Falleció el Card. Etchegaray, ‘hombre de diálogo y de paz’
El purpurado vasco fue entre otras cosas presidente de la Conferencia episcopal francesa y desarrolló una intensa actividad internacional que lo llevó, entre otras a China y Vietnam.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “Hombre de diálogo y de paz”. Es el Card. Roger Etchegaray, que falleció ayer, la oración del Papa Francisco en la misa celebrada esta mañana en Maputo (Mozambique).
El cardenal vasco, como a menudo era llamado, nació en el corazón de los Países Vascos, en Espelette (diócesis de Bayona, Francia), el 25 de septiembre de 1922.
Hijo de un mecánico, fue ordenado sacerdote el 13 de julio de 1947. Comprometido y brillante, en 1961 fue director adjunto del Secretariado del episcopado, del cual en 1966 fue Secretario general.
Nombrado obispo auxiliar de París en 1969, el año siguiente fue promovido a arzobispo de Marsella y en 1975 fue elegido como presidente de la Conferencia episcopal francesa. Lo será hasta 1981.
Mientras tanto, desde 1965 fue secretario del Comité de enlace de las Conferencias episcopales de Europa y en 1971 fue el primer presidente del nuevo Consejo Europeo de las Conferencias Episcopales.
El 8 de abril, Juan Pablo II, que el 30 de junio los creó cardenal, lo nombra presidente del Pontificio consejo “Cor Unum” (hasta el 2 de diciembre de 1995). Son los cargos que lo llevarán a desarrollar también una intensa actividad internacional que lo verá, también en China y Vietnam.
“Descubrí China- escribió el mismo- en 4 viajes: la primera vez en 1980, luego en 1993, en el año 2000 y en 2003… pero se necesitaría 40 años para decir la conozco”. “Para entrar realmente en China, es necesario pasar a través de la puerta del corazón, de la amistad como bien había comprendido Mateo Ricci, el culto jesuita de siglo XVI que escribió un deliciosos “tratado sobre la amistad” antes de ser introducido en la corte imperial. Durante mi primer estadía en Beijing. me fue entregada una placa: la palabra “amistad” estaba escrito sobre una flor de ciruela, la flor más resistente a las tempestades. Y cada vez que volví a China, lo hice en compañía de Mateo Ricci.
“Lo que aparece siempre más necesario y urgente es la unidad vivida junto al Papa, en el respeto de la libertad de conciencia, que cada Estado debe proteger. Y esta reunificación pasa necesariamente a través de la vía evangélica de la reconciliación. La situación actual de la Iglesia es anacrónica, hasta en ambiente marxista e ir de par a par, se vuelve insalubre. Las heridas y los rencores están tan vivos que algunos tienden a proteger la propia identidad católica escondiéndola bajo las semblanzas de sectas que abundan. Los católicos chinos, más conscientes del hecho que la credibilidad de su testimonio depende de su unidad visible, cuentan, por esto, sobre el apoyo de la Iglesia universal que todavía no puede desde lejos cumplir los sacrificios exigidos por su condición actual. Me decía un obispo: “Hemos construido muchas iglesias, ayúdennos a construir la iglesia de Pedro y Pablo”.
En 1989, en ocasión de su viaje a Vietnam, el primero de un prelado vaticano, Juan Pablo II le confía un mensaje para los obispos vietnamitas para alentarlos y recomendarles conservar la unidad. Tema delicado vistos los intentos del gobierno comunista-fallido el intento de dar vida a una Iglesia patriótica imitando a China-de crear divisiones en el episcopado.
La acción del cardenal inicia un recorrido que encuentra la estación del “doi moi”, de la renovación político y económico iniciado por el VI congreso del Partido comunista vietnamita en 1987. Un acercamiento sellado por la visita del presidente de la República Nguyen Minh Triet a Benedicto XVI al Vaticano en diciembre de 2009, la primera de la historia.
Y fue también el hombre de Juan pablo II para las “misiones imposibles” como cuando en 2002 va a Jerusalén, para pedir la paz en Oriente Medio y el año después va a Bagdad a visitar a Saddam Hussein para tratar de evitar la guerra, (FP)
22/12/2021 12:48