Fundación maronita: un trabajo por la memoria, para salvar la presencia cristiana en el Líbano
El país se funda sobre la demografía y sobre el equilibrio entre cristianos y musulmanes en la vida política e institucional. Una identidad que va más allá de los datos numéricos y la religión profesada. Desde la fundación se lleva adelante una obra que tiene la intención de preservar el mito fundador del Líbano. Una realidad que no sustituye a las embajadas, pero cumple un rol en la investigación y en la recuperación.
Beirut (AsiaNews/LOJ) - Quiérase o no, el Líbano se funda en la demografía, como ya hemos subrayado en análisis anteriores. Para que el Líbano siga siendo tal, en su interior ha de abarcar una cierta proporción de población cristiana. Sin embargo, la guerra y las dificultades económicas atravesadas en los últimos decenios del siglo XX han desangrado al Líbano a nivel demográfico a tal punto, que lo cristianos no llegan a ser –según estimaciones fehacientes- ni el 30% de la población. Y es justamente en función de una investigación acerca de la compensación de las olas migratorias antiguas y/o recientes, que surgió en el mundo, en el año 2008, la Fundación maronitas en el mundo, que ha atravesado circunstancias y una suerte alternantes. La aprobación de una ley sobre la recuperación de la ciudadanía para los inmigrantes (en diciembre de 2015) ha facilitado mucho, al menos en teoría, un proceso que es lento y trabajoso de emprender.
“La preocupación difundida y explícita de los musulmanes libaneses –subraya Youssef Doueihy, uno de los pilares de la Fundación- desde que se presentara el primer proyecto para la ley en el año 2003, por el diputado Nehmatallah Abi Nasr, es que el porcentaje de cristianos inscriptos no sea demasiado elevado. De hecho, el temor de que un gran número dentro de dicho registro pueda nuevamente hacer oscilar el equilibrio demográfico a favor de los cristianos “carece de todo fundamento”. Sin embargo, la votación y la aprobación de la ley no habrían sido posibles “sin el gran compromiso político registrado en diciembre pasado, y sobre el cual sería demasiado extenso volver”.
¿Qué número de migrantes piensa reunir la Fundación Maronita en el mundo, con sus 14 oficinas? Para Youssef Doueihy es difícil hacer previsiones, puesto que la ley fue votada hace muy poco.
No obstante, basándose en la experiencia adquirida en las naciones de antigua emigración, como es el caso de los Estados Unidos, Sudáfrica, Australia o algunos países de América Latina como Brasil, México o Argentina. Él asegura que “son los miembros de la segunda, de la tercera y de la cuarta generación los que se muestran más entusiastas en este proceso”. Y agrega que la mayor parte de ellos ni siquiera ha visto el Líbano, pero “han sabido mantener viva la memoria de sus abuelos, de sus padres, y tienen una gran nostalgia por su país”. “Dicho esto –explica- hay que esperar a ver la aplicación de la ley en lo concreto. A grandes rasgos, la misma es clara, pero aún hay algunos puntos que son objeto de discusión entre los ministerios de Relaciones exteriores y del Interior”
Un simple mediador
“La estrategia de la FMM es acompañar la ley, junto a los embajadores” subraya Doueihy. “No debe creerse que vamos a establecer consulados o embajadas paralelas –agrega-. Lo que viene formándose es el nacimiento de una institución más flexible, libre de preocupaciones burocráticas, que tiene como función alentar a los poseedores de tal derecho. La Fundación no puede recibir las solicitudes, y es su tarea transmitirlas a las autoridades competentes en el Líbano. No es más que un mediador. Son las embajadas las que tienen esta función. Nuestro trabajo consiste, por una parte, en motivar a quienes poseen este derecho, y por otra, en ayudarles a reencontrar sus orígenes, y a hacerse de los certificados necesarios”.
“A modo de comparación –agrega- España e Italia ya hace unos quince años enmendaron sus normas referidas a la readquisición de la nacionalidad para los migrantes a América Latina. Los formularios de solicitud, que pude ver en los consulados de España e Italia en San Pablo (Brasil) son muy similares a los nuestros. Cientos de miles ya han presentado su solicitud y todas han sido aprobadas con facilidad, porque el Estado está involucrado en el objetivo”.
