Enfermeros católicos en India, “custodios de la vida” contra la “moderna cultura de la muerte”

de Nirmala Carvalho

Del 31 de octubre al 2 de noviembre se desarrolló en Mumbai el Convenio anual de los enfermeros católicos en el mundo. El tema: “Los desafíos del cuidado y de la compasión en el servicio a la vida”. “Nuestros cuidados son la continuación (de la obra) de Dios que no ha donado la vida. Compartimos el trabajo pastoral y la misión evangelizadora de la Iglesia”. La atención a los más vulnerables, la proclamación del “Evangelio de la vida” y su defensa desde el nacimiento hasta la muerte natural.

Mumbai (AsiaNews)- Desde su creación, “la Iglesia católica trabajo al servicio de los enfermos, de quien sufre y de los moribundos. Por esto la Iglesia está comprometido en acciones constructivas que apoyan la dignidad y el honor como valores connaturales a la vida humana” y siempre por el mismo motivo, “los enfermeros católicos y el personal sanitario que trabaja en los hospitales esparcidos por toda India pueden ser considerados como “guardianes de la vida”, contra “la cultura de la muerte”. Lo afirma la declaración final del Convenio nacional de los enfermeros católicos que se desarrolló en Mumbai desde el 31 de octubre al 2 de noviembre, según el cual los operadores médicos son “el símbolo del apostolado curativo de la Iglesia” en el mundo.

El encuentro del Catholic Nurses Guid (CNG, sindicato de los enfremerios católicos) llegó a su 20° edición. Este año el tema era: “Los desafíos del cuidado y de la compasión en el servicio de la vida”. En la ciudad india se reunieron 325 enfermeros provenientes de 46 diócesis de India, en representación de los once mil mimbros del CNG. Guio los trabajos el nuncio apostólico, cinco obispos, 16 sacerdotes y expertos en campo médico. En los días pasados AsiaNews también recogió el testimonio de Theresa Cheong, presidente por Asia del Comité internacional de las Organizaciones asociadas de los enfermeros y médicos católicos del mundo (CICIAMS) que estaba presente en el encuentro.

En el documento final, los operadores católicos recuerdan que la “misión de Jesús era hacer de la vida humana, llena de esperanza y satisfecha. Él vino entre nosotros para que nosotros podamos tener la vida y vivir en abundancia (Jn 10:10). Y en esta vida abundante, la visión de curación de Jesús tiene un rol importante en su ministerio”. De hecho, Jesús “envió a sus discípulos para curar cada mal y enfermedad (Mt 10:1)”. Por lo tanto, sostienen los enfermeros católicos, “la involucración de la iglesia en campo médico es ya de tiempos en que vino Jesús y es por esto que “las curaciones de los enfermos son la continuación de la obra de Dios que nos ha donado la vida. A través de sus trabajos, ellos comparten el trabajo pastoral y la misión evangelizadora de la Iglesia. Con el cuidado de la vida, la iglesia proclama el “Evangelio de la Vida”.

Durante el convenio fueron organizados diversos seminarios durante los cuales los operadores sanitarios han compartido experiencia de vida y de trabajo. De estos workshop surgieron las dificultades del cuidado cotidiano de los enfermos que se funda en una serie de principios base: respeto, compasión, interés y amor, dulzura y empatía” y sobre el concepto que “se debe tener cuidado de toda la persona, no sólo de su enfermedad”.

En los encuentros surgió también cómo en la sociedad actual prevalga la “cultura de la muerte”. La vida humana, sostienen los participantes, “está amenazada también antes de la muerte”. “El aborto está difundido en todo el mundo. La fecundación in vitro lleva a la destrucción voluntaria de embriones humanos. La maternidad subrogada (de la cual India es una de las metas privilegiadas-ndr) separa ya desde su nacimiento al niño del abrazo afectuoso de una madre y de un padre, del contexto de los padres que es el único en grado de proteger la nueva vida de mercantilización y explotación”

Por lo tanto, los enfermeros católicos son como “los protectores de la vida” y quieren “construir una civilización del amor basada en los valores universales de amor, paz, solidaridad y justicia”.

Al final de la declaración reafirman su compromiso “en proteger la vida, en cuánto don precioso de Dios y tomándose el cuidado de ella desde el nacimiento hasta su muerte natural; en reforzar su espíritu de cuidado lleno de compasión; de tener cuidado en particular modo de los individuos más vulnerables, como los enfermos y los discapacitados y evitar toda discriminación en base a la orientación sexual; en apoyar ya sea a los pacientes como a sus familias en el momento de finalizar la vida”.

Por último, ellos reafirman que son “parte de la Iglesia que está llamada a proclamar el Evangelio de la vida” y confían su trabajo “en las manos de María, madre de la vida”.