Gaza: el ejército israelí rodea la casa de las hermanas de la Madre Teresa

de Dario Salvi

Fuentes de AsiaNews: en el interior hay al menos 60 personas que necesitan cuidados, desde discapacitados graves hasta ancianos postrados. Las FDI habrían permitido la evacuación de las Misioneras de la Caridad, pero no tienen intención de dejar salir a los internados ni al personal. Las religiosas se han negado a hacerlo y comparten con ellos un pan o una naranja como comida. Referentes de las comunidades cristianas de Tierra Santa contra los ataques de colonos judíos en el barrio armenio.

Jerusalén (AsiaNews) – La casa de las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta en Gaza se encuentra “sitiada”. En estas horas circulan noticias preocupantes sobre la suerte de las Misioneras de la Caridad en la Franja, pero sobre todo de las personas alojadas en su centro -como los pacientes de otros centros de salud y hospitales-, víctimas inocentes del ejército israelí en la guerra que lanzaron hace más de un mes contra Hamás. Dio la alarma un mensaje enviado por la hermana Chiara y crecen los temores por las personas indefensas confiadas al cuidado de las religiosas. Esta mañana AsiaNews entrevistó en la India al padre Francisco Javier, comisario de Tierra Santa, quien explicó que "toda la zona" donde se encuentra la casa de las religiosas "está rodeada por el ejército israelí".

Son horas de ansiedad y preocupación para las misioneras de la Caridad en la Franja, cuya sede está en peligro. Fuentes locales informan que el ejército israelí (FDI) concedió la posibilidad de evacuar a las religiosas, pero no a los discapacitados ni al resto del personal de servicio que trabaja en el lugar. “Entre ellos - explica un testigo - hay personas que no son autosuficientes y no pueden moverse”. Otras, continúa, "ni siquiera pueden alimentarse por sí mismas" y "necesitan una asistencia completa", y por eso la presencia de las religiosas es fundamental.

La casa de las hermanas de la Madre Teresa, así como la parroquia de la Sagrada Familia, están ubicadas no lejos del hospital de Al Shifa, sitiado desde hace días por las fuerzas israelíes que buscan milicianos de Hamás y armas en los túneles subterráneos. La cacería ha agravado una emergencia humanitaria que ya era insostenible, con médicos que trabajan bajo amenaza y pacientes que ni siquiera pueden recibir un tratamiento que les salvaría la vida, aunque sean niños. "Las comunicaciones con el mundo exterior - afirma una fuente - se han interrumpido" y "sólo de vez en cuando" los teléfonos "se conectan a la red".

En la casa hay tres religiosas y otras 60 personas, la gran mayoría de las cuales tienen extrema necesidad de ayuda, desde niños discapacitados y con problemas mentales hasta ancianos confinados en cama con úlceras. No tienen comida, agua, medicamentos, electricidad ni gas. A veces, cuenta una fuente de Jerusalén, “algunas personas generosas y valientes les llevan algo de comer. Todo lo que reciben del exterior, las religiosas lo ofrecen primero a los enfermos. Si queda algo, también comen ellas. A veces sólo pueden hacer una comida al día. Una vez sólo tenían una barra de pan, que compartieron entre las tres, y en otra oportunidad sólo pudieron compartir una naranja", en un contexto de extrema necesidad e indigencia.

Las amenazas y ataques contra los cristianos no se limitan a la Franja de Gaza, sino que también son objeto de polémica y alarma en la ciudad santa. El fin de semana, en efecto, el Consejo de Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén publicó una nota muy dura contra los recientes ataques de colonos judíos contra las propiedades cristianas en el barrio armenio. “Nosotros, como comunidad cristiana de Jerusalén y de toda Tierra Santa, expresamos nuestra profunda preocupación - dicen los referentes cristianos - por los recientes acontecimientos que han tenido lugar en el barrio armenio de Jerusalén”. Lo que desató la polémica fue la anulación de un "contrato impugnado" relativo al "desarrollo" de una gran parte del barrio armenio. “En vez de recurrir a los canales legales apropiados, los supuestos promotores – continúa la nota – decidieron contratar a algunos alborotadores armados para impedir el ingreso al aparcamiento” y realizar “trabajos de demolición en ese lugar”. Estos hechos "pueden poner en peligro la presencia armenia en Jerusalén" y son "incompatibles con el sistema comunitario basado en el espíritu de paz al que aspiran los armenios como parte de la familia cristiana en Tierra Santa". Dichas provocaciones "emplean tácticas" que amenazan con "borrar la presencia armenia en la región", haciendo aún más "vulnerable" la presencia cristiana en Tierra Santa. Los jefes de las Iglesias, concluye la nota, confirman su "apoyo al patriarcado armenio" y a la comunidad "en su decisión de emprender las acciones legales que corresponden para anular la transacción" y renuevan el llamamiento "a los organismos gubernamentales y no gubernamentales pertinentes para que se restablezca la paz y la armonía".

(Con la colaboración de Nirmala Carvalho).