“Antes de promulgarse la ley –recuerda Doueihy- el tratamiento que se daba a los dosier que llegaban no era muy prometedor. Ahora, el Estado debe probar su seriedad en este ámbito. Una agilización de los procedimientos es indispensable en lo que se refiere a este asunto. A mi modo de ver, el Ministerio de Relaciones Exteriores está cumpliendo con su deber. Luego, compete al ministro del Interior y a la comisión prevista por la ley evaluar los expedientes. La comisión está formada por un juez y por directores generales del Estado civil y de los inmigrantes. Apenas los expedientes comiencen a arribar, verificaremos cuán serias son las intenciones expresadas en el momento de votar la ley”.
Regulador del poder político
De cualquier manera, en el Líbano, el equilibrio numérico entre cristianos y musulmanes funciona como un regulador y como un punto de referencia para el poder político. Es este tema fundamental lo que cimentó el lanzamiento, por parte del patriarca emérito Nasrallah Sfeir, de la iniciativa de Michel Eddé que condujo al nacimiento de la Fundación maronita en el mundo.
A Michel Eddé le encanta ecordar que en 1989, cuando se encontraba realizando una visita privada en Ginebra, se reunió con Saëb Salam. Este último vivía allí en calidad de refugiado político. Evocando la hemorragia que ensangrentaba a la comunidad maronita en aquella época, con varios grupos de cristianos que salían a diario del puerto de Jounieh, dije a Saëb Salam en tono burlesco: “Vuestro sueño se cumple”. “Cállate, Michel” respondió Salam. “Aunque seais sólo el 5%, seremos siempre 50-50”.
Este 50-50, este vivir en común es el mito fundador del Líbano. Saad Hariri, fiel al pensamiento de su padre, lo había expresado de este modo hace algunos años: “Hemos dejado de contar”. El daba a entender que, prescindiendo del número de cristianos en el Líbano, en las instancias representativas, como el Parlamento, seguirá siempre vigente el principio del 50-50.
Aún resta la tarea de preservar este mito pacífico, tarea que compete a los libaneses de todas las comunidades, manteniendo la eficacia y la credibilidad, brindando al pluralismo la base demográfica que necesita para seguir siendo creíble y dar frutos. Esto es lo que hace la Fundación maronita en el mundo, con la ayuda de la Iglesia y de todas las personalidades involucradas en el proyecto.
En una de sus últimas obras, Memoria e Identidad, Juan Pablo II – que había aprendido a entender el Líbano mejor que nadie- afirma que la patria, como familia, como nación, es un dato natural. El patriotismo, señala “se inserta en el contexto del cuarto mandamiento, que nos exhorta a honrar al padre y a la madre […]. La patria es el bien común de todos los ciudadanos y, como tales, también ésta es una gran tarea”. Una vez más, debemos apreciar la verdadera dimensión de la obra que está cumpliendo la Fundación maronita en el mundo: más que una simple recuperación técnica de la nacionalidad, se trata de un trabajo por la memoria.
Los libaneses de la diáspora en cifras
Basándose en datos de cuatro millones de libaneses en el Líbano, la diáspora libanesa se presenta, en orden decreciente, como sigue a continuación: Brasil, 9 millones; Estados Unidos, 3,5 millones; Argentina, 1,2 millones; México, 400.000; Australia, 400.000; Venezuela, 340.000; Canadá, 270.000; Colombia, 125.000; Arabia Saudita, 120.000; Ecuador, 100.000; Países del Golfo, 100.000; Gran Bretaña, 90.000; Uruguay, 55.000; Alemania, 50.000; Francia, 50.000; Nueva Zelanda 47.200: Senegal, 40.000; Sudáfrica, 25.000; Chipre, 20.000; España, 14.500; Liberia 10.000; Nigeria, 10.000; Sierra Leona 10.000; Kuwait, 10.000; Egipto, 7450; Bulgaria entre 4.000 y 7.000; Ghana, 6.700; Suiza 5.800; Grecia, 3.400; Italia, 3200.
Las oficinas de la Fundación Maronita en el mundo se encuentran en los siguientes países: Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá, Australia, Francia, Uruguay, México, Colombia, Santo Domingo, Venezuela, Paraguay, Costa Rica, Sudáfrica. En breve se planea la apertura de nuevas sedes en Cuba y Chile.
(Se agradece a la asociación RJLiban por su gentil colaboración. Email: monde@rjliban.com – www.rjliban.com)
17/12/2016 13:14