Estados Unidos, Rusia, China y Pakistán, por la paz en Afganistán

de Vladimir Rozanskij

Impulsan un acuerdo para anticiparse a la salida de las tropas estadounidenses del país, después de 20 años. Entre los presentes estaban el ex presidente Hamid Karzai y el mulá Abdul Gani Baradar. El documento fue firmado por los cuatro países, pero no por Kabul y los talibanes. Preocupación por el negocio del narcotráfico y ante el plan de crear un emirato islámico. En 40 años, han muerto al menos 1,5 millones de personas.

Moscú (AsiaNews) - A pocas semanas de la fecha fijada para la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán (el próximo primero de mayo, tras 20 años de presencia en el territorio), el 18 de marzo se celebró en Moscú una conferencia con todas las partes en conflicto y representantes de Estados Unidos, Rusia, China y Pakistán, en busca de un acuerdo de armisticio. Por la parte afgana, la delegación gubernamental estuvo encabezada por el ex presidente Hamid Karzaj; la de los talibanes, por uno de los fundadores del movimiento, el mulá Abdul Gani Baradar.

En el comunicado final de la reunión se afirma que "en este momento decisivo, nuestros cuatro Estados invitan a las partes a iniciar las negociaciones y alcanzar un acuerdo de paz que ponga fin a la guerra en Afganistán, que se prolonga desde hace cuatro décadas". Se invita a las fuerzas del gobierno y a los talibanes a que disminuyan el nivel de violencia en el país, y a los militares, a que se abstengan de realizar ataques, que se repiten regularmente en primavera y verano. Los cuatro países mediadores se declaran dispuestos a apoyar política y económicamente a Afganistán en el periodo posterior a la anhelada pacificación.

Las tratativas entre Kabul y los talibanes se iniciaron en septiembre del año pasado en Qatar, pero quedaron empantanadas luego de que el gobierno acusara a los insurgentes de no estar haciendo nada para detener la violencia en el país. En Moscú intervinieron las mayores delegaciones posibles del gobierno y de los talibanes, lo que dio a la conferencia un gran protagonismo. Los cuatro Estados mediadores también presentaron delegaciones al más alto nivel.

La nueva administración Biden, con su Secretario de Estado Antony Blinken, decidió llegar al fondo de la cuestión, y se puso como objetivo alcanzar la etapa conclusiva en Estambul, que debería tener lugar en abril. El encuentro de Moscú tiene la intención de despejar los principales obstáculos para alcanzar el acuerdo definitivo, y estuvo organizado por el representante especial del presidente de Rusia en Afganistán, Zamir Kabulov. En cuanto al formato, se le dio el nombre de "troika ampliada", añadiendo Pakistán a la tríada Estados Unidos-Rusia-China.

Los estadounidenses siempre se han mostrado bastante escépticos respecto a los esfuerzos rusos por regular la cuestión afgana, pero esta vez tuvieron que reconocer la validez de la propuesta. Tras un primer momento de incertidumbre, llegó a Moscú Zalmay Khalilzad, el delegado del presidente estadounidense para la cuestión afgana. La vocera del Departamento de Estado de los EE.UU., Jalina Porter, dijo que "vemos con claridad los desafíos a los que nos llama Rusia; cuando existe la posibilidad de desarrollar relaciones constructivas con Rusia en interés de ambos, estamos dispuestos a trabajar juntos". Y ello, a pesar de que en las mismas horas estalló la polémica entre Biden y Putin por las acusaciones de "asesino" lanzadas por el presidente estadounidense.

La resolución final de la reunión solo fue firmada por los cuatro mediadores, pero no por las partes en conflicto. Sin embargo, se confía en que la cuestión habrá de resolverse pronto. Sergei Lavrov, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, al dirigirse a los participantes antes del cierre de la reunión, recordó que "ya en 2018 se reunieron en Moscú representantes del gobierno afgano y de los talibanes, en presencia de delegados de más de diez países." Lavrov también elogió la presencia de varias mujeres en la delegación afgana.

En su discurso, Lavrov señaló que lo que más le preocupa son los planes de resurgimiento del ISIS en la región de Asia Central: "Esto hace temer un mayor desarrollo del narcotráfico -la verdadera amenaza para Afganistán, toda la región y el mundo- ya que financia las actividades terroristas". Uno de los puntos fundamentales del acuerdo que se propone a las partes se refiere a la eliminación de los grupos terroristas en el país.

Según el texto, los países mediadores "no apoyan la restauración del Emirato Islámico, e invitan al gobierno de la República de Afganistán a iniciar una discusión con el movimiento talibán sobre el futuro político del país". Pero esto contradice los objetivos de los propios talibanes, que sueñan con el Emirato. Los representantes de los talibanes no quisieron comentar este punto ante los periodistas, aunque el sitio web Afghanistan.ru difundió una declaración de Baradar, según la cual la paz en el país sólo será posible "tras el establecimiento de un sistema islámico".

Para aumentar la impresión de precariedad, el Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin, realizó ayer una visita sorpresa a Afganistán, donde se reunió con el Presidente Ashraf Ghani. Pocos días antes, el presidente Joe Biden había dicho que retirar todas las tropas estadounidenses para el primero de mayo sería “difícil”. Esta lentitud responde en parte a los deseos del gobierno de Kabul, que desea mantener su presencia el mayor tiempo posible.

Según varias organizaciones humanitarias, en más de 40 años (incluyendo el periodo de ocupación rusa) la guerra en Afganistán ha dejado cuando menos 1,5 millones de muertos, cientos de miles de heridos y mutilados, y más de 4 millones de refugiados.