Francisco y Bartolomé: Compromiso común para hacer frente a la crisis ecológica y a sus raíces espirituales
Un convenio en Atenas, en ocasión de la Jornada mundial del Ambiente. Para el Patriarca ecuménico, la crisis “reclama la convergencia de religiones, ciencia y tecnología, de todos los sectores y organizaciones sociales, además de todas las personas de buena voluntad”. El papa Francisco también reafirma, en su mensaje, la urgencia de abocarse juntos, cristianos y no cristianos, a “ofrecer una respuesta” al desafío ecológico, y de que la misma “no sea ambigua”.
Atenas (AsiaNews) – La necesidad de una “transformación moral” del hombre, que conduzca a un cambio radical en el modo de mirar la naturaleza creada por Dios, fue afirmada por el patriarca ecuménico Bartolomé I, en la ponencia con la cual ayer inauguró, en Atenas, el IX Simposio Ecológico Internacional sobre el tema Preserving the Planet and Protecting its People (Preservar el planeta y proteger a sus habitantes). En el día de ayer también se celebró la Jornada Mundial del Ambiente, instituida por la ONU.
El Papa Francisco, que hizo llegar un mensaje de saludo dirigido al Patriarca y al convenio, hoy también publicó en un tuit, a raíz de la Jornada Mundial del Ambiente: “Señor, despierta en nosotros la alabanza y la gratitud por nuestra Tierra y por cada ser que has creado”.
En su ponencia, el Patriarca partió de la constatación de que “la crisis ecológica ha revelado que nuestro mundo constituye un todo, sin solución de continuidad”, y que, por ende “ninguna iniciativa o institución, ninguna nación o sociedad, ni la ciencia ni la tecnología, son capaces de responder por sí solas a ella”. Por lo tanto, la respuesta “requiere de la convergencia de religiones, ciencia y tecnología, de todos los sectores y organizaciones sociales, además de todas las personas de buena voluntad”. Se necesita un modelo de cooperación, pero “lamentablemente hoy somos testigos de que hay intereses económicos y modelos geopolíticos que atentan contra semejante cooperación en el campo de la protección ambiental”.
Por su parte, prosiguió Bartolomé, el Patriarcado ha resaltado “las raíces espirituales y morales de la crisis ecológica” y “la necesidad de una transformación espiritual de los seres humanos y de sus actitudes y conductas en relación a la creación”. “La destrucción del ambiente natural sólo puede ser invertida a través de un cambio radical de nuestra perspectiva en relación a la naturaleza, el cual a su vez deriva de un cambio radical en nuestra auto-comprensión como seres humanos”.
“Para la Iglesia ortodoxa, el cuidado de la creación –la conservación de la naturaleza y la protección de todas las personas- emana de la esencia misma de nuestra fe”, y desde junio de 2016, ella afirma que cada cristiano es llamado a ser un administrador, protector y ‘sacerdote’ de la creación”.
“Preservar y proteger el ambiente natural, así como tener respeto y estar al servicio de nuestros semejantes, son dos caras de la misma moneda. Las consecuencias de la crisis ecológica –que afectan, en primer lugar, a las personas social y económicamente vulnerables – constituyen una seria amenaza para la cohesión y la integración social. La identidad de toda sociedad y la medida de toda cultura se juzga de acuerdo al grado de desarrollo tecnológico, crecimiento económico o infraestructura pública” pero, “en primerísimo lugar, en virtud de nuestro respeto por la dignidad de la humanidad y la integridad de la naturaleza”.
Y existe, concluyó Bartolomé “un estrecho vínculo entre el cuidado de la ceración y la adoración del Creador, entre una economía para los pobres y una ecología para el planeta. Cuando herimos a las personas, dañamos la tierra. Por ende, nuestra avidez extrema y la dilapidación excesiva no sólo son inaceptables económicamente; sino que también son insostenibles ecológicamente hablando. En realidad, son éticamente imperdonables. Y es así que debemos interpretar las palabras del Señor en la parábola del juicio final: ‘Tuve hambre, y me diste de comer; Tuve sed, y me diste de beber’ (Mateo 25, 35).
En profunda sintonía con el patriarca, en su mensaje dirigido a Bartolomé I, el Papa Francisco afirmó que “el deber de custodiar la ceración desafía a todas las personas de buena voluntad y reclama a todos los cristianos a reconocer las raíces espirituales de la crisis ecológica, cooperando en el ofrecimiento de una respuesta no ambigua”. Él luego reiteró su “firme intención de que la Iglesia católica continúe el camino en esta dirección junto a Usted, Su Santidad, y al Patriarcado ecuménico”, y con las “otras Comunidades cristianas y todas las personas de buena voluntad”.
Por último, Francisco expresa su gratitud por el compromiso y la labor de Bartolomé, que ha “involucrado a líderes religiosos, científicos, políticos y empresarios para crear una importante red, a fin de responder de un modo eficaz a los desafíos presentes”
17/12/2016 13:14