Funcionarios japoneses y norcoreanos se reúnen en secreto en Mongolia
La noticia fue difundida por un diario surcoreano. Desde hace un año el primer ministro japonés Fumio Kishida trabaja para organizar una cumbre con el dictador Kim Jong Un, pero en los últimos meses Corea del Norte había emitido declaraciones en sentido contrario. La cuestión de los ciudadanos secuestrados por Pyongyang sigue siendo un tema importante.
Tokio (AsiaNews/Agencias) - En un encuentro secreto, a mediados de mayo, representantes de Japón y Corea del Norte se reunieron en Mongolia para discutir diversas cuestiones bilaterales, a pesar de que Pyongyang había declarado públicamente que había rechazado el diálogo con Tokio, que a su vez sigue planteando el problema del secuestro de ciudadanos japoneses por parte de Corea del Norte en las décadas de 1970 y 1980, secuestros que se llevaron a cabo para entrenar a los espías norcoreanos en el idioma y las costumbres japonesas.
La noticia fue publicada por el diario surcoreano JoongAng Ilbo, explicando que la delegación japonesa estaba compuesta por un político, mientras que la norcoreana estaba formada por tres personas, una de las cuales pertenecía al servicio de inteligencia. De este modo Pyongyang pretende conseguir un "punto de inflexión económico y diplomático", comentó el periódico, y añadió que representantes de ambos países deberían haberse encontrado también la semana pasada en la región autónoma china de Mongolia. Sin embargo, una fuente dijo que "no está claro si el contacto se llevó a cabo como estaba previsto".
En los últimos meses se han registrado tensiones y declaraciones de diversa índole entre ambos países. Desde el año pasado el primer ministro japonés Fumio Kishida está trabajando en "intercambios de alto nivel" para concretar una cumbre con el líder norcoreano Kim Jong Un. En febrero, la hermana del dictador, Kim Yo Jong, había abierto la posibilidad de una visita de Kishida a Corea del Norte, con la condición de que Japón no hiciera de la cuestión de los secuestros un "obstáculo" entre los dos países. Sin embargo, el mes siguiente la propia Kim Yo Jong hizo una nueva declaración afirmando que Tokio se aferraba a “cuestiones irresolubles”. "Es imposible mejorar unas relaciones bilaterales llenas de desconfianza y malentendidos, sólo con la idea de realizar una cumbre", dice el comunicado difundido por la Korea Central News Agency, órgano de prensa oficial del régimen norcoreano.El primer ministro japonés Kishida ha seguido insistiendo en el diálogo, pero la cuestión de los secuestros, sobre todo para la opinión pública japonesa, sigue siendo importante, mientras Pyongyang, más interesado en estrechar las relaciones con Moscú y Beijing, acusa a Tokio de haber ocupado y colonizado la península de Corea cometiendo crímenes atroces.
A principios de la década de 2000, los dos países (que no mantienen relaciones diplomáticas) estaban a punto de normalizar sus relaciones. Cinco ciudadanos japoneses de los 17 (Pyongyang afirma que eran 13) fueron devueltos. Pero si para Corea del Norte la cuestión se había resuelto, afirmando que los restantes habían muerto, hay grupos de ciudadanos japoneses que siguen haciendo campaña por los que nunca regresaron.
Según algunos analistas, Kishida está tratando por todos los medios de organizar una cumbre con Kim Jong Un para dar un giro a su mandato, visto que su índice de aprobación cayó al 20% en febrero. Otras opiniones sostienen que el primer ministro japonés quiere demostrar (especialmente en Washington) que puede proponerse como mediador con Corea del Norte, en momentos en que las relaciones con Estados Unidos se encuentran estancadas y las relaciones con Corea del Sur están empeorando.
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