'Francisco llevaba a China en el corazón, y por lo tanto también a mí'
Una fuente de AsiaNews cuenta cómo están viviendo los católicos chinos la muerte de Francisco. En las redes sociales locales se comparten muchas frases e imágenes del Papa: "En el dolor del duelo ha prevalecido la alegría de anunciar el amor. Una explosión espontánea, poco prudente, pero que ha recordado que la muerte y el miedo no tienen la última palabra". "Una anciana me dijo: yo quisiera ir al Vaticano, él quería venir a China. Hemos compartido el mismo sueño imposible".
Milán (AsiaNews) - Una fuente de AsiaNews que vive en China continental ha compartido con nosotros este relato sobre cómo están viviendo los católicos chinos la muerte del papa Francisco. Un relato del que se desprende un gran afecto y la conciencia de que son parte de la Iglesia universal.
«El Papa llevaba a la Iglesia china en su corazón, entonces me llevaba a mí en su corazón».
«¡El Papa que amaba a la Virgen de Sheshan, que amaba a los chinos!».
«Francisco nos amaba, siempre he sentido mi vida conectada con la suya».
Estos son algunos de los mensajes que he recibido tras el anuncio de la muerte del Papa Francisco. Tan pronto como se difundió la noticia, los grupos de WeChat se llenaron de oraciones y dulces palabras dedicadas al Papa. Durante algunas horas fue como si el tiempo estuviera suspendido (como si estuviera protegido) y fluyeron sin miedo frases, imágenes, fotografías, videos que por razonable prudencia habitualmente los cristianos tienden a autocensurar.
En medio del dolor por el duelo ha prevalecido la alegría de anunciar el amor. Como queriendo corresponder al anuncio que tantas veces han recibido. Fue una explosión espontánea, poco prudente, es cierto, pero que ha recordado que la muerte y el miedo no tienen la última palabra.
¡Porque Francisco amaba a China! Y los chinos se sintieron amados, buscados, queridos y, sobre todo, no olvidados. A través del corazón del Papa se descubrieron a sí mismos como centro pulsante.
Los testimonios de amor y de sincero agradecimiento son muchos. Un muchacho chino me contó que Francisco tenía la imagen de la Virgen de Sheshan en su habitación y que rezaba por China todas las noches. No sé si es verdad, pero poco importa, porque lo importante es que ese joven y su comunidad a partir de ese momento sintieron que estaban "unidos por la vida" con el Papa, ¡se sintieron Iglesia! De esa manera es como el Papa de las periferias, venido del fin del mundo, hizo sentir a las periferias que eran el centro.
Una señora anciana me dijo que el sueño de su vida siempre ha sido visitar el Vaticano. Sabe que nunca podrá hacerlo, pero desde que le contaron que también Francisco soñaba con visitar China, es feliz porque comparte el mismo sueño imposible con el Papa.
En estos años Francisco ha tomado posiciones que a veces han requerido a la gente una carga suplementaria de confianza. En efecto, la dificultad de la situación, cada vez más áspera y compleja, aquí nunca se oculta; pero la complejidad fue aceptada, no solo porque “el Papa es el Papa”, sino porque “ama a China” y asume la responsabilidad de tomar decisiones difíciles.
También hay una sana curiosidad por parte de los chinos no cristianos por una figura universal tan alejada de su mentalidad. En las charlas informales se percibe la desinformación que hay sobre este tema. Una profesora, por ejemplo, me preguntó si el Papa había estado alguna vez en China, y después se quedó estupefacta cuando le expliqué por qué no había podido hacerlo, mientras que otra estaba convencida de que el Papa era el presidente de Italia.
En estos días se respira un clima de gran agradecimiento por el viento de apertura que el Papa permitió que entrara, por ese movimiento de encuentro entre el centro y la periferia que anula las fronteras. Y permite respirar un aire nuevo, aire de Iglesia.
30/11/2017 13:16
27/11/2017 12:00
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