermana a dar a luz a su bebé. Para los familiares, los riesgos de aventurarse al aire libre para tratar de llegar al hospital más cercano eran demasiado altos y por eso lo mejor era optar por el parto en casa, con la ayuda de Nour Moeyn, de 25 años, que fue colaborando en cada paso del proceso.
“Hacia la una de la madrugada - cuenta su cuñada Nada Nabeel - comenzaron los dolores del parto de Aya, que eran muy fuertes y no podía soportarlos. Al cabo de media hora, empezó a asomar la cabeza del bebé y tuvimos que actuar de inmediato". “Por supuesto, ni siquiera podíamos pensar en ir al hospital, porque habría sido una sentencia de muerte para Aya, el bebé y todos los que la acompañaran. El bombardeo era intenso y podíamos escuchar los tanques israelíes que se movían en las zonas cercanas”, continuó. Aunque Moeyn había ayudado a los médicos en partos y cirugías de cesárea, nunca había estado sola. “Pero decidió hacerlo porque de lo contrario - concluye Nabeel - su hermana y el niño habrían muerto”.
(Foto tomada del sitio web de Médicos Sin Fronteras)
17/12/2016 13:14
23/11/2023 16:23