Europa o Eurasia, la encrucijada de Chisináu
Un sondeo reciente confirma la gran división de la opinión pública, según la cual el 50% está a favor de la adhesión a la UE, pero el 60% está en contra de las sanciones contra los rusos. Mientras que el consenso mayoritario de Maia Sandu se ha reducido a la mitad, las manifestaciones en su contra en la capital exaltan la polarización de la sociedad moldava.
Chisináu (AsiaNews) - En el centro de Chisináu, capital de Moldavia, se celebró una "Marcha por la liberación" y un encuentro en apoyo de la integración de la república en la Unión Económica Euroasiática (Eaes), organizada por la oposición socialista prorrusa en polémica con el apoyo del gobierno al Día de la Independencia de Ucrania en los últimos días. Desde la presidenta Maia Sandu hasta los distintos líderes de la mayoría, todos subrayaron la unidad de los moldavos con el pueblo obligado a defenderse de la invasión rusa.
Un sondeo reciente confirma la gran división de la opinión pública moldava, con un 50% a favor de la adhesión a la UE, pero un 60% en contra de las sanciones contra los rusos. Si la mitad de los ciudadanos se sienten europeos, los demás prefieren volverse hacia el Este, o mantener una postura neutral frente a los dos polos del conflicto. La mirada hacia Rusia predomina en la república separatista de Transnistria, a pesar de ser la parte más occidental de Moldavia, creada y ocupada por los rusos en la época soviética precisamente como avanzadilla contra sus enemigos tradicionales. No obstante, Rusia conserva una gran influencia en el conjunto de la sociedad moldava y sigue siendo uno de sus principales socios económicos, a pesar de su reciente distanciamiento.
El apoyo mayoritario a Maia Sandu ha descendido recientemente del 60% al 30%, y según otra encuesta del Instituto de Políticas y Reformas Europeas, sólo el 15% de los encuestados cree que Moldavia está preparada para adherirse realmente a la UE. En caso de referéndum, se estima que el 55% estaría a favor de la integración europea, pero la posición contraria se resiste con más del 30%.
Las manifestaciones contrarias en la capital exaltan la polarización de la sociedad moldava. Sandu dirigió su agradecimiento a los ucranianos, que "defienden la seguridad de toda la región y son un bastión de libertad para millones de europeos". El presidente del grupo parlamentario "Amistad con Ucrania", Oazu Nantoj, deseó a los ucranianos "la victoria y la paz en los términos de la victoria", recordando cuando en 1992 "los llamados nacionalistas ucranianos participaron en los enfrentamientos del lado de los separatistas", en el conflicto armado del Dnestr. En sus relaciones con Kiev, Moldavia querría encontrar un acuerdo que le permitiera acceder al mar, con una revisión de las fronteras comunes precisamente en torno al río Dnestr y sus cascadas ricas en agua, donde los rusos han creado la zona de influencia separatista.
Otras ceremonias tuvieron lugar más bien bajo la influencia de la minoría prorrusa, con motivo de la conmemoración de la liberación de Chisináu de la ocupación nazi. Numerosos ciudadanos de la capital se reunieron en torno al "Fuego Eterno", depositando coronas de flores y coreando el lema " Agradece al Soldado de la Victoria", con una visita a la sede de los veteranos de la Gran Guerra Patria. Las autoridades lo dejaron así, aunque no compartían la misma interpretación de la "Victoria" y la acción de los "libertadores".
Los diputados socialistas, en particular dos de sus exponentes, Vasile Bolja y Aleksandr Sukhodolskij, apoyan firmemente el impulso de los Eaes. Este último explicó que "pretendemos hacer una recogida de firmas para llegar a un referéndum sobre esta propuesta", con el fin de demostrar a los opositores y a todo el mundo que "tenemos que contar con el pueblo de la república de Moldavia, no sólo durante las elecciones generales y las campañas electorales financiadas por patrocinadores de fuera del país".
La iniciativa es, al fin y al cabo, puramente demostrativa, ya que en el contexto de la guerra rusa en Ucrania y las sanciones contra Moscú, la participación de Moldavia en los Eaes es actualmente inviable, y todo el mundo en el país es consciente de ello. A una gran parte de la población le seguiría gustando mantener buenas relaciones con Rusia, aunque sólo fuera por el alto porcentaje de moldavos, entre el 20% y el 25%, que hablan ruso como lengua materna.
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