Faisalabad, joven cristiana raptada por musulmanes. El padre fue asesinado cuando intentó salvarla
Una muchacha de catorce años fue secuestrada con la excusa de proponerle un puesto de trabajo. El padre hizo la denuncia y luego fue obligado a retirar la acusación con la promesa de que recuperaría a su hija. Pero cuando fue a buscarla, fue asesinado a sangre fría. La esposa y las otras hijas viven con miedo a las represalias. Piden la ayuda del pueblo de Dios.
Faisalabad (AsiaNews)- Una joven cristiana de catorce años fue raptada por un grupo de musulmanes, que luego asesinaron a su padre a sangre fría cuando él trató de llevarla nuevamente a casa. Sucedió hace un par de meses en Pakistán, en la periferia de Faisalabad, y desde ese momento la madre de la muchacha y las otras tres hermanas viven con miedo y en la indigencia. Las mujeres no pueden salir de su casa, ir a trabajar ni hacer las compras porque temen las represalias de los musulmanes, puesto que el padre de familia había presentado la denuncia antes de ser asesinado. A AsiaNews, Najma Bibi, la madre de la joven dice: “Habiendo pasado ya varios meses desde el rapto de mi hija, la policía aún no hizo nada porque no tenemos dinero para hacer valer nuestros derechos. Vivimos en una situación desesperada, necesitamos ayuda. Ruego para que mi hija continúe poniendo su esperanza y teniendo fe en Jesucristo”.
La víctima de este grave episodio de violencia se llama Tanveer Masih, de 42 años, marido de Najma Bibi y padre de Mehewish. El hombre vivía con la familia en un barrio pobre de Khalid Colony y trabajaba como chofer de un bici-taxi. Mientras la hija mayor se ocupaba de la casa y de las hermanas menores, la madre y Mehwish trabajaban como empleadas domésticas en casas de familia.
Mehwish frecuentó la escuela hasta el octavo grado, pero luego tuvo que abandonar los estudios por falta de dinero y para ayudar a llevar adelante la familia. El 12 de marzo pasado una familia de musulmanes visitó a los cristianos y pidieron tomar a Mehwshi para servir en una fiesta que se realizaría esa noche. La joven sería acompañada de vuelta a su casa al final de las celebraciones.
Pero la muchacha no volvió nunca a su casa y desde aquella noche no se la vio más. Tanweer, desesperado, fue varias veces a la casa de los musulmanes, pidiendo que le devolvieran a su hija. Cada vez que iba, lo rechazaban diciendo que la muchacha estaba afuera haciendo algunas compras y encargos, y le impedían ver a la joven.
El hombre intentó también el camino de la reconciliación a través del consejo del pueblo. Después de varios intentos sin resultados, el 10 de mayo Tanveer fue a la comisaría de la policía de Raza Abad y realizó la denuncia por rapto contra Umar Daraz, Muhammad Zahid y Mobeen Reheman.
Inmediatamente después de la denuncia, el cristiano comenzó a recibir llamadas telefónicas amenazadoras, donde lo intimaban para que retirara la denuncia. Pero él no se dejó atemorizar y presentó otra ulterior denuncia ante los agentes. Llegado ese punto, uno de los acusados fue a la casa de Tanweer y le prometió que volvería a abrazar a su hija sólo si retiraba la denuncia.
Aceptó retirar la denuncia después de habérsele asegurado que su hija sería liberada. El 31 de mayo Tanweer fue a una cita, pero dos hombres lo mataron a tiros de pistola mientras estaba en Jhang Road, yendo hacia Thikriwala, subido en su moto.
La policía local registró el caso de homicidio, pero no arrestó a nadie. Por esto Najma Bibi y sus otras tres hijas viven encerradas en casa con miedo de que los acusados de los dos crímenes -homicidio y rapto- puedan asesinarlas también a ellas. En estos meses sobrevivieron gracias al apoyo de los familiares, que les llevan pan y mantequilla. La madre afirma: “Quiero a mi hija de vuelta, y que los culpables sean arrestados por la justicia. No tengo dinero, ni para comprar qué comer ni para continuar la batalla legal. Pido ayuda al pueblo de Dios”.