Ex ministro chino hoy hablará en el Vaticano sobre tráfico de órganos
Una delegación china participa en la cumbre organizada por la Academia Pontificia de Ciencias. Durante mucho tiempo y merced a una cantidad de pruebas, China fue acusada de alimentar el tráfico de órganos, quitándolos de los cuerpos de los condenados a muerte, sin siquiera contar con el permiso de estas personas. Desde el 2015, una ley admite exclusivamente las donaciones voluntarias, pero las cifras entre donantes y trasplantes no guardan un equilibrio entre sí.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Huang Jiefu, ex viceministro de Salud y actualmente responsable del Comité para trasplantes y donación de órganos, hablará hoy en el Vaticano, en una cumbre dedicada a la donación de órganos y al turismo de los trasplantes. China a menudo ha sido acusada de quitar los órganos a los prisioneros condenados a muerte, y esta presencia de la delegación china en el Vaticano es vista como un intento por mejorar la imagen del país a nivel internacional.
La reunión cumbre organizada por la Academia Pontificia de Ciencias está orientada a evidenciar la amplitud del tráfico de órganos y a sentar las bases para un compromiso moral, con una declaración que será firmada por todos los participantes, y que también estará abierta a las personalidades de gobierno y de los medios, a fin de combatir este comercio.
El tráfico de órganos y el turismo de los trasplantes es un fenómeno vasto y difundido en Asia, México, América Latina, Egipto, Pakistán y la India. Los receptores son enfermos de Canadá, los EEUU, Europa occidental, los países del Golfo, Australia, que se trasladan a dichos países por un tiempo, para recibir el órgano que necesitan.
La venta de órganos, debido a la pobreza y al secuestro de niños y adultos para utilizar sus órganos, se ha convertido en un negocio y en una nueva forma de esclavitud que explota a migrantes, refugiados y a quienes se desempeñan en trabajos forzados.
Por mucho tiempo, y merced a muchas pruebas, China fue acusada de alimentar el tráfico de órganos, obteniéndolos de los cuerpos de los condenados a muerte sin siquiera contar con su permiso.
En el 2015 fue implementada una ley que permite la donación de órganos pero sólo por parte de civiles y de forma voluntaria. Está se ha convertido en “la única fuente legítima para el trasplante de órganos”, tal como declarara Huang en una entrevista concedida a AP. Pero los grupos que defienden los derechos humanos y las organizaciones que luchan contra las donaciones forzadas afirman que, al no contar con verificaciones independientes, se hace difícil creerle a China.
En el pasado, Huang reconoció que en China se apoderaban de los órganos de los prisioneros condenados a muerte, y en el 2011 declaró que al menos el 90% de los trasplantes que se hacen en su país se efectúan con órganos que provienen de los cadáveres de condenados a muerte. Sin embargo, con la nueva ley, según Huandg se está procediendo con normalidad, y la mayor parte de los trasplantes se llevan a cabo gracias a la donación de órganos realizada de manera voluntaria.
No obstante, las organizaciones que luchan por los derechos humanos destacan el desequilibrio que se verifica en las cifras. Así, en el año 2015, por ejemplo, los datos oficiales hablan de 2776 ciudadanos que han donado 7758 órganos. Pero los trasplantes efectuados son 11.000.
Ha de ser dicho que, al día de hoy, el retiro de los órganos del cuerpo de los prisioneros aún no está prohibido en China. Esto puede ser efectuado por voluntad del donante. “Si China quiere convencer al mundo, debe implementar una ley que prohíba el uso de órganos de prisioneros” dijo el Dr. Huige Li, profesor en la Universidad de Mainz y miembro de la organización de médicos que lucha contra el retiro forzado de órganos.
La Academia de Ciencias ha recibido muchas críticas a causa de la participación china, pero el Vaticano no ha retirado las invitaciones enviadas a Huanf Jiefu y a otro relator, Haibo Wang.
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