El líder turco confirma su propia hostilidad hacia las milicias kurdas, definidas como “organizaciones terroristas”. Para Washington, éstas representan un aliado clave en la lucha contra el Estado islámico. El líder turco ha renovado el pedido de extradición del predicador islámico Gülen, considerado la mente del golpe. 

Washington (AsiaNews/Agencias) - “No hay lugar para las organizaciones terroristas en el futuro de nuestra región. Con estas palabras, pronunciadas al término del encuentro con el homólogo estadounidense Donald Trump, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan confirmó la distancia con Washington en lo que respecta a la cuestión kurda. Al concluirse el encuentro cara a cara de ayer, el líder de Ankara subrayó que “jamás aceptará” la alianza de los Estados Unidos con las fuerzas kurdas que combaten en Siria.

El presidente Erdogan se refería a las milicias kurdas de la YGP (Unidad de Protección Popular), a las cuales los Estados Unidos recientemente han decidido reaprovisionar con un nuevo cargamento de armas. Para Washington, los combatientes kurdos son un aliado clave en la lucha contra el Estado islámico (EI) en el noreste de Siria.

No obstante las visiones divididas en lo que concierne a los kurdos, los dos líderes han confirmado la voluntad de reforzar las relaciones bilaterales y la alianza estratégica dentro de la OTAN. “Hemos tenido grandes relaciones –declaró Trump- y éstas serán aún mejores a futuro”. El objetivo es ampliar la cooperación bilateral entre los dos países y “trabajar juntos, para hacer frente al terrorismo en todas sus formas”.

Erdogan insistió en la cuestión kurda, definiendo como “absolutamente inaceptable” considerar a las milicias del YGP como “socio en la región”. Estas opciones contrastan con “el acuerdo global alcanzado”.   

Ankara considera a las milicias del YGP como una prolongación del Partido de los trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo al margen de la ley que lucha desde hace años para obtener la independencia en el sudeste del país. La opinión de los Estados Unidos difiere, en tanto considera a las milicias kurdas como una formación distinta del PKK y representan un aliado fundamental en la guerra contra los yihadistas en el conflicto sirio.  

Durante el encuentro del día de ayer, el líder turco también afrontó el caso del predicador islámico Fethullah Gülen, exiliado en Pennsylvania (Estados Unidos). Según el presidente Erdogan y la cúpula de gobierno, él sería la mente del golpe de Estado en Turquía, que dejó 270 muertos y miles de heridos. Ankara, que ha lanzado una masiva campaña de represión interna, con cientos de miles de detenciones y arrestos, pide la extracción de Gülen, el cual siempre ha rechazado las acusaciones que se le endilgan y lo señalan como el orquestador del frustrado golpe.  

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